La naturaleza del capitalismo, explicó Marx, es voraz: si le das un dedo, primero toman tu brazo y luego te devoran, pisoteando esos derechos que dice hacerte respetar.
Nuestra época, posterior a la crisis del 2008, es la del neocolonialismo imperialista. Las cadenas de formación de valor se desglosan, tercerizan y globalizan...
Los dos componentes que repelen la revolución boliviana se llaman clasismo y racismo. Ambos expresan una forma de polÃtica y religión contrapuestas.
Mientras el capitalismo siga vivo, sigue en su seno viva su herramienta fascista, y sigue imperando la brutal injusticia social que hambrea pueblos y devasta la naturaleza.