La caravana de migrantes se constituye en el rostro más visible de las peores consecuencias de las políticas excluyentes y de la violencia como mecanismo de despojo económico, social y cultural. El éxodo colectivo es, también, la única forma de acompañarse en el sueño de un camino que no les asesine y un hogar que pueda cubrir necesidades básicas.