Nadie debe extrañarse ahora de la brutalidad pinochetista de este Gobierno, propia de su ADN represivo y sanguinario, al que se han plegado vergonzosamente todos los partidos de derecha...
La receta comienza a ser reiterativa, pero los pueblos, así como aprendieron a ganar elecciones, ahora han asimilado la necesidad de defender los resultados...