Argentina: Javier Milei, un canalla tiktoktok, enviado a la Casa Rosada por la chusma tiktoktok

« El hombre desciende del mono, el Argentino desciende del barco », dice una antigua broma. ¿Los Argentinos retomarán un barco -o un avión- para un nuevo éxodo? ¿O bien nos regalarán una explosión social generalizada, un Argentinazo ? Vivir para ver.

El 10 de diciembre próximo, Javier Milei se instalará en la Casa Rosada, situada en la Plaza de Mayo en Buenos Aires. El 58º presidente argentino llegará allí con sus perros clonados, su hermana rasputiniana y su concubina telegénica. Se supone que permanecerá allí hasta el 2027, a menos que no se fugue en helicóptero en pleno mandato, como hizo uno de sus predecesores, Fernando de la Rúa, el 20 de diciembre 2001. En este país aplastado por una política surrealista, uno puede esperarse a todo.

Vistas sus prestaciones públicas desde hace algunos años, Milei merece su apodo: El Loco. Hizo todo, dijo todo, desembaló todo, sobre su infancia desdichada, la pérdida de su perro, su práctica del yoga tántrico, blandiendo la motosierra con la que va a decapitar el Banco Central, el Ministerio de la Mujer, el de la Cultura, el del Bienestar Social y el Museo de la Memoria de la ex-ESMA.

Prohibirá el aborto, autorizará la venta de niños, la venta de órganos y el armamento de los buenos ciudadanos de bien apasionados de legítima defensa, privatizará el petróleo y el gas de esquistos, y un gran etcétera.

Dicho de otro modo, no tiene programa, pero profirió a lo largo de su campaña eructos a diestra y siniestra. Poco antes de la segunda vuelta, cayendo en la cuenta que había ido un poco lejos, buscó tranquilizar a los electores: « Tranquilos, no privatizaré ni la Salud ni la Educación ».

En resumen, El Loco es un mosaico: una dosis de humpy-trumpy, una cucharada de bolsonaritis, un efluvio de zelenskiada, aliño de meloni-abascaliadas con una cascarita de marina-orbanidad, y todo a la salsa porteña*.

Y el payaso la rompió entre los de arriba, entre los del medio, y sobre todo entre los pringaos.

Los descamisados, término despectivo -asumido por los peronistas- para designar a los pringaos, le hicieron un triunfo a Juan Domingo Perón en 1946, en 1951 y, mucho después del golpe de Estado de 1955 que lo envió al exilio, al inicio de los años 1970. Luego el movimiento peronista se dividió en facciones totalmente opuestas: de un lado el ala marchanta-revolucionaria, algo teñida de marxismo y de teología de la liberación, y el ala fascista, dirigida por Lopez Rega, el Rasputín de Perón y de su viuda Isabelita, organizador de los comandos de asesinos de la Triple A, la Alianza Anticomunista Argentina.

Al salir de las sombras después de la caída de la dictadura en 1983, el peronismo no ha hecho sino derivar de líder en líder: Menem, Duhalde, Kirchner I (el marido, Néstor) y Kirchner II (la mujer, Cristina) y finalmente Alberto Fernández.

Ochenta años después de su nacimiento, luego de la Revolución de 1943, el peronismo está definitivamente muerto. Lo que fue en su día un maremoto obrero y popular que escogió como primer nombre el inimitable « Partido Único de la Revolución », antes de rebautizarse « Partido Justicialista » y cambiar de nombre a cada gran elección, devino en una canasta de escorpiones matándose entre ellos en la carrera por los curules y los taburetes.

Los descamisados de hoy, el 42% de la población clasificada pobre, no son los del siglo pasado. Para 46 millones de habitantes, se cuentan 38,2 millones de teléfonos « inteligentes ». No sorprende pues que los tiktokeros hayan votado por un pirado. La alternativa el Señor 648% de inflación, el ministro de Economía Sergio Massa. Al presentarlo como candidato a la presidencia, el postpostpostneoneoperonismo se hizo el hara-kiri.

De ello dan testimonio los resultados del voto en las villas miseria, equivalente argentino de las favelas brasileñas. En casi todos los antiguos bastiones del peronismo votaron por El Loco, sin comprender que El Loco era un Alfil (fou: loco, en francés) del Rey, y que ese rey se llama Macri, el cual -agazapado en las sombras- va a manipular las cuerdas del nuevo pelele de la Casa Rosada dolarizada.

« El hombre desciende del mono, el Argentino desciende del barco », dice una antigua broma. ¿Los Argentinos retomarán un barco -o un avión- para un nuevo éxodo? ¿O bien nos regalarán una explosión social generalizada, un Argentinazo ? Vivir para ver.

 NdT
* Los no familiarizados con la política mundial tal vez no reconozcan aquí todos los personajillos neofascistas:

bolsonaritis: por Bolsonaro, de Brasil

zelenskiada: por Zelensky, de Ucrania

meloni: por Giorgia Meloni, de Italia

abascaliadas: por Abascal, de España

marina: por Marine Le Pen, de Francia

orbanidad: por Viktor Orban, de Hungría

Fausto Giudice

Original: Français

Traducido por

Editado por María Piedad Ossaba

Fuente: Tlaxcala, 21 de noviembre de 2023