El filme Dashra: creencias tunecinas al estilo hollywoodense

El personaje protagonista está considerado el principal punto de enfoque de la película, y es admirable que la elección de la intérprete no se hiciera en función de estándares de belleza o de los años de experiencia profesional.

Mientras escribo este artículo, el filme Dashra todavía se halla en las pantallas de una gran cantidad de salas de cine de la República, todavía goza de unas cifras de audiencia muy buenas y consigue unos ingresos muy respetables. También suscita todavía el interés de muchos artistas en Túnez y se somete a la evaluación de diversos creadores. La película es pionera en Túnez en la producción de películas de terror, que están consideradas las películas más difíciles de escribir y de producir.

La obra trata la historia de Yasmine, una estudiante de periodismo que, junto a sus compañeros Bilal y Aziz, intenta resolver un misterioso crimen sucedido 25 años antes. El crimen está relacionado con la aparición de una mujer herida en la mitad de un camino, y su investigación les lleva a un pueblo, Dashra, pequeño y aislado en la mitad del bosque. Yasmine y sus acompañantes sienten que están atrapados en el bosque y se sienten aterrorizados, por lo que intentan escapar de allí.

El guionista y director, Abdelhamid Bushnaq, consigue un inicio interesante del filme, adentrándonos con detalle la situación, y manteniendo el pulso dramático desde el comienzo de la investigación periodística hasta su trágico desenlace. El problema de la película no es que trate un tema que vive y convive con el pueblo tunecino desde hace muchos años -una creencia ridícula que puede llevar en algunos casos a la comisión de crímenes de asesinato y mutilaciones-, sino que lo haga con demasiada excitación y exageración. Ahora bien, es cierto que logra suscitar entre los espectadores miedo y subir su adrenalina.

El desarrollo general de la historia es bueno y el guionista consigue tejer una cadena de acontecimientos que el público sigue de inicio a fin, pero a medida que avanza la trama, aparecen otros enigmas además del secuestro de niños y la caza del tesoro por parte de una grupo criminal (una experiencia que vivieron los tunecinos y que se dice que dejó muertos*), y estas son el consumo de carne de las personas que son secuestradas, es decir el canibalismo. Aquí, nos dimos cuenta de las limitaciones del guion, pero la belleza de la imagen y la rapidez de la trama nos permiten mantenernos interesados.

El personaje protagonista está considerado el principal punto de enfoque de la película, y es admirable que la elección de la intérprete no se hiciera en función de estándares de belleza o de los años de experiencia profesional. Yasmine sufre un trastorno psicológico y nos lleva a hacernos muchas preguntas al inicio. Y el interés por encontrar respuesta a estas preguntas te hace entrar en el filme y concentrarte en su trama.

Yasmine es una estudiante tunecina normal, a la que podrías encontrar por la calle o en una estación de metro, en un restaurante o en un café. Es un personaje con un círculo de relaciones limitado, y que se aferra a su abuelo, su único familiar, y sus amigos Bilal y Aziz. Por ello representa un ejemplo muy realista de la típica estudiante tunecina que vive con su abuelo en una casa de la capital. Sin embargo, el personaje principal no consigue provocarnos el grado de miedo esperado, ni tampoco elevar nuestra sensación de pánico.

De acuerdo con Rudolf Arnheim, que decía en una buena película cada secuencia contribuye a la acción, un problema de esta obra es que hay en el guion algunas escenas para las que no se halla interpretación, como el “suicido de Mongia”, sobre el que gira la película. Además, en otra escena, Aziz se extraña de encontrar grabaciones en su cámara antes de que se sepa que es un miembro del grupo criminal, como si el guionista quisiera alejarnos del desenlace de la película que esperábamos para sorprendernos luego con el mismo final que ya intuíamos.

El guionista es capaz de colar algunas situaciones divertidas “de verdad” a través de la relación tirante entre los dos periodistas amigos, pero cada vez que hay una situación divertida, nos hace salir de la armonía argumental del filme, cuya naturaleza es una película de terror. Y las funestas expectativas que construye el filme en nuestra imaginación y la sensación de miedo, las destruye después con una situación divertida para tenerlas que reconstruir más tarde. En todo caso, hay que decir que la fotografía del filme tiene un nivel muy profesional y juega un papel básico en el éxito de la película.

En general, creo que la película es un muy buen intento de producir un filme de terror tunecino, un género que está considerado el más difícil de hacer y escribir. Además, logra abordar un tema que forma parte de las leyendas y mitos de la cultura tunecina que se deben combatir, aunque lo haga cayendo en la exageración.

(*) En Túnez existía la creencia que si se asesinaba a un niño con una mácula negra en el ojo, un espíritu les comunicaría donde se hallaba un tesoro con grandes riquezas.

Abdslem Herchi عبد السلام هرشي

Original: فيلم دشرة : معتقدات تونسية بملامح هوليودية

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