El significado, para Bolivia, es que el proyecto nacional popular que ha postulado el MAS sigue siendo el horizonte insuperable de este tiempo. El año pasado no fue derrotado...
Creyendo que hay que acabar con lo que esos sectores coinciden en llamar “modelo correísta”, se ha consagrado el golpe de Estado económico contra la Constitución. Y el proceso aún no termina.