Este es un libro singular. No recuerdo algún relato sobre episodios ocurridos en obras de construcción, narrados desde la visión de un obrero.
Chile ha conocido casos de escritores de origen proletario, que lograron educarse y consagraron su vida a la literatura. Tal es el caso de dos de nuestras figuras más ilustres en este campo: Nicomedes Guzmán y Manuel Rojas. Este último trabajó durante su juventud en los más diversos oficios: pintor, electricista, talabartero, sastre, pero más tarde, su vida fue dedicada por entero a las letras.
Hugo Farías, autor de este libro, es hijo de obreros, sus cuatro hermanos son obreros, él mismo comenzó trabajando como obrero y logró estudiar en la universidad y ser un Ingeniero. Las 17 historias incluidas en este libro, corresponden a episodios reales, vividos por el autor como protagonista directo, en algunos casos dirigiendo obras de construcción a su cargo, pero siempre contados desde la visión de un trabajador.
LOS TIJERALES
Historias de la Construcción
Hugo Farias Moya Formato PDF
El obrero de la construcción es un caso particular entre el conjunto de los asalariados. Es un hombre itinerante. Muda constantemente de una obra a otra. Construye en el barrio alto, como en los suburbios de la capital. Levanta viviendas para magnates como casetas sanitarias; copas de acumulación de agua potable, como locales comerciales o escuelas. Esta singularidad hace atractiva su faena. No es rutinaria. Cada obra trae siempre alguna novedad. También suelen tocar faenas en provincia, que lo obligan a permanecer fuera de casa temporalmente. En general no tiene vacaciones aseguradas. Concluye una faena y suele quedar cesante, hasta conseguir un nuevo trabajo.
El libro de Farías retrata bien esta singularidad de los obreros de la construcción, que los diferencian del resto de los asalariados chilenos. Quizás, la circunstancia de no tener asegurado el puchero para mañana, los hace ser particularmente solidarios y fraternales con sus compañeros de faena. Aun cuando se reconocen fieles a sus esposas, la circunstancia de trabajar temporalmente fuera de casa, propicia romances con eventuales empleadas domésticas o compañeras de labor, que mueren al término de las obras. Es una patente de fábrica que los identifica. En este sentido, el autor evoca a Pablo Neruda cuando escribe: “Amo el amor de los marineros que besan y se van. En cada puerto una mujer espera: los marineros besan y se van”.
Uno de los capítulos particularmente sensible para mí es el titulado Los Tijerales de la Unctad III. Como es sabido, yo tuve a mi cargo la responsabilidad de coordinar la épica tarea de construir el edificio destinado a alojar la Tercera Asamblea Mundial de la Unctad, obra realizada en 275 días, gracias al esfuerzo y la convicción de trabajadores, profesionales, artistas, artesanos y empresas constructoras.
El padre y dos tíos de Hugo Farías, carpinteros de oficio, trabajaron en la construcción del edificio, que significó para ellos una experiencia inolvidable.
Me cabe la satisfacción de prologar un libro original, que relata las luces y sombras, el ingenio y la simpatía de trabajadores con particularidades propias: los obreros de la construcción, narradas por uno de ellos, que logró ser profesional, sin olvidar jamás su origen de clase social.
Miguel Lawner
24.03.2019.
Premio nacional de arquitectura 2019
Edición: angel spotorno lagos
diseño e impresión
editorial latinoamericana
contacto@latinoamericana.cl
1ª Edición: santiago de chile, Julio 2021.