Propuesta táctica de Alto el Fuego en medio del Genocidio

Como bien expresó el poeta Mahmoud Darwish, Gaza “escribe su nombre en luz” en medio de la oscuridad. La comunidad internacional se encuentra ante una disyuntiva trascendental: imponer sanciones a Israel y reconocer el Estado palestino, o permitir que el siglo XXI sea recordado como la era de la barbarie y un genocidio impune. Gaza, hoy, se erige como el espejo de nuestra humanidad.

Israel propone un falso alto el fuego en Gaza mientras avanza su plan de expulsión masiva de palestinos. La resistencia persiste pese al asedio

Propuesta táctica de Alto el Fuego en medio del Genocidio

En el corazón de Medio Oriente, Gaza se ha convertido en el epicentro de una agresión sin precedentes en el siglo XXI, con su consecuente tragedia humana. Mientras el régimen israelí ejecuta la mayor campaña de limpieza étnica desde la Segunda Guerra Mundial, ha emergido una propuesta israelí de alto el fuegofiltrada por el medio Al Mayadeen– que pretende simular un diálogo genuino. Sin embargo, tras este gesto se oculta una estrategia dual: negociar una tregua temporal mientras se sienta la base para la expulsión masiva de la población palestina.

Contexto Geopolítico: Asedio, Resistencia y Presión Interna

Desde marzo de 2025, Israel ha intensificado su ofensiva en Gaza mediante el bloqueo total de alimentos, agua y medicinas, llegando incluso a paralizar las plantas desalinizadoras. Más del 50% del territorio se halla ocupado militarmente, y dos tercios de sus 2,3 millones de habitantes han sido desplazados a zonas como Rafah, hoy cercada por tanques israelíes. Las cifras de estas semanas son escalofriantes: más de 1,400 muertos, 3,600 heridos y un promedio de cien niños asesinados a diario, según datos de la ONU.

La resistencia palestina ha hecho que la consigna de Fidel Castro de “Patria o Muerte” esté hoy en Gaza más viva y vigente que nunca y ha transformado a la franja en un símbolo global de Resistencia, Resiliencia y Dignidad. Esta tenacidad, combinada con el creciente descontento interno en Israel –evidenciado por protestas callejeras y una notable desmoralización en las fuerzas de ocupación–, ha obligado al gobierno de Netanyahu a presentar una propuesta de alto el fuego. No obstante, este gesto se fundamenta más en cálculos tacticistas que en una verdadera vocación pacifista: evitar el inminente colapso ético del sionismo ante un exterminio por inanición y ganar tiempo para reestructurar el control sobre el territorio.

La Propuesta Israelí: Tregua Condicionada y Desarme de la Resistencia

El documento, entregado a Hamás y a mediadores internacionales (entre ellos EE. UU., Egipto y Qatar), se organiza en cuatro fases:

1) Gestos Iniciales y Desarme Total

• Liberación inmediata de Alexander Eidan, prisionero con ciudadanía estadounidense.

• Exigencia central: el desarme completo de Hamás, lo que dejaría a Gaza indefensa ante futuras operaciones militares.

2) Intercambios y Reubicación Militar

• Día 2: Intercambio de 5 prisioneros israelíes por 66 palestinos condenados a cadena perpetua y 611 detenidos de Gaza.

• Día 7: Liberación de 4 prisioneros israelíes a cambio de 54 palestinos con condenas perpetuas y 500 arrestados tras los eventos del 7 de octubre.

• Día 20: Intercambio de 16 cadáveres de prisioneros israelíes por 160 “mártires palestinos”.

• Reubicación progresiva del ejército israelí en Rafah y el norte de Gaza, condicionada a la ejecución de estos intercambios.

3) Ayuda Humanitaria y Negociaciones de Posguerra

• La entrada de ayuda humanitaria se subordina a la liberación de prisioneros, estableciéndose un “mecanismo” para impedir que dichos recursos terminen en manos de Hamás.

• Se fija un plazo de 45 días para negociar un alto el fuego permanente, bajo la supervisión de garantes que, sin embargo, tienen claros intereses geopolíticos.

4) Cláusulas de Extensión

• La prórroga de la tregua dependerá de condiciones imprecisas, lo que abre la posibilidad de reanudar las hostilidades en función de nuevos parámetros.

La Arquitectura de la Expulsión: Recursos, Megaproyectos y el “Gran Israel”

Mientras se debate la tregua, el régimen israelí continúa avanzando en planes de largo alcance. Como explica el periodista estadounidense Chris Hedges en su artículo “Israel is About to Empty Gaza”, think tanks y ministerios israelíes promueven abiertamente el “reasentamiento voluntario” de los ciudadanos gazatíes en el Sinaí egipcio o, incluso, en otros países africanos como Sudán y Somalia.

Documentos filtrados detallan la construcción de barreras para impedir el retorno y la creación de “zonas seguras” en zonas desérticas.

Este ambicioso proyecto se enmarca en una visión geopolítica más amplia:

Control de Recursos: La explotación de yacimientos de gas en la costa de Gaza, que se cotizan en billones de dólares, se erige como uno de los objetivos primordiales.

Megaproyectos: La construcción de un canal alternativo al de Suez, destinado a conectar el Mar Rojo con el Mediterráneo, busca competir directamente con el control egipcio.

El “Gran Israel”: La anexión de territorios en Siria, Líbano y Jordania implicaría la despoblación de Gaza para repoblarla con colonos judíos, en consonancia con una visión expansionista.

La tensión con Egipto se intensifica en este contexto. Mientras Israel acusa a El Cairo de militarizar el Sinaí, Egipto denuncia la ocupación del denominado Corredor Filadelfia –una zona desmilitarizada fronteriza– y se niega a recibir al embajador designado por la entidad sionista, Uri Rothman. Las relaciones diplomáticas, por lo tanto, parecen encaminadas al colapso.

Consecuencias Regionales: Líneas Rojas y el Riesgo de un Conflicto Abierto

Cualquier intento de expulsión masiva hacia Egipto podría desembocar en un conflicto directo. El presidente egipcio, Abdel Fattah El-Sisi, ha advertido que la limpieza étnica constituye una “línea roja”. Además, la desestabilización de regímenes aliados de EE. UU., como Jordania y Egipto, incrementa significativamente el riesgo para los intereses occidentales e israelíes.

Entre la Farsa Diplomática y la Resistencia

Lejos de ser un camino genuino hacia la paz, la propuesta de alto el fuego israelí se revela como un instrumento para aliviar presiones internas y externas. La exigencia de desarme sin garantías de fin a la ocupación ni de retorno de refugiados desenmascara su naturaleza coercitiva y calculada. Mientras la maquinaria de expulsión y anexión sigue en funcionamiento, respaldada por silencios cómplices en Occidente, la verdadera esperanza reside en la inquebrantable resistencia de Gaza.

Como bien expresó el poeta Mahmoud Darwish, Gaza “escribe su nombre en luz” en medio de la oscuridad. La comunidad internacional se encuentra ante una disyuntiva trascendental: imponer sanciones a Israel y reconocer el Estado palestino, o permitir que el siglo XXI sea recordado como la era de la barbarie y un genocidio impune. Gaza, hoy, se erige como el espejo de nuestra humanidad.

Manu Pineda

Fuente: ALMAPLUSTV ,17 de abril de 2025

Editado por María Piedad Ossaba