El mundo debe imponer la paz a Israel

Basta ya de las inútiles rondas de negociaciones organizadas por el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y de las duras palabras pronunciadas por el presidente Joe Biden. No llevan a ninguna parte … Como preámbulo, uno podría inspirarse en las palabras asombrosamente sencillas y ciertas del responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, que dijo: “Si se cree que se está matando a demasiada gente, quizá deberían suministrar menos armas [a Israel]”.

Israël Palestina US BLINKEN Palestinos queman una foto del primer ministro israelí Benjamin Netanyahu y el secretario de Estado usamericano Antony Blinken mientras protestan contra la reunión de Blinken con el presidente palestino Mahmoud Abbas en Ramallah, Cisjordania, el miércoles 10 de enero de 2024. (AP Photo/Mahmoud Illean)

Ha llegado el momento de que Estados Unidos y la comunidad internacional tomen una decisión: ¿continuará el interminable ciclo de violencia entre Israel y los palestinos o intentaremos ponerle fin? ¿Seguirá Estados Unidos armando a Israel y deplorando después el uso excesivo de estas armas, o está por fin dispuesto a tomar medidas reales, por primera vez en su historia, para cambiar la realidad? Y, sobre todo, ¿el ataque más brutal de Israel contra Gaza se convertirá en el más insensato de todos o, por una vez, no se perderá la oportunidad que deriva de ello?

No tiene sentido exigir nada a Israel. El gobierno actual, y el que probablemente lo sustituya, no tienen ni tendrán nunca la voluntad, el valor o la capacidad de provocar un cambio. Cuando el primer ministro Netanyahu responde a las declaraciones de Estados Unidos sobre la creación de un Estado palestino con afirmaciones en el sentido de que “se opone a las iniciativas impuestas” o que “sólo se alcanzará un acuerdo mediante negociaciones”, sólo podemos reír y llorar.

No es justa la tele: es el Medio oriente que usted debe reparar. Patrick Chappatte, 2021

Reír, porque a lo largo de los años el primer ministro Benjamin Netanyahu ha hecho todo lo que ha podido para descarrilar las negociaciones; llorar, porque es Israel el que utiliza la coerción: la naturaleza de su política hacia los palestinos y palestinas es la coerción aplicada como parte de un enfoque unilateral, violento, agresivo y arrogante[1]. ¿De repente, Israel está en contra todo tipo de coerción? La ironía es vergonzosa.

Por lo tanto, es inútil esperar que el actual gobierno israelí modifique su comportamiento y su mentalidad. Como también es inútil esperar que lo haga un gobierno dirigido por Benny Gantz, Gadi Eisenkot o Yair Lapid. Ninguno de ellos cree en la creación de un Estado palestino cuyo estatus soberano y derechos sean iguales a los de Israel. Como mucho, los tres, juntos y por separado, aceptarán, un buen día, la creación de un bantustán en parte del territorio. No habrá una solución real. Es mejor dejar que Israel fracase en su negativa.

Pero el mundo no puede permitirse dejar pasar esta oportunidad. Es el mundo el que dentro de poco tendrá que reconstruir la Franja de Gaza, con sus propios fondos, sobre las ruinas. Hasta la próxima destrucción por parte de Israel. Un mundo cuya estabilidad se ve comprometida mientras persista la ocupación, y que se ve aún más comprometida cada vez que Israel lance una guerra. Un mundo que reconoce que la ocupación le perjudica, pero que nunca ha movido un dedo para ponerle fin. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo. Hay que explotar la debilidad y la dependencia de Israel como resultado de esta guerra, también en interés de Israel.

Basta de palabras. Basta ya de las inútiles rondas de negociaciones organizadas por el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken y de las duras palabras pronunciadas por el presidente Joe Biden. No llevan a ninguna parte. El último presidente sionista -quizás el último en preocuparte por lo que pasa en el mundo- debe actuar. Como preámbulo, uno podría inspirarse en las palabras asombrosamente sencillas y ciertas del responsable de política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, que dijo: “Si se cree que se está matando a demasiada gente, quizá deberían suministrar menos armas [a Israel]”.

Sin embargo, la cuestión no es sólo poner fin a la guerra, sino, lo que es más importante, lo que ocurra una vez terminada. Si dependiera de Israel, bajo cualquier gobierno, regresaríamos al reconfortante regazo del apartheid y volveríamos a la vida a través de la espada. El mundo no puede aceptarlo por más tiempo y no puede dar a Israel otra opción. Israel ha dicho no. Ha llegado el momento de encontrar una solución similar a los Acuerdos de Dayton [diciembre de 1995]. Éste fue un acuerdo impuesto e imperfecto alcanzado en Bosnia-Herzegovina que puso fin a una de las guerras más crueles y que, en contra de todas las predicciones, duró 29 años. Este acuerdo se impuso por la fuerza.

Puede que un Estado palestino ya no sea una solución viable debido a los cientos de miles de colonos que han arruinado las posibilidades de crearlo. Pero un mundo decidido a encontrar una solución debe ofrecer a Israel una opción clara: sanciones o el fin de la ocupación; territorios o armas; asentamientos o apoyo internacional; un Estado democrático o un Estado judío; apartheid o el fin del sionismo. Si el mundo se pone firme poniendo estas opciones sobre la mesa de esta manera, Israel tendrá que tomar una decisión. Ha llegado el momento de obligar a Israel a tomar la decisión más crucial de su vida.

[1] Según el Ministerio de Sanidad de Gaza, el número de muertos el 18 de febrero era de 29 092, sin contar las personas sepultadas entre los escombros. El número de heridos se cifró e 69 028. En Cisjordania y Jerusalén Este (ocupada), 380 personas han muerto desde octubre. Según Amos Harel en Haaretz (19/02)2024) “Ben-Gvir ha exigido que se impongan límites estrictos a los árabes israelíes que visiten la mezquita de Al-Aqsa durante el Ramadán”. Aunque ha habido oposición a ello alegando supuestas dificultades jurídicas, según Amor Harel “es posible, no obstante, prohibir el acceso a determinadas personas para evitar la incitación al odio religioso”. [Nota de la redacción de  A l’Encontre]

Gideon Levy

Original: The World Must Force Peace on Israel, 18 février 2024

Traducción disponible: Français

Fuente: VientoSUR, 24 de febrero de 2024

Editado por María Piedad Ossaba