¿Se imagina seguir en vivo y en directo la gasificación de judíos? ¿Asistir todos los días, en directo y a todo color, al exterminio de judíos en las repletas duchas de un enorme campo de concentración? ¿Se imagina, el gas saliendo de las alcachofas de las duchas que cuelgan del techo, noche tras noche, mientras miles de judíos cercados, presos, se van derrumbando muertos, unos sobre otros?¿Se imagina a la comunidad internacional sugiriendo a las SS respetar derechos y convenciones internacionales, o moderación en el uso del gas, una tregua, un alto al gas humanitario para socorrer hoy a los que mañana serán gasificados? ¿Se imagina a los aliados reconociendo que la Alemania nazi que, por supuesto, tiene derecho a defenderse, debe guardar, además de las formas, la proporción de sus respuestas? ¿Qué, tal vez, seis millones de judíos asesinados sean una proporción excesiva, que mejor hubieran sido tres?
Ya no tiene que imaginárselo. Lo puede ver todos los días en los medios.Sí, lo sé, Gaza, como campo de concentración, es más grande que Auschwitz, y lo que llueve del cielo no es gas sino fuego y metralla. Tampoco son judíos los asesinados sino palestinos, pero el horror es el mismo. El genocidio en Gaza también es un holocausto.
(Preso politikoak aske)