Perú: Marcha y concentración multitudinaria en centro de Lima arrincona a régimen Boluarte-Otárola

Pese a que el régimen ilegal de Boluarte-Otárola estableció el estado de emergencia en las regiones de Lima, el Callao, Puno y Cusco, las clases trabajadores, populares e indígenas, armadas de dignidad y razones justas, marcharon legítimamente sobre la capital, como lo hicieron hace años contra la tiranía del genocida Alberto Fujimori.

Todo el pueblo y todos los pueblos. Mestizos, aymaras, quechuas, campesinos, trabajadores, estudiantes, feministas populares, veteranos y juventud. En el norte y sur del Perú se movilizaron. Y desde los 4 puntos del país andino, innumerables comunidades y agrupaciones sociales e indígenas confluyeron en el centro de Lima este jueves 19 de enero, tal como lo prometieron. A pesar de las muertes de la dictadura, los heridos, los presos, la represión criminal de la policía y los soldados.

Superando cualquier tipo de pronóstico, delegaciones de todos los rincones del territorio se agregaron a la convocatoria de paro general, cívico y popular realizada por la Confederación General de Trabajadores, CGTP, y la Asamblea Nacional de los Pueblos, ANP, para exigir la renuncia de la dictadora Dina Boluarte y de la mesa directiva del Congreso, elecciones generales el 2023 y el establecimiento de una Asamblea Constituyente.

Pese a que el régimen ilegal de Boluarte-Otárola estableció el estado de emergencia en las regiones de Lima, el Callao, Puno y Cusco, las clases trabajadores, populares e indígenas, armadas de dignidad y razones justas, marcharon legítimamente sobre la capital, como lo hicieron hace años contra la tiranía del genocida Alberto Fujimori.

Empero, las protestas se desarrollaron tanto en Lima como en el resto del país. De hecho, en Arequipa y Juliaca murieron dos manifestantes bajo fuego de agentes policiales durante la jornada. En 42 días de dictadura, 55 suman los caídos en la lucha por recuperar la democracia y conquistar la justicia social.

Desde el lunes 16 de enero, incontables caravanas están llevando adelante la Marcha de los Cuatro Suyos (en referencia a la ancestral división del territorio incaico) con las mismas demandas. Los estudiantes de la Universidad de San Marcos los albergaron en las dependencias de la casa de estudios superiores durante la noche del 18 de enero, donde debieron resistir el hostigamiento, los conatos, los perdigones y el ahogo de las bombas lacrimógenas provenientes de la policía militar.

Los manifestantes expresaron que no volverán a sus pueblos hasta que Dina Boluarte renuncie y se avance hacia la realización de nuevos comicios. Igualmente, indicaron que estaban hastiados de que los medios de comunicación y una parte de la población los estigmatice como “terroristas”, “vándalos”, y se les dé un trato racista. Además, denunciaron la presencia de policías de civil cuya misión es provocar, caotizar las movilizaciones, y ofrecer falsas justificaciones para ser reprimidos.

Alrededor de las 21.15 (hora local), Dina Boluarte dio un mensaje por los medios de comunicación donde, como era de esperar, agradeció el accionar de las policías y la fiscalía, y amenazó a los luchadores sociales, indicando que la Dirección Nacional de Inteligencia junto al ministerio público atraparán individualmente a quienes están atentando contra la propiedad pública y privada. También llamó al “diálogo y la unidad nacional” y aseguró que “la situación está controlada y actuaremos con todo el peso de la ley”.

Según el Instituto de Estudio Peruanos, la población, conforme a las diversas regiones del país, rechaza el régimen de Boluarte entre un 80 y un 88 por ciento, y más de un 70 por ciento aprueba una Asamblea Constituyente.

Mientras se cerraba la presente nota, la policía militar, a unas 4 horas del inicio la concentración, comenzó a disparar sobre la multitud en Lima, y a arrojar bombas lacrimógenas sobre los techos del Banco de la Nación y otros edificios céntricos de larga data de la zona de Abancay, en Plaza San Martín, provocándose siniestros.

*El texto precedente empleó de fuentes directas a los dirigentes sociales peruanos Álvaro Campana y Arturo Ayala.

Andrés Figueroa Cornejo para La Pluma, 20 de enero de 2023

Editado por María Piedad Ossaba

Publicado por Indymedia Argentina

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Perú: A paro nacional el 19 de enero contra régimen Boluarte-Otárola convoca movimiento popular

Este martes 17 de enero, la Confederación General de Trabajadores del Perú, CGTP, y la Asamblea Nacional de los Pueblos, ANP, realizaron una conferencia de prensa para convocar a un paro nacional el próximo 19 de enero.

El dirigente de la CGTP, Jerónimo López dijo que, «estamos convocando a un paro nacional, cívico y popular para el 19 de enero, considerando que tras la muerte de 50 personas en enfrentamientos, varias regiones del país están exigiendo democráticamente la renuncia de la señora Dina Boluarte, elecciones generales para el 2023, la convocatoria a un referéndum para que el pueblo se pronuncie respecto de convocar a una Asamblea Constituyente o continuar con la actual Constitución, y el cambio de la mesa directiva del Congreso».

El miembro de la ANP, Hernando Ceballos, manifestó que «rechazamos la violencia policial que intentó obstruir ayer la asamblea que realizamos en la sede de los Trabajadores Telefónicos. La protesta es un derecho y esperamos que el Ejecutivo y Legislativo respeten la voz y el reclamo del pueblo».

Por su parte, Jorge Pizarro indicó que «el 70 por ciento de la ciudadanía está por una Asamblea Constituyente. Además, son innumerables las entidades gremiales, sociales y profesionales que piden la renuncia de Boluarte. Y no queremos ningún muerto más, ningún perseguido más. Tiene que terminar el Estado policial de Dina Boluarte».

Una de las concentraciones centrales de la protesta nacional se realizará en Lima.

La Marcha de los Cuatro Suyos

Tal como lo prometieron, este lunes 16 de enero millares de personas provenientes de los cuatro suyos, la originaria división territorial incaica, se dirigen a la capital del país para exigir el fin del régimen Boluarte-Otárola, el cierre del Congreso golpista y oligárquico, y la convocatoria a nuevos comicios generales este 2023. La protestas en distintas localidades del Perú no se han detenido desde hace más de un mes, la cuales se han sentido con especial intensidad en Apurímac, Cusco, Ayacucho, Arequipa, Madre de Dios y Puno, pese a las masacres que llegan a 50 manifestantes asesinados por agentes policiales y militares con munición de guerra, los innumerables heridos y los procesados con cargos de “terrorismo”.

La marcha de los cuatro suyos consiste en una caravana multitudinaria y colorida de los pueblos del país andino compuesta de vehículos y caminatas que comenzaron el domingo 15 de enero. Este lunes 16 las movilizaciones han multiplicado el bloqueo de carreteras y vías, alcanzando más de un centenar de ellas, cuando hace 15 días sólo llegaban a 36, de acuerdo a información oficial.

Por su parte, la dictadura, ofreciendo señales de debilidad y descomposición, estableció el estado de emergencia en las regiones de Lima, el Callao, Puno y Cusco, declaración irrespetada por las fuerzas populares y democráticas que, armadas de dignidad y razones justas, marchan legítimamente sobre la capital, como lo hicieron hace años contra la tiranía del genocida Alberto Fujimori.

La medida, que tiene un mes de duración desde el domingo 15 de enero, otorga plenos poderes a la policía para mantener el control del orden interno del país con el auxilio de las Fuerzas Armadas, y consiste en la suspensión de los derechos constitucionales de la población, como la inviolabilidad de domicilio y las libertades de tránsito por el territorio nacional, reunión y libertad y seguridad personales. En el departamento de Puno ya se impuso el toque de queda. No obstante, el pueblo marcha.

Desde comienzos de diciembre de 2022, se iniciaron las movilizaciones, protestas y marchas contra el régimen golpista que expulsó inconstitucionalmente al presidente Pedro Castillo, elegido por las urnas. El Congreso, tomado por los representantes de los intereses oligárquicos, es el epicentro donde se originó una larga crisis política institucional larvada desde antes de los comicios que dieron la victoria a Castillo. De hecho, es el mismo parlamento el que le impidió gobernar.

Al respecto, uno de los factores decisivos del golpe de Estado fue la eventualidad de aplicar un programa de aristas progresivas que favorecían a las clases trabajadoras y populares. Por ello, en cuanto se produjo la asonada antidemocrática, la embajadora de Estados Unidos en Perú y el propio secretario de Estado estadounidense respaldaron a Dina Boluarte.

En un marco ampliado de relaciones de fuerza a escala mundial, Estados Unidos y sus aliados y subalternos, en medio de una crisis de hegemonía planetaria contra China y sus adeptos, desde hace años viene impulsando los denominados «golpes institucionales o parlamentarios» en América Latina. Ya ocurrieron el 2004 en Haití contra Jean-Bertrand Aristide, el 2009 contra Manuel Zelaya en Honduras, el 2012 contra Fernando Lugo en Paraguay, el 2016 contra Dilma Rousseff en Brasil, y el 2019 contra Evo Morales en Bolivia. 

El imperialismo norteamericano precisa asegurar las relaciones de subordinación históricas que ha sostenido con Latinoamérica para enfrentar ordenadamente esta suerte de segunda guerra fría. Por ello, el desenvolvimiento de la lucha del pueblo peruano cobra inmediatamente carácter anticolonialista y antiimperialista.

Según el Instituto de Estudio Peruanos, la población, conforme a las diversas regiones del país, rechaza el régimen de Boluarte entre un 80 y un 88 por ciento.

Andrés Figueroa Cornejo para La Pluma, 18 de enero de 2023

Editado por María Piedad Ossaba