Mentiras por omisión

Son groseras las mentiras de los grandes medios de comunicación de Estados-Unidos y sus aliados europeos. Es su guerra mediática para incitar otros pueblos a desestabilizar sus gobiernos, justificar sanciones, medidas coercitivas unilaterales, apropiaciones de bienes, golpes de estados, invasiones o guerras.

Estos medios deben también justificar estas acciones a sus propios pueblos para que, sin reaccionar, presencien la destrucción de países calificados de dictaduras para su supuesta “libertad y democracia”. En realidad, sus recursos fueron pillados, sus patrimonios culturales destruidos y ahora viven en peores condiciones.

(Cualquier guerra, invasión u ocupación tiene un costo, no solo económico sino también en pérdidas humanas que los gobernantes deben justificar ante sus ciudadanos).

Cuando pruebas irrefutables desmienten las mentiras mediáticas, los autores de barbaries las confiesan con hasta disculpas, pero sin remordimiento ni propuestas de reparaciones. Lo esencial es que lograron su objetivo, sus víctimas no pueden resucitar y ellos sigan gozando de sus botines.

(Este fue particularmente el caso de la guerra de Irak con las supuestas armas de destrucción masiva basadas en un informe falso o las también supuestas armas químicas presentadas a la ONU por Colinn Powell sobre la base de pruebas falsas que luego confesó o las también supuestas 10.000 víctimas de Gadafi en Libia en la plaza de Trípoli presentadas gracias a un montaje teatral organizado en Qatar)

En Europa, estadísticas revelan que por mayoría los pueblos no confían en sus grandes medios, pero pasó de moda la expresión popular de “¿Info o intox?”, por información o intoxicación.   

Ahora, presenciamos nuevas estrategias mediáticas. Una, es la censura pura y simple de medios que puedan difundir informaciones contrarias. Otra, más sutil, sin terminología oficial, se puede bautizar “mentira por omisión”.

Esta “mentira por omisión” consiste de forma premeditada en no difundir noticias contrarias a sus mentiras mediáticas.

Venezuela es un perfecto ejemplo de esta estrategia mediática:

Los grandes medios difunden sin tregua que Venezuela es un “narcoEstado”, su Presidente un “tirano”, su pueblo “una víctima” y ponen en primera plana sus dificultades económicas, de alimentación y salud, que sí son ciertas.

Sus “mentiras por omisión” son de no mencionar que las dificultades son inducidas y menos por quién y para qué. Preguntando al ciudadano europeo su opinión sobre los programas CDI, los 6 millones de CLAP, los 4 millones de hogares de la GMVV, Monómeros, el oro en la Banca de Inglaterra, el 747 Emtrasur o el diplomático Alex Saab… casi siempre contesta “¿No sé de qué se trata?”.

(Los Centros de Diagnóstico Integral CDI son centros de atención gratuita para la población creados en 2005 con la ayuda de Cuba, que envió unos 20 000 médicos a Venezuela. Actualmente existen más de 400 CDI en el territorio nacional.

CLAP significa Comités Locales de Abastecimiento y Producción y actualmente distribuye mensualmente 6 millones de cajas de alimentos a la población a un costo mínimo. Por ejemplo, la caja alimenticia del Clap de septiembre a un costo de 11 bolívares, estos mismos productos en los supermercados costaban 200 bolívares.

GMVV significa Gran Misión Vivienda Venezuela. Desde su creación en 2011, se han construido y entregado a la población más de 4 millones de viviendas dignas. Si cada familia se estima en un promedio mínimo de 4 personas, esto equivale a 20 millones de beneficiarios. También es importante señalar que los edificios de estas viviendas están integrados a las ciudades en todos los sectores, incluidos los barrios de clase media.

Monómeros es una empresa estatal venezolana de fertilizantes radicada en Colombia, que en 2020 contaba con unos 15.000 empleados y producía alrededor de 8 millones de dólares. Los opositores venezolanos, con la complicidad del gobierno colombiano anterior se habían apoderado de esta empresa y se beneficiaban de sus ganancias. Gracias al nuevo gobierno de Gustavo Petro, esta empresa ha sido recuperada, además seriamente dañada, y está en proceso de retomar sus operaciones.

El Banco de Inglaterra, con la complicidad de opositores venezolanos, secuestró 31 toneladas de oro que Venezuela le había confiado y que equivalen a unos mil millones de dólares.

El 747 Emtrasur es un Boeing de una aerolínea del gobierno venezolano. Este avión cargo, combatiendo el bloqueo impuesto a Venezuela, aseguraba el transporte, entre otros, de medicamentos. Por orden de un tribunal de Estados Unidos, Argentina detuvo en junio de 2022 esta aeronave que entregaba repuestos a Volkswagen Argentina y detuvo a sus 17 tripulantes, incluidos pilotos venezolanos en formación por parte de pilotos iraníes, país al que Venezuela compró esta aeronave. Recientemente Argentina y por no poder presentar ningún agravio en sus contra, liberó paulatinamente a todos los tripulantes pero no a la aeronave. Actualmente, Estados Unidos pretende obligar a Argentina a entregarle este avión 747.

Alex Saab es un diplomático venezolano que se encontraba en misión para combatir las medidas de bloqueo con el fin de obtener suministros de alimentos, medicamentos y combustible de países aliados. Durante una escala en Cabo Verde y por orden de Estados Unidos, fue detenido ilegalmente en junio de 2020, encarcelado y torturado. A pesar de su condición de diplomático, Estados Unidos impuso a Cabo Verde la entrega de este diplomático en octubre de 2021, lo que de acuerdo con las leyes y convenciones internacionales es un auténtico secuestro. Actualmente Alex Saab se encuentra preso en Estados Unidos aunque la justicia estadounidense ha retirado 7 de los 8 cargos en su contra).

Pero, frente a sus enemigos, Venezuela cuenta con naciones aliadas para enfrentar sus prioridades y “trincheras” amigas internacionales, que contra las “mentiras por omisión” difunden realidades a sus compatriotas, en sus idiomas y con sus puntos de referencia.

(A parte de la Pluma.net gracias a quienes leen estas informaciones, existen numerosos sitios que difunden informaciones frente a las mentiras mediáticas, entre otros: Investig’Action en Bélgica, Tesoro ex Hermes Internacional en las Canarias, o inclusive Radio Miami en EEUU).

En Venezuela el cuento es otro. Los medios opositores que son mayoría pueden “cantar misa” con mentiras mediáticas. El pueblo, testigo cotidiano de sus realidades está claro desde hace 23 años y esto explica, por qué este pueblo defiende victoriosamente su Revolución Bolivariana.

 (Durante estos 23 años el pueblo revolucionario venezolano ganó en las urnas 25 de sus 26 elecciones, y todas sus elecciones presidenciales por mayoría absoluta. Los grandes medios de comunicación difundieron antes y después de estas elecciones un supuesto fraude electoral, pero sin presentar nunca prueba alguna, mientras muchos observadores internacionales siempre han reconocido estas elecciones, incluido el Centro Carter y el mismo Jimmy Carter declaró que consideraba “el sistema electoral venezolano como el mejor del mundo”).

Jean Araud para La Pluma, 1 de noviembre de 2022

Mentiras por omisión. Pag 13 El Correo del Orinoco, Caracas, 7 de octubre de 2022

Editado por María Piedad Ossaba

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