Su Alteza, es la forma protocolar para dirigirse a un Rey, por su alta investidura. La bajeza es de la silla de un invitado sentado en un acto oficial, cuando el protocolo dicta levantarse.
El rey Felipe VI es el único que permanece sentado ante la espada de Bolívar, que representa la independencia y la soberanía de tantos pueblos latinoamericanos que ya no son vasallos. Menuda falta de respeto.
Luego que por qué gusta tanto este rey a los ultraderechistas de VOX. pic.twitter.com/4pat2YOC3a
— Pablo Echenique (@PabloEchenique) August 8, 2022
En su toma de posesión de la Presidencia de Colombia, Gustavo Petro, como expresión de soberanía de su país y homenaje a Simón Bolívar, presentó su espada libertaria.
Todos los invitados internacionales en la tribuna oficial se levantaron para aplaudir de pie, salvo el Rey de España, Felipe VI, que se quedó sentado de manos cruzadas.
Las críticas no se hicieron esperar, su actitud fue interpretada como soberbia, aunque no sabemos si el Rey dio alguna explicación o disculpa.
#HISTORIA… 200 años después la ESPADA DE #BOLÍVAR sigue recorriendo el mundo: En la toma de posesión de @petrogustavo como Presidente, pidió que dicho #símbolo honrara el solemne acto, el público la recibió de pie, menos el Rey de España: #InmortalBOLÍVAR… pic.twitter.com/IhHBsMQ6qx
— Tarek William Saab (@TarekWiliamSaab) August 9, 2022
Uno se puede preguntar lo que realmente lo motivó: ¿El cansancio o simple torpeza diplomática? ¿Un susto cuando vio la espada y prefirió estar sentado en caso de desmayo? ¿La rabia de un Rey, que como Capitán General de sus Fuerzas Armadas, percibió que la espada simboliza las derrotas de sus Fuerzas conquistadoras del pasado, no sólo en Colombia sino en Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador? ¿En una Colombia que desde hace dos siglos no es Virreinato de la Nueva Granada, ni colonia del Imperio español, esta espada le recordó que si es Rey, es solo de la pequeña Península Ibérica?
Que su Alteza no presentó explicación pública puede tener otra motivación: ¿Su antecesor y progenitor, el Rey Juan Carlos I, le recomendó quedarse mudo para evitar un “¿Porque no te callas?”, su inoportuna interpelación que recuerda la historia, cuando pretendió impedir, sin éxito, al presidente Hugo Chávez expresar su opinión sobre un expresidente del Gobierno español, José María Aznar?
Frente a la espada de Bolívar, lástima que su Majestad no se inspiró en un episodio noble de las guerras de independencia hispanoamericanas, cuando el Virrey del Perú, el español José de La Serna, prisionero y herido en la Batalla de Ayacucho, se presentó al venezolano Mariscal Antonio José de Sucre para entregar su sable, diciendo “¡Gloria al vencedor!”, el Mariscal lo saludó militarmente, rechazó el arma y le contestó “¡Honor al vencido!”.
Honor a su Alteza por haberse dignado participar en la toma de posesión del presidente Gustavo Petro. Ojala le haya permitido darse cuenta que su invitación era un mensaje para relaciones de paz y que la espada del Libertador sólo ratificó, que casi todos los países latinoamericanos son ahora naciones libres y soberanas.
Los tiempos de la pretendida “Madre Patria” pertenecen al pasado, ahora sus pueblos no son súbditos de nadie, son protagónicos y participativos, buena parte de ellos con deseos de convivencia y hermandad, para una América Latina unida e independiente.
Jean Araud para La Pluma, 21 de septiembre de 2022
Alteza y bajeza. Pag. 13 El Correo del Orinoco, Caracas, 26 de agosto de 2022
Editado por María Piedad Ossaba
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