Hablé con el profesor Michael Schneider (nacido en 1943) sobre el tema de la COVID-19 y la relación entre la medicina y el totalitarismo. Schneider es un escritor y socialista comprometido, conocido entre otras cosas por haber participado en el movimiento estudiantil de 1968, por ser el autor de “Neurose und Klassenkampf” [Neurosis y lucha de clases, Siglo XXI, 1979) y por haber fundado el primer teatro callejero socialista en Berlín Oeste. Se distingue por su crítica perspicaz del status quo, y por lo tanto también de la degeneración “coronaviral” reinante, que contiene numerosos elementos no sólo políticos, sino también neuróticos. Pero dicha crítica es diferente. El poder es diferente hoy en día. Y el totalitarismo de hoy es diferente.
En esta era coronaviral, el vínculo entre medicina, el poder y el totalitarismo escapa a muchos, ¿por qué es así?
Si el vínculo entre medicina, poder y totalitarismo escapa a tantas personas en la crisis de la Corona, es ante todo por la naturaleza de esta nueva narrativa, extremadamente refinada y eficaz en su impacto sobre la psicología de las masas: que el Sars-Cov-2 es un virus asesino que amenaza a toda la humanidad y contra el que hay que “hacer la guerra”, como anunció el presidente francés en abril de 2020. En tiempos de guerra y crisis, el gobierno y los ciudadanos casi siempre se mantienen unidos. La “guerra contra el Corona y sus nuevos “mutantes peligrosos” se asemejan a 1984 de Orwell, donde la gente es constantemente movilizada y empujada en guerras ficticias contra nuevos enemigos que nadie ve jamás.
Aún más sofisticado, incluso de un genio casi sádico (en el sentido de la guerra psicológica): la narrativa (elaborada por los servicios secretos y los laboratorios de ideas usamericanos) de un enemigo invisible y corrosivo que puede atacar en cualquier lugar y en cualquier momento y que puede esconderse en cada uno de nosotros, en tu vecino, tu compañero de trabajo, incluso en tus familiares más queridos y, a fortiori en ti mismo.
El postulado de la “persona enferma sin síntomas”, que pone en peligro a todos los demás como un “súper contaminante”, es especialmente insidioso, ya que alimenta la sospecha de todos contra todos y conduce a una inversión completa de la carga de la prueba: en la lucha contra el enemigo invisible, no todos los hombres son potencialmente sanos, pero potencialmente enfermos. Cada persona es un caso sospechoso aún no verificado y un peligro y debe demostrar su inocencia mediante hallazgos (pruebas) o vacunaciones actualizadas diariamente. Si no lo hace, el aislamiento y las restricciones de desplazamiento son medidas de autodefensa autorizadas por la sociedad.
Este relato es nuevo y tiene éxito en particular porque pone a su servicio, por encima de todo, ideales comunitarios como la solidaridad, la responsabilidad hacia los demás, etc. que son justamente apreciados por la izquierda. Es por eso que la mayoría de los izquierdistas, socialdemócratas y socialistas de izquierda no reconocen su carácter pérfido, especialmente porque se han convertido precisamente en víctimas de su fe en el Estado en este momento, durante la crisis de la Corona: el hecho de que tras treinta años de privatizaciones neoliberales y políticas claras de corte (especialmente en el campo de la salud), el Estado, hasta entonces débil, tome de repente las riendas y haga de la salud de los ciudadanos la máxima suprema de su acción, es considerado por ellos como la prueba de la dimensión ética recuperada de la política. Pero, ¿por qué las élites dirigentes, por otra parte sin escrúpulos, habrían decidido detener la máquina mundial del lucro frente a un agente patógeno que afecta casi exclusivamente a los “improductivos”, los mayores de 80 años?
John Melhuish Strudwick, Un Hilo Dorado, 1885
¿En qué medida el poder en esta época es diferente del poder en el sentido tradicional del término?
A diferencia de las dictaduras y los sistemas totalitarios tradicionales, que en su mayoría están o estaban organizados sobre una base nacional (lo que de ninguna manera excluía las alianzas entre ellos – basta pensar en las potencias fascistas del Eje, Alemania, Italia y Japón) y que eliminaban a sus opositores políticos o los concentraban en campos, esta vez nos enfrentamos a una toma transnacional de poder biopolítico que “comienza a nivel de la gobernanza global e invade profundamente la soberanía del individuo”, como demostró van der Pijl, profesor de política internacional en la Universidad de Sussex, en su deslumbrante estudio El Mundo Asediado : “La instauración del estado de emergencia en prácticamente todo el mundo fue ante todo una medida política, que se ha demostrado que ha sido preparada desde hace mucho tiempo y coordinada en el seno de una serie de grupos de reflexión transnacionales y organizaciones supranacionales como la OMS y el Banco Mundial. Siguiendo sus consejos e instrucciones explícitas, los gobiernos están ahorcando a sus poblaciones. Después de todo, se trata de la supervivencia del orden social existente, que está en agonía en el plano social, económico y ecológico”.
El programa puesto en marcha en la estela de la “pandemia”, el llamado «Great Reset», la “Gran Reinicializacion” (como lo indica la así llamada obra programática de Klaus Schwab y Thierry Malleret) no tiene nada que ver con la salud, sin embargo. Más bien, se trata de mantener en el poder a la oligarquía, a la clase dominante transnacional, que se concentra en torno a un nuevo bloque de poder compuesto por servicios secretos, gigantes de la tecnología informática y conglomerados mediáticos.
Después de la crisis financiera mundial de 2008, esta oligarquía transnacional se vio amenazada por una población agitada y rebelde en muchos países, que exigía una estricta re-regulación del inestable sistema financiero mundial y la corrección de las absurdas desigualdades generadas por el sistema capitalista, especialmente porque cada vez es menos capaz de contener el creciente desempleo masivo en los países del Sur de Europa y los países árabes.
Recordemos en este contexto, entre otros, la Primavera Árabe, el movimiento Occupy y de l@s Indignad@s en los USA y Europa, la primera campaña electoral al principio muy exitosa del candidato presidencial social- demócrata Bernie Sanders, que logró movilizar a una gran parte de la juventud usamericana; el movimiento Black Lives Matter y el movimiento de los Chalecos amarillos en Francia, que condujo a una crisis de Estado; pero también los graves disturbios en la India y las luchas de los chilenos por una nueva constitución democrática, respaldadas (por gigantescas manifestaciones. Para muchos gobiernos en dificultades por los disturbios y las revueltas, la “pandemia” ha llegado en el momento oportuno para paralizar los movimientos de protesta política y la vida social a través de de confinamientos.
¿Cuáles son los temas principales de su ensayo “La caja de PanCorona y su secreto oculto” *?
Los desarrollos político-económicos esbozados allí, que condujeron al golpe de Estado global de la oligarquía transnacional, constituyen una piedra angular de mi ensayo.
Pero analizo en primer lugar la “estrategia del choque” (Naomi Klein) política y mediática por la cual las poblaciones han sido sumergidas en un miedo permanente al pretendido “virus asesino” Sars-Cov-2, y los infames métodos de propaganda por los que este modo permanente de miedo y pánico se alimenta constantemente: mediante pruebas ruidosas, estadísticas manipuladas, cifras de infección y mortalidad sin valores de referencia y por el recurso sistemático a “expertos” médicos dóciles – mientras que los médicos, virólogos, inmunólogos, etc., críticos que denuncian públicamente la vacunación de la población con las nuevas vacunas de ARNm, apenas probadas se ven expuestos a un ensañamiento político-mediático sin precedentes y a menudo son perseguidos por la justicia e impedidos de ejercer su profesión.
Mi otro tema: la campaña de vacunación cada vez más irracional y absurda. Es cierto que el gobierno federal alemán ahora debe admitir que cada vez más personas vacunadas están poblando también hospitales y unidades de cuidados intensivos – lo que significa, que la estrategia de vacunación aplicada hasta ahora ha fracasado claramente – pero lo único que encuentra para decir es su cacareado “¡Sigamos así!” repetido hasta el cansancio cada día. Y así es como difunde en todos los canales la necesidad de una “vacunación de refuerzo o de recuerdo” masiva y de la próxima introducción de una obligación legal de vacunación, lo que, para deleite de la industria farmacéutica y de la industria de la vacunación, debería dar lugar a una suscripción permanente a la vacunación para la población. Esta última no parece inquietarse por el hecho de que la vacunación masiva y la libreta de vacunación obligatoria para cada ciudadano constituyan la puerta de entrada de un capitalismo de vigilancia totalitario (Shoshana Zuboff) como el mundo nunca ha visto antes.
¿Cuál es la importancia de un enfoque interdisciplinario para comprender mejor nuestra crisis histórica del coronavirus?
Creo que es urgente adoptar un enfoque interdisciplinario para comprender mejor la crisis histórica del Corona. De hecho, no solo concierne a todos los aspectos de nuestra vida, sino que a su paso también se está produciendo, bajo la negaciones de la mayoría de los científicos e intelectuales públicos, sin su conocimiento o por oportunismo, una transformación radical de la sociedad y de todo su modo de producción actual.
La Industrialización 4.0 bajo la dirección de los grandes gigantes de la tecnología informática no solo conducirá a la ruina del comercio minorista y de las pequeñas y medianas empresas, cuyas cuotas de mercado actuales ya están visiblemente transferidas a Amazon y otras cadenas de comercio electrónico; la automatización progresiva a través de la digitalización y la IA (inteligencia artificial) conducirá al desempleo masivo de una magnitud sin precedentes. Previendo esto, el “Great Reset” de Schwab considera que la introducción de una renta básica (en absoluto incondicional) es indispensable en relación con la abolición del dinero efectivo y la introducción global del dinero digital- lo que, en última instancia, significaría que el poseedor del dinero digital estaría totalmente en las garras de los bancos centrales.
Es realmente grotesco: mientras que el agitado debate público ha girado durante meses en torno a los pros o los contras de la vacunación y la “pandemia de los no vacunados”, a quienes se le atribuye la responsabilidad del nuevo virus mutante “ Ómicron”, se están sentando las bases tras bambalinas de un estado totalitario de control y vigilancia, en comparación con el cual el de Orwell parece una antigüedad atrasada.
Como dice un proverbio francés: “Un pueblo de ovejas tendrá un gobierno de lobos”.
¿Qué sigue siendo de actualidad hoy en día en “Neurosis y lucha de clases” y por qué?
Mi libro Neurosis y lucha de clases apareció en el apogeo del movimiento estudiantil de 1968. Si se ha convertido en un éxito de ventas internacional, es gracias a mi intento de pensar juntos el marxismo y el psicoanálisis, en lugar de considerarlos como opuestos y contrarios y antípodas incompatibles en el plano metodológico e ideológico, como era generalmente el caso en el pensamiento político dominante de la época. En ese momento, para mí, se trataba principalmente de una visión de conjunto de las fuerzas políticas, económicas y psicológicas de la sociedad capitalista y de la “psicopatología de su vida cotidiana y profesional”, así como de su enfermizo consumismo, que no ha cambiado mucho hasta ahora. Un enfoque sincrético e interdisciplinario similar, con una lente de gran angular sobre el cambio de la época que se desarrolla en nombre y a la sombra de la crisis de la Corona, (mal) entendida como una “crisis sanitaria” y que, por lo tanto, sólo conduce a soluciones médicas y pseudo-médicas monocausales, hoy sería necesario y urgent.
Hijack, “Pandemonium”, 2020
¿Por qué la psicología y la historia son hoy más indispensables que nunca para crear una nueva y verdadera democracia desde abajo y salir del “cuento de invierno” en el que estamos (casi) todos inmersos?
Desafortunadamente, la psicología académica dominante hoy en día está completamente en manos de una concepción positivista y estrecha de la ciencia, y la investigación empírica se reduce principalmente a las encuestas estadísticas. La psicología y la historia no se han pensado juntas durante mucho tiempo, una psicología y sociopatología de masas y de clases basada en el materialismo histórico (como expuse en “Neurosis und Klassenkampf”) ha estado prohibida durante mucho tiempo en las ofertas de enseñanza. Sin embargo, la crisis del Corona muestra hasta qué punto la política actual está determinada por sociópatas generosamente pagados como el actual ministro de Salud Karl Lauterbach (a quien Oskar Lafontaine atacó, con razón llamándolo “boya de sonido covidiana”). Mientras tales personas tengan la confianza de la mayoría de la población alemana, no debemos esperar una renovación democrática completa, ni siquiera una democracia real desde abajo.
Y, sin embargo, incluso en tiempos tan sombríos como los actuales, el lema de Brecht sigue siendo válido: “¡Las cosas no se quedarán como están!”
* Próximamente será publicado por Sodenkamp & Lenz (Berlín) en el trabajo colectivo coordinado por Almuth Bruder-Bezzel, Klaus-Jürgen Bruder & Jürgen Günther: “Corona. Die Inszenierung einer Krise” (Corona, la puesta en escena de una crisis).
Milena Rampoldi
Publicado por ProMosaik, 2 de enero de 2022
Traducido por María Piedad Ossaba, La Pluma y Fausto Giudice, Tlaxcala
Traducciones disponibles: Français, Ελληνικά , Italien, English