Antonio Machado en Barcelona: las razones poliéticas de un poeta muy concernido

Como tantos otros ciudadanos españoles republicanos, Antonio Machado se vio obligado (opuso fuerte resistencia) a abandonar su casa de Madrid en noviembre de 1936 [1]. Rocafort (Valencia) fue su primer destino, hasta la primavera de 1938. Allí escribió uno de sus poemas más imprescindibles: “El crimen fue en Granada”. Desde allí, ante el avance de las tropas fascistas (mal llamadas “nacionales”), llegó a Barcelona (“ciudad de veras, ciudad magnífica, la primera de España sin ningún género de dudas”) a principios de abril, acompañado de su madre, su hermano José, su cuñada Matea y sus tres hijas: Eulalia, Carmen y Mary. Pasó unas dos semanas en el hotel Majestic (Majestic Inglaterra en aquel tiempo, una placa lo recuerda), entonces un centro de refugiados (coincidió con León Felipe y José Berganín), y vivió más tarde en la torre Castanyer, en el barrio de Sant Gervasi. Estuvo allí unos nueve meses, hasta la medianoche del 22 de enero de 1939 (un mes antes de su fallecimiento), cuando  él y sus familiares (madre, hermano, cuñada, sobrinas) emprendieron el camino del exilio.

A su llegada a Barcelona, al igual que otros muchos intelectuales, fue recibido en el Ministerio de Instrucción Pública y Sanidad, sito en la Diagonal barcelonesa, por el subsecretario de estado Wenceslao Roces, el filósofo marxista exiliado traductor de El Capital, y por el ministro Segundo Blanco González.

La insistencia y buen hacer del Colectivo Juan de Mairena, que homenajeó al poeta en 2019, consiguió que el Consejo Plenario de Ayuntamiento barcelonés, en sesión de julio de 2020, aprobara -¡por fin!, escaso interés anteriormente- la adhesión de la ciudad a la Red de Ciudades Machadianas, colectivo del que ya formaban parte Sevilla, Madrid, Soria, Baeza, Segovia, Rocafort y Colliure. Falta París, otra ciudad en la que también vivió el poeta-filósofo de los “Proverbios y cantares”.

Con motivo de la incorporación de Barcelona a la red machadiana, el Ayuntamiento de la ciudad ha publicado un libro que reúne por primera vez de forma monográfica los 29 artículos que el poeta publicó en La Vanguardia [LV] durante su estancia en la ciudad, algunos de ellos no recogidos en sus Prosas completas. Excepto el primero, de 1937, y el último, de enero de 1939, el resto están fechados en 1938. Una buena parte  pertenecen a la serie “Desde el mirador de la guerra”. El primer artículo, “El poeta y el pueblo”, es parte del discurso pronunciado en Valencia en la sesión de clausura del II Congreso Internacional de Escritores Antifascistas. El segundo, el primero encargado por LV, 27/3/1938, lleva por título “Notas inactuales, a la manera de Juan de Mairena”. El primer texto de la serie “Desde el mirado de la guerra” lo publicó el 3 de mayo de 1938: “Mairena póstumo”. Las ilustraciones de la portada (¡magnífica!) son de Ramón Gaya, publicadas en la revista Hora de España.

A lo largo de estas páginas, con una prosa envidiable, certera y cristalina, sin ambigüedades, sin retórica engañosa, consciente, muy consciente de lo que la España republicana (y el mundo democrático y antifascista) se estaba jugando, se nos muestra un Machado siempre en tensión poliética, el más directamente antifascista, el más enrabiado, el más hondamente político, el de “para nosotros, la cultura ni proviene de energía que se degrada al propagarse, ni es caudal que se aminore al repartirse; su defensa, obra será de actividad generosa que lleva implícita las dos más hondas paradojas de la ética: solo se pierde lo que se guarda, solo se gana lo que se da” (10/7/1937).

Y además con sentido del humor. Un ejemplo muy (groucho)marxiano:

El timbre avisará a los viajeros la salida de todos los trenes son cinco minutos de anticipación. Así rezaba un grueso letrero escrito en la pared del restaurante continuo al andén de una estación importante. Mairena apuraba tranquilamente su café, cuando oyó silbar una locomotora.

– Mozo -exclamó aterrado-, ¿es verdad lo que dice ese letrero?

– Sin duda, señor. El timbre avisará.. cuando lo pongamos.

– Pero…

– Todavía no nos hemos decidido a ponerlo.”

Algunos de los temas que podemos encontrar en estas páginas:

1. Ininterrumpida (y dura) crítica a la falsa y cínica política de neutralidad, de “no intervención” de los gobiernos de Francia e Inglaterra:

1.1. “Los gobiernos inglés y francés han preferido ayudar a nuestros enemigos, que son también los suyos, con la llamada no intervención, y parecen desear nuestro pronto exterminio para entenderse con los triunfadores. Pero los triunfadores no triunfarían de nosotros únicamente, sino, sobre todo, de Inglaterra y de su aliada Francia, con un ejército en la línea de los Pirineos, dueños del golfo de Vizcaya, del estrecho de Gibraltar, de Mallorca, etc.” (6/4/1938)

2. Defensa y elogio de la España democrático-republicana:

2.1. “Entre tanto, España, la España auténtica, lucha y trabaja, pensando en la victoria, quiero decir, en ganarla por su propio esfuerzo. Su Gobierno, identificado con el pueblo, no pide auxilio; reclama justicia. España sabe que tiene toda la razón de su parte, y que sus pilotos y sus capitanes están en sus puestos. Sabe muy bien que no son españoles sus enemigos (menos que nadie quienes se decidieron a venderla) y que la victoria o no es nada, o es algo que se da, por añadidura, a quien la merece.” (6/4/1938)

3. Anticapitalismo: “Habrá que reparar en cuán grande ha de ser el resentimiento y cuán hondo el odio contra la tradición y contra la continuidad histórica de tantos miles de hombres que habrían visto inmoladas, sesgadas materialmente generaciones enteras en el gran choque de las plutocracias occidentales, cuántos los llevados en alas de una retórica rezagada a una guerra implacable, para defender el predominio del capital que los esclaviza y la forma de convivencia humana que sacrifica al individuo a la estadística.” (24/07/1938)

4. Antiimperialismo, apuesta por el socialismo: “Para combatir el imperialismo, es decir, las ambiciones desmedidas y forzosamente homicidas de las plutocracias, empecemos por arrojar nuestro Imperio a la espuerta de la basura. Después, con las armas en la mano, las armas que ese imperio nos obligó a empuñar para que le sirviéramos, vamos a servirnos a nosotros mismos y, de paso, a la humanidad entera, proclamando nuestra voluntad de estructurar y de construir un orden social más en armonía con nuestras fatalidades y con nuestra libertad, con nuestras necesidades y con nuestras aspiraciones. Desde entonces se habrá iniciado el ocaso, no precisamente de las revoluciones, sino, por el contrario, de las guerras imperiales y nacionalistas, porque toda guerra estará ya más o menos complicada con la Revolución.” (24/07/1938)

 

Notas

1) Antonio Machado a Barcelona (1936-1939). Articles a La Vanguardia, Barcelona: Ajuntament de Barcelona, 2021, pp. 6-17.

Resumen de un texto publicado en dos partes:

Antonio Machado en Barcelona: las razones poliéticas de un poeta muy concernido (I)

Antonio Machado en Barcelona: razones poliéticas de un poeta muy concernido (II)

Salvador López Arnal especial para La Pluma, 31 de diciembre de 2021

Editado por María Piedad Ossaba