Nunca es tarde

Incendios en California, inundaciones en Alemania, países del Pacífico que van quedando bajo el agua. El planeta sigue calentándose con consecuencias cada vez más

devastadoras.

Ayer, en su discurso de apertura de la cumbre climática en Glasgow (o COP 26), el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, dijo: “Incluso si las promesas recientes fueran claras y creíbles —y hay dudas graves sobre ellas— aún vamos corriendo hacia la catástrofe climática”.

¿Qué puede esperarse de esta reunión que atrajo a cientos de líderes mundiales y durará 12 días? Nuestra reportera experta en clima, Somini Sengupta, escribió un análisis que expone claramente que lo que está en juego es nada menos que nuestro futuro.

La gráfica inferior muestra que, tras el Acuerdo de París en 2015, se han logrado avances considerables. Pero los científicos dicen que la mejor forma de salvarnos de lo peor es limitar el calentamiento a 1,5 grados Celsius para el fin de siglo. Y es que, aun si los países que se han comprometido a recortar sus emisiones de gases de efecto invernadero cumplen con sus metas, se espera que la temperatura global del planeta aumente en 2,7 grados Celsius.

“Que en varios países ahora estemos tan peligrosamente cerca del límite es tal vez la tragedia de nuestra época”, dijo Mia Mottley, primera ministra de Barbados, en una entrevista con Sengupta.

La cumbre busca que los países se animen mutuamente a cumplir con sus metas, afinar las reglas del Acuerdo de París y, tal vez lo más difícil, que los países más desarrollados y más contaminantes paguen a las naciones más vulnerables para que puedan atender el calentamiento global.

A pesar de las dudas respecto a la efectividad de la cumbre, lo cierto es que la reunión subraya cuán crucial consideran los países que es el cambio climático. En Estados Unidos, por dar un ejemplo, un reporte reciente de las principales agencias de inteligencia —ojo, no de medioambiente o meteorología— identificó varias tendencias de importancia relacionadas al cambio climático: el aumento de las tensiones internacionales, los conflictos transfronterizos y la migración internacional y una mayor competencia en el Ártico.

Credito Adrian Dennis/Agence France-Presse — Getty Images

Larry Fink, director ejecutivo de la empresa de inversiones BlackRock, dice que es preciso movilizar fondos privados para lograr la meta de un mundo con cero emisiones netas en 2050, algo que solo puede lograrse destinando fondos públicos en primer lugar. Según sus cálculos, los países de la OCDE y China deberían invertir unos 100.000 millones de dólares para estimular la reducción de emisiones.

“Esta cifra parece desalentadora, en especial ahora que el mundo apenas empieza a recuperarse de la pandemia del coronavirus”, escribe Fink. Pero “lo cierto es que, si no invertimos ahora, más adelante los costos serán más elevados”.

P. D.: Hace unos días explicábamos por qué hay desabasto de tantos productos a nivel mundial. Acá tenemos una rareza sobre el asunto del consumo y la escasez: el negocio millonario de la venta de zapatillas deportivas de edición limitada y la lucha de los vendedores para evitar el acaparamiento y la reventa.

Elda Cantú

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Fuente: The New York Times, 2 de noviembre de 2021

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