Este mes el ex Rey de España Juan Carlos I anunció la decisión de abandonar su país. Calla el Rey cuando en carta a su hijo Felipe VI, publicada en un comunicado de la Casa Real, se refiere a una investigación judicial por corrupción por unos 100 millones de dólares, presentándola como “…ciertos acontecimientos pasados de mi vida privada” y su huida al exilio como “…mi meditada decisión de trasladarme fuera de España”.
Aunque sufre a diario de intervencionismo, Venezuela es un país que no interviene en los asuntos internos de otras naciones. Los casos cuestionables y reprobables de Juan Carlos I son asuntos de España, de sus ciudadanos y de su Justicia.
Pero su Rey, volviendo en escena, recordó a los venezolanos que en otros tiempos había osado mandar a callar públicamente a su presidente Hugo Chávez.
¿Por qué no te callas? En 2007, durante la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado en Chile, el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero exigió respeto para su antecesor José María Aznar por las acusaciones de Chávez “…porque él anda irrespetando a Venezuela por todas partes, yo tengo derecho a defender…” y lo cortó el Rey Juan Carlos de forma autoritaria “… ¿Por qué no te callas?”. Quizás el Rey, invitado de la Cumbre, se desfasó de dos siglos, recordando al Imperio Español cuando los países sudamericanos eran simples Capitanías.
Por su lado, Chávez probablemente recordaba las implicaciones de España y Aznar en el golpe de Estado que sufrió en abril 2002:
. España en declaración conjunta con Estados Unidos apoyando el golpe.
. Aznar con instrucciones a su embajador en Venezuela para apoyar el golpe.
. Aznar divulgando en 2006 su tesis y declarando América Latina “… región amenazada
por la explosiva combinación de populismo e indigenismo bajo la sombra de la alianza entre Fidel Castro y el venezolano Hugo Chávez” y que Chávez era “una amenaza peligrosa para la región”.
Al día siguiente de la pretenciosa orden de callar de su Majestad, Chávez solicitó un minuto al presidente Daniel Ortega de Nicaragua para aclarar “… Con la verdad ni ofendo ni temo; el Gobierno de Venezuela se reserva el derecho a responder cualquier agresión, en cualquier lugar, en cualquier espacio y en cualquier tono, solo eso”.
De la época de sus antecesores Conquistadores, quizás no le llegó la advertencia a su Majestad Juan Carlos que no se puede callar a quien lleva sangre de cimarrón (esclavos traídos desde África que se rebelaron para escapar hacia la libertad) y sangre de zambo (la raza originaria surgida de la mezcla entre un cimarrón y un indio americano).
En Venezuela, hoy por hoy, a los descendientes de los zambos se les unió un pueblo que reúne una gran mayoría de patriotas “leales siempre y traidores nunca”.
Jean Araud para La Pluma
Fuente: El Correo del Orinoco Caracas
Editado por María Piedad Ossaba
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