El arte de la guerra
El largo brazo del Grupo Bilderberg

«El Grupo Bilderberg es uno de los responsables de la estrategia de la tensión y ‎por consiguiente de las masacres.»‎

Tres italianos fueron invitados este año a la reunión del Grupo Bilderberg, realizada en la ‎ciudad suiza de Montreux del 30 de mayo al 2 de junio. Junto a Lili Gruber, la presentadora del canal ‎de televisión La7, convertida en invitada permanente del Grupo Bilderberg, también fue ‎invitado otro periodista, Stefano Feltri, director adjunto de la publicación Il Fatto Quotidiano, ‎que tiene como director a Marco Travaglio. El «tercer hombre» seleccionado por el Grupo de ‎Bilderberg fue el ex primer ministro Matteo Rezi, ahora senador del Partido Demócrata. ‎



Renzi, Gruber y Feltri

El Grupo Bilderberg, creado en 1954, supuestamente por iniciativa de «eminentes ‎ciudadanos» yanquis y europeos, en realidad fue creado por la CIA y por el MI6 ‎británico para respaldar a la OTAN en contra de la URSS y después de la guerra fría ‎conservó el mismo papel de fuerza de apoyo de la estrategia de USA/OTAN. ‎

El Grupo Bilderberg invita a sus reuniones anuales a unos 130 representantes de los sectores ‎político, económico y militar, de los grandes medios  y de los servicios secretos. ‎Esas personas, que vienen casi exclusivamente de Europa occidental y de Norteamérica, ‎participan supuestamente a título personal en esos encuentros. Se reúnen a puertas cerradas, ‎cada año en un país diferente, en hoteles de lujo, bajo la protección de estrictos sistemas de ‎seguridad militares. No se admiten periodistas ni observadores en esos encuentros y ‎no se emiten comunicados. Los participantes están obligados a observar el más estricto silencio, ‎ni siquiera pueden revelar la identidad de quienes hacen uso de la palabra para presentar las ‎informaciones que circulan en esas reuniones –lo cual dice mucho sobre la ‎supuesta ‎«transparencia» de tales encuentros. Sólo se sabe que este año se habló ‎principalmente de Rusia y China, de sistemas espaciales, de un orden estratégico estable, del ‎porvenir del capitalismo. ‎

Las presencias más relevantes fueron, como de costumbre, las de personalidades usamericanas: Henry Kissinger, quien junto al banquero David Rockefeller –el fundador del ‎Grupo de Bilderberg y de la Comisión Trilateral, fallecido en 2017– es una ‎‎«figura histórica»‎ del ‎Grupo; Mike Pompeo, ex jefe de la CIA y actual secretario de Estado; el general David ‎Petraeus, ex jefe de la CIA; Jared Kushner, consejero y yerno del ‎presidente Donald Trump para asuntos del Medio Oriente, además de amigo íntimo del ‎primer ministro israelí Benyamin Netanyahu. Detrás de todos estos usamericanos viene el ‎noruego Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, quien acaba de obtener un segundo ‎mandato en reconocimiento a los servicios prestados a Washington.‎

Durante 4 días, en una serie de sesiones secretas multilaterales o bilaterales, estos personajes y ‎otros representantes de los grandes poderes –tanto públicos como secretos– de Occidente han ‎fortalecido y ampliado la red de contactos que les permite ejercer su influencia sobre las políticas ‎de los gobiernos y las orientaciones de la opinión pública. ‎

Los resultados son visibles. En la publicación italiana Il Fatto Quotidiano, Stefano Feltri defiende ‎con uñas y dientes el hecho que tales reuniones se desarrollen a puertas cerradas «para crear ‎un contexto de debate franco y abierto, precisamente por su carácter no institucional» y ‎arremete contra «numerosos complotistas» que divulgan «leyendas» sobre el Grupo de ‎Bilderberg y la Comisión Trilateral. ‎

Claro, ese artículo no dice que entre los «numerosos complotistas» se encuentra el juez ‎Ferdinando Imposimato, el presidente honorario de la Corte Suprema de Casación (fallecido ‎en 2018), quien resumía de la siguiente manera el resultado de las investigaciones que había ‎realizado: ‎ ‎

«El Grupo Bilderberg es uno de los responsables de la estrategia de la tensión y ‎por consiguiente de las masacres.»‎

Entre las masacres que mencionaba el juez Imposimato estaba, en primer lugar, la de la Piazza ‎Fontana, perpetrada en contubernio con la CIA y con los servicios secretos italianos, con Gladio y los grupos neofascistas, con la Logia P2 y con las logias masónicas gringas que operaban desde las bases de la OTAN.‎

Ese prestigioso club acoge ahora a Matteo Renzi, y si lo invitan no es seguramente por su talento ‎como analista. La otra hipótesis es que los poderosos del Grupo Bilderberg están preparando ‎en secreto alguna nueva operación política en Italia. Y que nos disculpe Feltri por unirnos a los ‎‎«numerosos complotistas». ‎

Manlio Dinucci Μάνλιο Ντινούτσι

Original: Le lunghe mani del gruppo Bilderberg

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio

Traducciones disponibles: Françaishttps://www.lapluma.net/fr/2019/06/06/el-arte-de-la-guerra-el-largo-brazo-del-grupo-bilderberg/  English  Português/Galego  Türkçe