¿Por qué no hacer del Parlamento británico un memorial del Holocausto?

Existe una buena razón para creer que toda nuestra clase política ya ha emigrado a Egipto: sin excepción, todos viven en un estado de negación.

El martes 7 de mayo, cinco primeros ministros, algunos de ellos reconocidos criminales de guerra, se reunieron en un llamamiento para solicitar la construcción de un memorial del Holocausto en las proximidades del Parlamento del Reino Unido. Theresa May se refirió a ello como “una misión nacional sagrada”, y por una vez estoy totalmente de acuerdo con esta mujer triste y desgraciada. Pero yo iría más allá: no construya simplemente un santuario del Holocausto en Westminster, convierta nuestro Parlamento en un monumento del Holocausto. Tal y como están las cosas, no necesitamos en absoluto una Cámara de los Comunes, mejor recibimos las órdenes directamente de nuestros verdaderos dirigentes de Tel Aviv.

Pero existen razones éticas más contundentes que justifican el levantamiento de un memorial del Holocausto en lugar de nuestro Parlamento deficiente. Cada comentarista político en Gran Bretaña sabe a estas alturas que cuanto más aterrorizan los grupos de presión judíos al reino, a sus defensores de los derechos humanos, a sus artistas, a sus escritores y a sus poetas; más conscientes se vuelven los británicos de los crímenes del sionismo, de Israel y su despiadado grupo de presión. Cuanto más se unen los políticos británicos a los clubs parlamentarios de amigos de Israel, menos confían los británicos en su sistema político. Y que cuanto más nos lavan el cerebro con el Holocausto, más sospechan los británicos de la forma en la que se cuenta la historia.

La señora May afirmó: “Al establecer nuestro Memorial Nacional y Centro de Educación del Holocausto al lado de nuestro Parlamento, estamos haciendo la solemne y eterna promesa de que Gran Bretaña nunca olvidará lo que ocurrió en el Holocausto”. ¿Eso es cierto, señora May? ¿De verdad cree lo que está diciendo? ¿Nuestro memorial del Holocausto sacará a la luz el hecho vergonzoso de que Gran Bretaña dificultara la búsqueda de los refugiados judíos de un refugio en el reino o en otras partes del imperio? En 1937, mientras aumentaba la tasa de refugiados judíos que querían inmigrar a Gran Bretaña, el gobierno británico creó normas más estrictas para aquellos que iba a dejar entrar. Una obligaba a los refugiados a depositar 50 libras en un banco extranjero, pero en Alemania era ilegal poseer monedas extranjeras. Por si esto fuera poco, para impedir la llegada de judíos de Alemania, el Gobierno británico limitó el número de inmigrantes en 1938 y 1939. A efectos prácticos, le dio la espalda a los judíos alemanes y austriacos.

La primera ministra prometió que “frente a la despreciable negación del Holocausto, este memorial preservará la verdad para siempre”. Estoy aquí para contaros en confianza que el memorial servirá para disimular la complicidad británica en la destrucción de la judería europea.

Todos los primeros ministros anteriores con vida se reunieron con la señora May: David Cameron, Gordon Brown, Tony Blair y John Major. A excepción de John Major, todos los primeros ministros con vida están vinculados a numerosas muertes y matanzas. Mientras Blair y Brown dirigieron ese reino a una guerra criminal en Irak que dejó millones de víctimas, fue Cameron quien consiguió llevar al país a una cadena de desastres en Libia, Siria y más allá.

Tony Blair, considerado como un criminal de guerra por un tercio de la población británica, dijo en su mensaje que “el antisemitismo y el odio no acabaron en 1945. Por desgracia, este veneno ha vuelto de los márgenes políticos a partes de la corriente política dominante”. Probablemente, Blair se refería a su propio partido, que lucha por renegar del pasado criminal que él mismo creó. Pero lo cierto de todo esto es que el antisemitismo no murió en 1945. No en Gran Bretaña, desde luego. El Gobierno laborista de posguerra hizo todo lo que pudo por hacer imposible la vida de los sobrevivientes judíos del Holocausto. En la historia sionista, el ministro británico de asuntos exteriores Ernest Bevin (laborista) es recordado como uno de los enemigos más crueles del pueblo judío. Este dirigente político se opuso a abolir las restricciones de la inmigración judía a Palestina. ¿Se examinará esta crónica sionista de la política antijudía laborista en el monumento del Holocausto?

No hace falta ser un genio para entender por qué Blair y Brown están mucho más entusiasmados con un museo que describe los crímenes nazis que con un instituto adecuado que estudie sus propios crímenes en Irak. Está bastante claro por qué David Cameron prefiere desviar la atención de sus errores en Siria y Libia. Pero la cosa va más lejos. Gran Bretaña y su imperio tienen una larga lista de crímenes contra la humanidad: esclavitud, campos de concentración en la guerra de los Bóeres, la partición de la India, la destrucción de Palestina, las hambrunas de Irlanda y Bengala. Millones de personas inocentes perdieron sus vidas por culpa de los crímenes del imperio. Sin embargo, nuestros primeros ministros comprometidos éticamente han acordado conmemorar los crímenes cometidos por otros. ¿Este es el mensaje ético que supuestamente debemos transmitir a nuestras futuras generaciones? ¿Es la autorreflexión cero un nuevo valor moral británico?

Me he enterado de que Jeremy Corbyn, a quien las encuestas le atribuyen el próximo cargo de primer ministro, no actúa de forma muy diferente de sus predecesores. Corbyn, que en cierto momento aseguró que tenía en consideración a la mayoría, ahora se está sumando a la primacía del sufrimiento judío. Corbyn pronto anunció que él también “apoyaría una conmemoración permanente, incluido un memorial nacional, junto a una inversión adicional en programas de educación”. Supongo que apoyar un memorial del Holocausto es un billete de entrada al número 10 de Downing Street. 

Existe una buena razón para creer que toda nuestra clase política ya ha emigrado a Egipto: sin excepción, todos viven en un estado de negación.

Gilad Atzmon جيلاد أتزمون گيلاد آتزمون

Original: Why not make British Parliament into a Holocaust Memorial?

Traducido por Sofía Vílchez Chaparro

Editado por Fausto Giudice Фаусто Джудиче فاوستو جيوديشي

Traducciones disponibles: Français

Fuente: Tlaxcala, 16 de mayo de 2019