Intervención de la Convergencia Progresista Norteamericana durante el Taller “Construyendo País”, conducido por el Presidente Iván Duque en la ciudad de Nueva York
Nueva York, 23 de septiembre de 2018
Señor Iván Duque
Presidente de Colombia
E.S.M.
Rosa Parks fue una activista afroamericana recordada como la primera dama de los derechos civiles por su lucha y su decisiva acción en el boicot de buses de Montgomery contra la discriminación racial. César Estrada Chávez, líder campesino mexicoamericano, cofundador de la Asociación Nacional de Trabajadores del Campo (NFWA), trabajó por la protección de los salarios y los derechos de los campesinos estadounidenses sindicalizados. Éstos, constituyen tan sólo dos ejemplos entre la importante contribución de los líderes sociales por la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos. Más recientemente, un grupo de personas de este auditorio y sus hijos, marcharon hasta Washington para exigir que se respete el futuro de los jóvenes beneficiarios del programa DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia).
Porque la democracia, Sr Duque, necesita libertad para que la comunidad participe, sea consultada y habilitada para proponer, así como también requiere de una oposición política que garantice el control y la representatividad.
Que las Rosas Parks y los César Chávez de Colombia sean amenazados de muerte, desplazados, asesinados, criminalizarlos, estigmatizados, en pleno siglo XXl, es una vergüenza para Colombia, más aún después de una larga y cruenta guerra y sus horrores, cuyos poderosos intereses parecieran no permitir llegar a su fin, para ser nuevamente involucrados, re-victimizados en este conflicto.
Colombia es el tercer país más desigual del mundo. Históricamente, las elites que controlan los gobiernos, se han apropiado a sangre y fuego de la tierra, los recursos naturales, los medios de producción, los recursos financieros, los beneficios, los medios de comunicación. A la vez, estas elites han despojado y apartado a las grandes mayorías del derecho a un desarrollo justo y equitativo. Es en este despojo histórico, perpetuado por quienes gobiernan para las elites, donde se explica el origen de toda forma de violencia en Colombia. Se otorgan todos los privilegios y despojan a las grandes mayorías de sus derechos fundamentales: vida, agua, soberanía y seguridad alimentaria, salud, educación. El pueblo no tiene otra opción entonces que arrancar sus derechos en una constante movilización social en las calles.
Usted afirma que su Gobierno promueve la democracia y la concertación, pero en sus propias palabras “quien se oponga a su gobierno, se opone al futuro”; usted dice rechazar las amenazas y asesinatos de los líderes sociales, pero hace tan sólo dos semanas incumplió a los reclamantes de tierras en Apartadó, Urabá. Recientemente, su Ministro de Defensa declaró que “la protesta social es financiada por grupos al margen de la ley” y antes de ello había propuesto “reglamentar” la misma. La polarización y la consecuente violencia entre sus seguidores es tal que, el mismo procurador Fernando Carrillo está dispuesto a ir ante instancias internacionales para denunciar los hechos de amenazas a la vida de la periodista Clemencia Torres y de estudiantes de la UPTC, por las amenazas proferidas por el grupo “Los Espartanos”, uno de cuyos miembros fue identificado como líder de juventudes de su partido político, el Centro Democrático.
Como colombianos en el exterior vemos con horror cómo, si los jóvenes beneficiarios de DACA estuviesen en Colombia, ¡sería imposible que protestaran sin ser amenazados o asesinados! No repitamos los mismos errores contra los más vulnerables. Las Rosas Park de Colombia son presidentas y voceras de las juntas de acción comunal, presidentas de asociaciones campesinas, reclamantes de tierras, miembros de asociaciones de mujeres, de asociaciones de víctimas, defensoras del medio ambiente y de sus territorios y derechos:
¡LOS LÍDERES y LIDERESAS SOCIALES NO SON CRIMINALES!
Sr. Presidente, en este momento histórico para todos(as) los colombianos(as), cuando estamos ad portas de salir desesperadamente de más de medio siglo de guerra, injusticias e infamias, le pedimos:
– Que el discurso oficial sobre los líderes sociales no sea asociado malintencionadamente por sus funcionarios a grupos criminales.
– Que se respete el derecho a la consulta previa de las comunidades, y que no se siga llenado nuestro país de Hidroituangos, un proyecto social y ambientalmente fallido, impuesto por medio de la represión, bajo cuyo cause yacen 72 masacres y que ha implicado el desplazamiento forzado de decenas de miles de colombianos y pérdidas por más de 7 billones de pesos, según El Tiempo. Que no se llene nuestro país de Cerrejones con niños muriendo de hambre, donde debería llegar el desarrollo y el bienestar a las comunidades. Que los proyectos que se emprendan bajo su gobierno no sean proyectos que tan sólo busquen el beneficio de unos pocos, y el saqueo de recursos naturales y el despojo de las comunidades afectadas.
– Que en su gobierno no despojen a los ciudadanos de sus derechos fundamentales, como lo hizo Carrasquilla, su actual Ministro de Hacienda y ex Ministro del ex Presidente Álvaro Uribe, quien interpuso el interés personal y corporativo al bienestar de 117 municipios, al apropiarse de miles de millones de pesos y despojarlos de su derecho fundamental al agua.
– Que no apoye la reforma de la Ley 1448, propuesta por la Senadora Cabal del CD, puesto que ésta va en detrimento de los derechos de restitución de las víctimas, dado que la reclamación de tierras es una de las principales causas de los asesinatos, según la Fiscalía de Colombia.
– Que se apoye la exposición total de la verdad acerca del conflicto, para que por fin haya justicia, respeto y reparación a las víctimas, y para que nunca más se repita esa infame guerra.
– Que se nos diga quiénes son las Águilas Negras y quiénes financian sus crímenes, y que se neutralicen YA sus nefastas acciones de amenazas y muerte. Asumiendo que el plan de su gobierno Quien la hace la paga aplica el mismo racero a todo criminal, queremos ver resultados en los casos de estos asesinatos, y que sus autores materiales e intelectuales sean juzgados y condenados de forma ejemplar.
– Que su gobierno establezca relaciones comerciales justas con Canadá y Estados Unidos, que revise los Tratados de Libre Comercio firmados por Uribe y Harper, y Santos y Obama respectivamente, pues no son otra cosa que una relación de fuerzas comerciales extremamente injustas, diseñada para el enriquecimiento de unos pocos, el despojo de nuestras riquezas y recursos naturales por parte de las empresas mineras, la destrucción del medio ambiente y de las comunidades, la represión y empobrecimiento del campesinado colombiano, que debe enfrentarse desde sus difíciles condiciones de producción, a gigantes agroindustriales norteamericanos, que tan sólo en Estados Unidos reciben cada año más de 90.000 millones de dólares en subvenciones agrícolas, mientras que en Colombia los exiguos subsidios agrícolas van a para a manos de los más ricos, como fue el caso de Agro Ingreso Seguro (AIS) durante el gobierno de Uribe, y cuyo Ministro responsable, Andrés Felipe Arias, fue condenado por la corte Suprema a 17 años de cárcel. En el contexto del TLC con Canadá, La minera Tobie Mining interpuso una demanda contra el Estado colombiano por 16.500 millones de dólares –unos 50 billones de pesos, equivalentes al 20% del presupuesto de Colombia− por “impedírsele” explotar una licencia minera ya otorgada en un área de la Amazonía, protegida por la legislación ambiental colombiana. Este tipo de demandas devastadoras fue previsto en el TLC para despojarnos de nuestros recursos económicos, en este caso después de una irrisoria inversión de 20.000 dólares. Es evidente que esto no le sirve a Colombia para su desarrollo. ¡Tan sólo un puñado de malintencionados inversionistas se beneficia con ello, y de qué manera!
– Que su gobierno respete el Acuerdo de Paz, en particular que se detenga la fallida guerra militar y química contra las drogas. Que sea abolido definitivamente el uso del cancerígeno glifosato de Monsanto, prohibido en muchos países soberanos. Después de decenios, sabemos que el enfoque militarista tan sólo ha arrojado muerte y destrucción, y que es inaceptable tanta represión en nuestro país frente a tanta tolerancia en los países consumidores como los son Estados Unidos y Canadá. La única alternativa viable es la legalización y su tratamiento como un asunto de salud pública, tanto en el Norte como en el Sur.
Señor Presidente,
– ¡Que no nos sigan asesinando!
– ¡NO SE “CONSTRUYE PAÍS” SOBRE LA SANGRE DE LOS LÍDERES SOCIALES!
Firman:
Convergencia Progresista Norteamericana
Cabildo de Paz –Quebec Colombia Humana –New York Colombia Humana –New Jersey Colombia Humana –Pensilvania Colombia Humana –La Florida Colombia Humana –Texas Colombia Humana –Minnesota Colombia Humana –Illinois
Convergencia Humana Internacional
Convergencia Humana –Argentina
Editado por Fausto Giudice Фаусто Джудиче فاوستو جيوديشي
La Pluma, 26 de septiembre de 2018
Fecha de publicación del artículo original: 23 de septiembre de 2018