Por ahí viene la tercera

Lo caro, sin embargo, es el incendio que pudo haberse evitado o corregido, y lo absurdo darle la iniciativa al fuego.

La ola de calor provocó incendios forestales

A mediados de junio, meteorología lo había anticipado, toda la península sufrió una primera ola de calor que, a su vez, desató otra ola de incendios.

Cierto es que la tierra estaba seca, pero más ayudó al fuego la irresponsable necedad de gobiernos y autoridades que no promueven políticas consecuentes con sus discursos en relación a la protección del medio ambiente, y que tampoco asignan recursos económicos y humanos. La verdad, a qué engañarnos, es que el medio ambiente les importa una mierda.

Temperaturas máximas previstas para el domingo 10 de julio

Mejor que yo lo dijo Suárez-Quiñones, siete años como consejero de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio de Castilla: “Mantener el operativo de incendios todo el año es absurdo y un despilfarro”. Los incendios no tienen el gusto de avisar, lamenta el juez y jurista y, además, son caros.

Lo caro, sin embargo, es el incendio que pudo haberse evitado o corregido, y lo absurdo darle la iniciativa al fuego.

A mediados de julio, aviso incluido, nos llega una segunda ola de calor. Todo sigue como estaba y se repite el efecto causa. Fuego por todas partes.

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Un vecino afectado por los incendios le dice a la cámara: “Si todos los días hubiera habido gente trabajando ahí, (señalando las áreas quemadas más próximas) no estaríamos ahora todos, corriendo, con máquinas y equipos, y tendríamos monte todavía”.

(Preso politikoak aske)

Koldo Campos Sagaseta, Columna Cronopiando para La Pluma,  18 de julio de 2022

Editado por María Piedad Ossaba