Los Bancos no roban…

¿El cuento de nunca acabar? Casi, casi, podría haber seguido así indefinidamente, pero hubo un PERO grandote. Alguien no pudo pagar su préstamo y alguien más. Y de repente descubrió que lo que había comprado con su préstamo valía menos de la mitad de lo que debía, y entonces, alguien decidió NO PAGAR y NO PAGÓ y muchos otros no pudieron pagar y el globo se desinfló. O se está desinflando.

Una explicación de la crisis mundial, la del 2008, al alcance de cualquiera. Incluso para los economistas

Si el tema de los bancos te conmueve, esta nota es para ti. La escribió Máximo Kinast hace 15 años. Al leer “Préstame luca...” de Luis Casado, Máximo se dijo que las cosas no han cambiado mucho, más bien nada. Y nos envió su texto que nos complacemos en difundir. Máximo tiene razón: los bancos no roban… (poco).

Son dos monedas por cada recibo, señor.

Bien, -le digo- muy bien.

Pienso que es un servicio. Hago cuentas y quizás no me sale tan mal pagar dos monedas por recibo en un solo lugar y no verme obligado a una peregrinación por las oficinas de las empresas que venden servicios (teléfonos, luz, agua, gas…). Hay que tener en cuenta que en muchos países sudamericanos no existe el pago por domiciliación bancaria. Quizás por desconfianza, quizás por malas experiencias, quizás por ignorancia, quizás porque es mejor negocio cobrar en las ventanillas. Total, el trabajo de un asalariado es un costo menor. Las personas cuestan menos que las máquinas, incluso mucho menos que el software.

En este recibo, ¿Cuánto va a abonar, señor?
206 con 54, es mi respuesta.
Con el IPF, señor, son 207 con 94, me dice el cajero
Bien, -le digo- muy bien.

Esperaba pagar los tres recibos y regresar con dieciocho monedas y fracción, pero con estos y otros detalles me quedan sólo siete monedas.

Llego a casa y reviso mejor los recibos. Mmnnn, pago mensual… más gastos… más intereses… más comisiones… ¿Qué será todo esto? ¿En realidad, cuánto me están cobrando? Bueno, el interés es bajo. Sólo un tres por ciento mensual sobre el capital. ¿Sobre el capital adeudado o sobre el saldo insoluto? Porque me parece que es distinto pagar un tres por ciento cada mes sobre los mil que debo inicialmente, o sea, 30 monedas cada mes, que pagar un tres por ciento sobre lo que realmente estoy debiendo después de cada abono mensual. Veamos, si yo he pagado cien (más los intereses), estoy debiendo 900 más intereses (¿sobre mil o sobre novecientos? ¿Debo pagar 30 o debo pagar 27 monedas?).

Sobre mil, señor, los intereses se calculan sobre el capital.
Bien, -le digo- muy bien.

La explicación es simple. Vamos, algo así como la Deuda Externa. Creo que con eso nos vamos comprendiendo.

Hay un pacto contractual dentro de un marco legal, que he firmado y aceptado. Quizás no leí bien la letra pequeña, pero el Código del Comercio y el Código Civil, más el Derecho Consuetudinario, avalan la legalidad de lo contratado. (¿Será lo mismo legal que justo?) Quizás no sean iguales, pero nos regimos por lo legal.

Y cuidado con los retrasos, impagados, morosidad, etcétera. Los Bancos Centrales en varios países, para desincentivar la tendencia al aumento del consumo (la gente quiere comprar más, porque el país va muy bien, estamos en 1908 y crece sobre el 7% anual), autorizan cobros (que en países ricos serían de Juzgado de Guardia) por estos conceptos. Tres días de retraso en el pago de tu cuota mensual y la multa es de un 20% o 30% sobre el monto adeudado (incluyendo los intereses que tampoco has pagado, entre otras cosas porque no te permiten abonar los intereses separados del capital). Digamos que el castigo, por un año de impago esta entre un 240% y un 360% del monto adeudado. Eso por no desincentivarte a tiempo. Porque ya eres grandecito y haber leído lo que firmabas. Mira que todo eso es legal.

¿Y por qué quieren desincentivar el consumo? Esto es un pelín complicado, según dicen los economistas, la mayor demanda genera inflación. En buen romance quieren decir que, si la gente quiere comprar, los comerciantes aprovechan el momento y suben sus precios. No es la única fuente de la inflación. Hay otras, como veremos más adelante.

¿Y cuánto me pagan los bancos por mi dinero? Ah, sí es en cuenta corriente, donde prima la liquidez inmediata, o sea, que puedes sacar tu dinero cuando quieras, pues nada o casi nada, digamos un dos o tres por mil. ¿Quiere decir que por cada billete de mil monedas que yo dejo en el banco durante un año me darán tres monedas? Sí, exactamente eso quiere decir. Y si las dejas por un día, tu banco te dará -en teoría- la 365ava parte de tres monedas. Digo ‘en teoría’ porque antes deducirá los gastos, las comisiones y otras gabelas y en la realidad no te dará nada, porque tú le estarás debiendo por el servicio de guardarte por unos días tu billete de mil.

Bueno, pero es bueno saber que tu dinero, ese billete de mil está seguro. Incluso aunque entren ladrones, el Banco, como es serio, responde y te lo devolverá en el momento que tú lo pidas. Al menos eso dice la propaganda y eso es lo que todo el mundo piensa. Pero no es así. Tu Banco no está obligado a guardar tu billete. (A devolvértelo sí está obligado, aunque con reservas y condiciones. Recuerda el ‘corralito’ en Argentina). Su obligación es guardar sólo un porcentaje. Digamos un 20 %. ¿Y qué hace con las otras 800 monedas? Pues las presta a alguien que se las pida, al cómodo interés del 1% mensual. Eso, ahora último, porque hasta hace poco prestaban al 5% mensual, más o menos, un sesenta por ciento anual. ¡Casi nada! ¡Vaya negocio, el del Banco!

No, espera, todavía queda algo más. Las 800 monedas tuyas que presta (y sobre las que no te da nada de sus beneficios) las presta con la condición de que la persona que las recibe las deposite en el mismo Banco. De esa forma puede prestar a otra persona el 80% de las 800 monedas y cumplir con la ley de encaje bancario o con el Convenio de Basilea o como se llame eso que les obliga a guardar algo, de verdad, en su caja fuerte o a depositarla en el Banco Central. Y la rueda sigue así hasta el infinito. Creo que no hay límites.

Por su parte, el Banco Central, que es un banco de los bancos, también presta tu dinero a… otros bancos. Con un interés bajo, por cierto, porque el Central también paga muy poco a los bancos que están obligados a dejarle una parte de los dineros que reciben. Además de tu dinero, el Banco Central cuenta con una maquinita de imprenta –y si le peta- la hace funcionar y fabrica más billetes del color que le de la real gana, con lo cual su costo del dinero es sólo el papel, la tinta y el trabajo de la imprenta.

Si hablamos contablemente te puedo decir que el dinero que tú le dejas a tu Banco es su PASIVO, porque ese dinero te lo debe a ti, pero la verdad, como has visto y leído, es un dinero que tu Banco puede prestar o gastar o hacer lo que quiera (excepto con la parte de encaje legal, que suele ser menos del 20% del total que les has dejado). Por el resto, el banco tiene libertad de acción.

Al otorgar créditos, el Banco de alguna forma está ‘creando dinero’, que en realidad es tu dinero multiplicado como si fuesen peces y panes. ¡Casi nada! ¡Vaya negocio, el del Banco!

Pues sí, casi nada. Una menudencia en los negocios de tu Banco. Porque no hemos visto lo que hace con su ACTIVO, que es el dinero que el Banco tiene (aunque en verdad sea el tuyo) y cuando el Banco lo presta a alguien, se transforma en Activo, porque es dinero que alguien le debe al Banco (y se le suman los intereses, comisiones, gastos y cuanta gabela se le ocurra al banco sumarle) y que le han de pagar sí o sí.

Vamos ver, por partes. ¿Qué negocio está haciendo tu Banco? Está prestando tu dinero, por el cual te paga una miseria, o dinero del Banco Central (dinero interbancario) por el cual paga muy poco, y cobrando al endeudado un interés muy alto, más cuanta cosa se le ocurra cobrar. Total, así se pacta en un contrato legal.

Bueno, pero el Banco está haciendo un servicio, ya que asume el riesgo de que no le paguen. Sí, es verdad, o era verdad, porque las cosas han cambiado. Como tu deuda es un Activo (cuentas por cobrar) tu banco las junta con otras deudas, en especial con hipotecas y hace un documento (emite un título en la jerga bancaria) que representa a todo ese paquete de deudas… Y VENDE ESE TÍTULO.

¿A quién? ¿Y por qué alguien va a querer comprarlo? La respuesta es a cualquiera que quiera comprarlo. ¿Pero por qué lo compran? Porque como a ti te está cobrando unos intereses muy altos, le sobra margen para dar parte de esas expectativas de ganancia a otros.

En la realidad no es cualquiera el que compra esos ‘títulos’. Normalmente es una entidad financiera, una AFP o un Fondo de Inversiones. Aunque también, en muchos casos es el propio Banco que se los compra a sí mismo, aunque por intermedio de una entidad creada por el propio Banco, con otro nombre para que no se vea tan feo el negocio. Tiene que ser un nombre bonito, como la II&D International Investment & Development. ¡Queda cojonudo!

¿Y de dónde saca el dinero la II&D para comprar mis deudas a mi Banco? Lo saca de un préstamo que le hace otro Banco, mientras el tuyo le presta a la entidad creada por el otro banco. Un cruce de préstamos sin garantía. Bueno, sin más garantías que las que ofrece tu solvencia y tu buena intención de pagar. ¡Casi nada! ¡Vaya negocio, el del Banco!

En realidad, todavía no es un negocio tan grande. Y casi no tiene problema, porque tú eres una persona seria y estás dispuesto a pagar, aunque sea con intereses que no puedo llamar de usura, porque el delito de usura no existe, aunque hace algunos años se habría llamado así: USURA. Ahora digamos que los intereses son un poquito altos. La maquinita de hacer negocios está inventada.

¿Cómo podemos sacarle más jugo? Muy fácil: ¡Haciendo más préstamos a más gente! Hemos de incentivar el consumo, como se hizo en Estados Unidos, con el sueño americano de la casa propia. Todo el mundo quiso una hipoteca.

-Sin intereses los dos primeros años y con intereses progresivos los 28 años siguientes
-Estupendo. ¿Qué garantías debo dar?
-Ninguna, con el valor de su casa es suficiente.

Porque su casa está subiendo de precio y seguirá subiendo, porque la mayor demanda incentiva la inflación, de modo que no hay por donde perderse. Tenga el 120% del valor de su casa y pague como quiera… los primeros años. Eso se llamó Créditos NINJA (a personas No Income, No Job, no Asset). Créditos a gente sin garantía, sin capital y hasta sin trabajo. Ahora en Chile se llama la ‘Guerra de las Hipotecas’ para disimular, para que no parezca lo mismo.

En el Perú, el Banco Central teme a la inflación como a la peste y por eso sus medidas son para desincentivar estos créditos, pero la inflación se le escapa por otros lados. Uno es la cuestión sicológica: “Si tu subes tus precios, yo también subo los míos”. El otro es que el dólar no vale nada y una forma de evitar que se desplome es fabricar con la maquinita algo de billetes, absolutamente innecesarios, excepto para que con el aumento de la masa monetaria el sol se desvalorice y así desvalorizándose juntos se nota menos que el dólar está en caída libre. Otro más, el recuso de comprar dólares que no sirven para nada y guardarlos, como quien retira billetes viejos, ayuda a defender lo indefendible… pero provoca inflación.

Bueno, y ahora, ¿de qué tamaño es el globo de los préstamos en el mundo? Buena pregunta. Lo lamento, pero no te la puedo responder, porque nadie –ABSOLUTAMENTE NADIE EN EL MUNDO- sabe la respuesta, porque los Brokers (intermediarios) como financieras, AFP y entidades fabricadas ad hoc, titularizaron los títulos, o sea, tomaron varios títulos emitidos por tu banco y los juntaron con otros títulos emitidos por otros bancos, hicieron nuevos paquetes y los vendieron por participaciones (o acciones o trocitos) y con ellos hicieron más títulos…

¿El cuento de nunca acabar? Casi, casi, podría haber seguido así indefinidamente, pero hubo un PERO grandote. Alguien no pudo pagar su préstamo y alguien más. Y de repente descubrió que lo que había comprado con su préstamo valía menos de la mitad de lo que debía, y entonces, alguien decidió NO PAGAR y NO PAGÓ y muchos otros no pudieron pagar y el globo se desinfló. O se está desinflando.

¿Cómo es que se está desinflando y no reventó? Una movida de esa naturaleza es un escándalo, me dirás, y no creerás que no reviente. Pero es así. El globo no reventó, porque la cosa es tan gorda y tan imbricada (uso adrede una palabra complicada para decir que está enredada), que nadie (o muy pocos) han entendido la situación. Y los que la entienden prefieren enredarla más para que no se note. ‘No remenis, que fa pudor’ dicen los catalanes, que viene a significar: ‘No la muevas que huele mal’ ¿Vas comprendiendo? Y por otra razón, tampoco ha reventado. Porque los genios del Tesoro de los Estados Unidos y los muchachos de la FED han encontrado la solución y la están aplicando.

Ah, qué bueno, me dirás, el 7º de Caballería no falla. Nuestros ‘americans good fellows’ han salido al rescate de la Humanidad. Es cierto, absolutamente cierto; pero con un pero, muy, pero muy grande. El remedio (o la solución) no te va a gustar. Es muy simple, se trata de fabricar más dólares y con ellos el Tesoro y la FED compran todos los títulos titularizados y por titularizar que se les ocurra. Así nadie pierde dinero.

Bueno, nadie de la gente importante, como los bancos, los Brokers y yerbas similares.

Porque el excedente de dinero produce inflación. Y los precios de las cosas suben, pero tus ingresos (a no ser que seas muy vivo o muy importante), tu sueldo no sube.

En buen romance, esta jugada que ha creado nuevos multimillonarios, la pagas tú, con tus ahorros y con tus ingresos.

Pero no te quejes, que los bancos no roban. Son negocios de altas finanzas. Tú tienes la culpa si no los entiendes.

¿Quién te mandó endeudarte?

Máximo Kinast 14/10/2008

Editado por María Piedad Ossaba

Publicado por Politika,