Notas sobre mi padre Héctor Mujica

Qué distantes nos encontramos de las diferencias y demarcaciones entre el hecho noticioso y la opinión que definieron las orientaciones ideológicas y políticas de los medios de comunicación social en el siglo XX…Ya en las postrimerías de siglo XX, la Guerra del Desierto marca una ruptura importante que fue percibida por Héctor Mujica…la impronta militar se impuso a la noticia, fue el morir de la noticia, pues quién tenga en sus manos el control de los medios y las redes sociales, gana la guerra.

Rendir homenaje a mi padre significa simplemente un juramento de fidelidad que es el sentido etimológico de la palabra… Hablar sobre la obra de mi padre es algo complicado, se mezclan los afectos, los pareceres políticos, humanos, literarios y académicos, son luchas de un entramado complejo, difícil y azaroso, que se reúnen en una personalidad como la de Héctor Mujica, escritor, poeta, comunista y bolivariano comprometido, profesor universitario y sobre todo humano, comprometido en las luchas sociales y políticas desde muy temprana edad.

Ya en 1944 intuía que el sentido de su lucha estaba orientado a elevar el universo cultural, político, social y económico de los de abajo. En esa lucha fue de la mano junto con comunistas como Eduardo Gallegos Mancera, adolescente, se lo presentó su padre, Pastor Oropeza, es justo recordar que mi padre fue el primer hijo de Pastor Oropeza y de Águeda del Carmen Mujica, nacido en Carora, en 1927, en una Venezuela bajo la tutela y dictadura cultural, política y económica del gomecismo.

Entre mi abuelo Pastor y Héctor, mi padre, siempre existió una afinidad afectiva, cultural y política sumamente estrecha. Héctor fue hijo del amor y no del matrimonio. Su padre Pastor Oropeza, fundador de la pediatría en Venezuela, lo reconoció desde el primer momento. Lamentablemente no conocí a mi abuela Carmen ya que falleció en 1948 y yo nací en 1949.

A quien conocí fue a mi abuela Egilda Herrera Gutiérrez , esposa de mi abuelo Pastor desde 1935, quien me ofreció su amor de abuela…Pastor fue una figura excepcional de una VENEZUELA en construcción.

Sus crónicas escritas durante el exilio perezjimenista en Chile, son una muestra del cariño hacia un pueblo y un país que acogió a mi padre, ofreciendo sus espacios culturales y políticos a los exiliados, país en que se sintió un chileno más. Fueron muchas las cuartillas que escribió en el diario El Siglo del Partido Comunista chileno y en las Noticias de Última Hora que fueron una muestra del homenaje fraterno de un caroreño a ese pueblo del Cono Sur.

No podemos dejar de lado el debate enriquecedor que se dió durante la renovación académica y la respuesta de un académico comunista y comprometido con el saber, mi padre fue una figura señera en la creación de la nueva escuela de periodismo como su primer director, luego de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, entre 1958 y 1964. Posteriormente fue elegido por estudiantes, empleados, obreros y profesores, durante la renovación académica de 1969.

En su libro Cogobernalia hace un balance de la renovación académica en la escuela de periodismo, en ese periodo florecieron miles de esperanzas que también se enfrentaron a una realidad que no supo ser manejada y transformada. Quedó como único recuerdo una ciudad universitaria ocupada militarmente por el gobierno de Rafael Caldera y la estructura de los Consejos de Escuela en la Universidad Central de Venezuela.

Un gallo fino llamado Héctor Mujica

En un breve ensayo publicado en 1999 por ediciones de la Biblioteca Central de la Universidad Central de Venezuela, titulado La televisión y las guerras en donde toca las relaciones entre los militares, los medios de comunicación y los periodistas, y el giro radical que tuvo la Guerra del Desierto para el universo mediático, es decir, la invasión de Kuwait por el ejército iraquí del demonizado Sadam Hussein. A su entender, esa guerra guerra marcó un viraje radical en la información, si bien podemos hablar de información… cuán lejos del Imperio de la Noticia y de la Sociología de la Comunicación, dos de sus obras más conocidas en el campo de la comunicación y del periodismo. Qué distantes nos encontramos de las diferencias y demarcaciones entre el hecho noticioso y la opinión que definieron las orientaciones ideológicas y políticas de los medios de comunicación social en el siglo XX.

El imperio de la noticia

Ya en las postrimerías de siglo XX, la Guerra del Desierto marca una ruptura importante que fue percibida por Héctor Mujica. Cito un pasaje esclarecedor de La televisión y la guerras: “ entramos en la era de la sospecha, la era de la desconfianza, la etapa de la incredulidad. Yo diría que a mayor iconografía, mayor incredulidad, a mejor imagen, más desconfianza”.

La televisión y las guerras

La guerra del desierto marcó una ruptura con el periodismo del siglo XX y por qué no de la política. En efecto, la guerra del desierto, la impronta militar se impuso a la noticia, fue el morir de la noticia, pues quién tenga en sus manos el control de los medios y las redes sociales, gana la guerra. Ejemplo, la guerra del Golfo fue controlada comunicacionalmente por CNN que tenía el visto bueno del gobierno y del ejército estadounidenses.

Los otros grandes medios no tuvieron acceso y la posibilidad de cubrir la Guerra del Golfo y penetramos en el mundo de la posverdad y del arte de mentir, o de la distorsión deliberada y consciente del hecho noticioso, al que nos vemos sometidos por la imposición y control de la información, por los grandes medios noticiosos impresos y virtuales.

Michel Mujica Ricardo

Notas sobre mi padre Héctor Mujica. Pag 13  El Correo del Orinoco, Caracas 13 de abril de 2023

Editado por María Piedad Ossaba