Un acto de insensibilidad que agravia a la Cancillería chilena

La Fundación Nueva Educación y Sociedad nos hizo llegar esta alerta que cumplimos en difundir a los cuatro vientos. ¿Qué es lo más reprobable? ¿La indiferencia ante la suerte de nuestros compatriotas? ¿Lo miserable de la excusa? ¿La pequeñez de funcionarios acostumbrados a las alfombras y los cócteles mundanos? Hubo una época en la que lanzaban cadáveres al mar. ¿Se abre otra de fosas comunes?

El histórico dirigente social kawésqar Carlos Edén Maidel falleció a comienzo de marzo en Nueva York, a los 79 años de edad. Vivía en esa ciudad desde 1978, cuando arribó en calidad de exiliado, tras sufrir prisión y tortura como prisionero político, resultantes de una comprometida vida política que inició muy joven.

Acostumbrado a los rigores de una vida difícil, como sus ancestros canoeros, Carlos fue un hombre que nunca ambicionó atesorar bienes materiales, llevando una vida modesta pero intensa, marcada por un honesto compromiso con la justicia social, y en pro del reconocimiento de su cultura ancestral, que vive los efectos finales de un secular abandono, equivalente a un verdadero genocidio perpetrado por intereses privados al amparo de los Estados de Chile y Argentina.

Carlos Edén Maidel

Carlos Edén, en forma consecuente proyectó también sus esfuerzos hacia la lucha anti dictatorial del pueblo chileno, como parte esencial de su amplio compromiso con los Derechos Humanos.

Sus afanes en pos de conquistar libertades y derechos para los pueblos originarios de Chile y el mundo, a partir de su gran conocimiento y habilidades propias de la cultura kawésqar, le permitió además de ser un sobreviviente, ser un portavoz genuíno de una nación en proceso de extinción, siendo declarado por la UNESCO Tesoro Humano Vivo de la Humanidad.

Sin embargo, a pesar de todo ello, el Consulado Chileno mantuvo casi nula relación con Carlos Edén y ahora que ha fallecido, alega no contar con los recursos necesarios para incinerar su cuerpo, facilitando su regreso a los canales magallánicos que le vieron nacer, de modo que debido a la desidia, aún permanece en el Hospital Público donde falleció, con el peligro de ser arrojado a una fosa común, por carecerse de alrededor de US$ 2.000 equivalentes a esos costos.

El Consulado de New York y la Cancillería en Santiago, insisten en no disponer de los recursos necesarios, argumento que luce enorme falsedad si se consideran los grandes costos en actividades de dudoso valor ciudadano.

Una sobrina, Margarita Vargas, que se encuentra en New York y ex Convencional Constitucional en representación del Pueblo Kawésqar, pretende cumplir con la voluntad de Carlos Edén Maidel de que sus cenizas fueran esparcidas en aguas australes, en donde sus ancestros vivían en paz y tranquilidad hasta que llegaron los conquistadores europeos y luego el Estado Chileno y Argentino, ocupando el territorio y sembrando enfermedades desconocidas, abusando y cometiendo matanzas brutales, que diezmaron a miles de aborígenes australes.

En conocimiento de esta situación, la Fundación Nueva Educación y Sociedad, FNES, denuncia el trato insensible y deshumanizado que está otorgando nuestra Cancillería con un chileno, miembro de un pueblo horrendamente victimizado, y que honró a nuestro país durante su vida en pos de los ideales de reconocimiento, integración, democracia, libertades y derechos fundamentales para los pueblos originarios.

Esta situación debe ser enmendada a la brevedad, para terminar con un hecho a todas luces racista y por ello discriminatorio, que cubre de vergüenza e indignidad a la Cancillería y al Gobierno de Chile.

Santiago, 27 de marzo de 2023

Editado por María Piedad Ossaba

Publicado por Politika, 28 de marzo de 2023

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