Desde el 12 de diciembre se está celebrando una vista probatoria en el Tribunal del Distrito Sur de Florida para examinar un caso de importancia histórica. ¿Está Estados Unidos por encima del Derecho internacional ?
¿Pueden los tribunales y fiscales estadounidenses violar los convenios internacionales sobre inmunidad diplomática ? El destino de Alex Saab, enviado especial de la República Bolivariana de Venezuela, está en disputa, pero se decidirán cuestiones más amplias que podrían afectar a la vida de diplomáticos de todo el mundo.
La mayoría de los presos con una tarjeta para salir de la cárcel la habrían utilizado, pero no Alex Saab. El diplomático venezolano lleva dos años y medio en prisión.
El 12 de junio de 2020, Alex Saab realizaba una misión de Caracas a Teherán para conseguir alimentos, combustible y medicinas de los que los venezolanos se ven privados por las sanciones estadounidenses. Su avión fue desviado a Cabo Verde. Cuando aterrizó en la pista, fue detenido por orden de Washington y desde entonces está encarcelado.
Presionado por Estados Unidos, Cabo Verde desafió las conclusiones del Tribunal Regional de Justicia de la CEDEAO y del Comité de Derechos Humanos de la ONU para poner en libertad a Alex Saab. Como enviado especial del gobierno venezolano, se suponía que gozaba de inmunidad frente a arrestos o detenciones en virtud de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Posteriormente, el 16 de octubre de 2022, Saab fue « extraditado » -en realidad « secuestrado », ya que Estados Unidos no tiene tratado de extradición con Cabo Verde- y encarcelado en Miami.
La endeble excusa de Washington para trasladar por la fuerza a un ciudadano extranjero a Estados Unidos fue que el enviado especial era culpable de defraudar al pueblo venezolano. Sin embargo, tan pronto como Saab ingresó en la Penitenciaría Federal, el Departamento de Justicia retiró los siete cargos por blanqueo de capitales.
El cargo restante de « conspiración » para blanquear dinero es un regalo del fiscal porque impide al acusado utilizar el hecho de que no cometió el supuesto delito como prueba de inocencia.
De hecho, lo que el poder imperial ha perpetrado es un ejemplo de extralimitación judicial extraterritorial. Se persigue a alguien que es extranjero y no se encuentra en Estados Unidos por un presunto delito cometido en un país extranjero. Sólo una entidad que se había arrogado el papel de policía mundial podía cometer una acción tan atroz.
Ciertamente, si el Sr. Saab estaba realmente perjudicando al gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro, Estados Unidos habría estado encantado. Tal actividad subversiva habría sido coherente con la política estadounidense de cambio de régimen mediante la aplicación de sanciones. Sin embargo, fue Saab quien, según admite el propio Washington, ayudó a Venezuela a eludir estas medidas coercitivas unilaterales introduciendo suministros humanitarios procedentes de Irán en el comercio internacional legal.
En contra del pretexto colonialista de Washington de que Saab perjudicaba al pueblo venezolano, el gobierno de Caracas lo trató como a un héroe nacional.
Pero quizá el argumento más contundente en favor de la sinceridad de Saab sea el hecho de que el gobierno estadounidense admitiera que el diplomático era un objetivo porque tenía información buscada por Washington. El ex Secretario de Defensa estadounidense Mark Esper escribió : « Era importante encarcelarlo. Podría proporcionar una verdadera hoja de ruta para que el gobierno estadounidense desentrañe los planes ilícitos [sic] del gobierno venezolano ».
Sin embargo, torturado en Cabo Verde y luego encarcelado en Estados Unidos, Alex Saab se negó a « cantar » y mantuvo su lealtad al gobierno democráticamente elegido de Venezuela. En lugar de reunirse con su familia, Alex Saab sigue defendiendo su derecho a la inmunidad diplomática y luchando contra su detención ilegal.
Si Estados Unidos se niega a reconocer la inmunidad diplomática del Enviado Especial Saab, este precedente pondrá en peligro la inviolabilidad de los diplomáticos en todo el mundo.