En las últimas semanas, las fuerzas de ocupación israelíes y las bandas de colonos han intensificado sus ataques contra el personal médico, las ambulancias, los médicos y los paramédicos en Jerusalén y otros territorios palestinos ocupados, en grave violación del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos. Y el subsecretario del Ministerio de Sanidad palestino, Wael Al-Sheij, declaró a los medios de comunicación que habían disparos deliberados contra el personal médico cumpliendo su deber humanitario.
La frecuencia de los ataques contra el personal médico ha aumentado en la última semana por parte de los soldados de ocupación, por un lado, y de los colonos, por otro, ya que se comprobó que el personal médico, los periodistas y el personal de la defensa civil han sido objeto de ataques cada vez más directos en los últimos periodos. El director de ambulancias y emergencias de la Media Luna Roja) en Nablús, Ahmed Yibril, declaró que varios colonos atacaron las ambulancias en la ciudad de Hawara, al sur de Nablús, y les impidieron pasar para atender a las personas heridas por las balas israelíes.
Las ambulancias pertenecientes a la Media Luna Roja y a Medical Relief fueron objeto de ataques directos en varias ocasiones, mientras transportaban heridos, en numerosas ciudades y campamentos palestinos. Los colonos también atacaron a un médico en Tulkarem y a un vehículo médico perteneciente al Hospital Universitario An-Najah de Nablús. Según el Ministerio de Sanidad palestino, el médico, Assem Qaddoumi, sufrió graves contusiones en el pecho, el abdomen y la nariz, cuando un grupo de colonos lo atacó en el cruce de Beit Lid, al este de Tulkarem, tras lo cual fue trasladado al hospital gubernamental de Thabet. En Nablús, los colonos atacaron un vehículo del Hospital Universitario de An-Najah que transportaba pacientes sometidos a diálisis cuando pasaba por el puesto de control de Hawara hace dos días.
Los equipos médicos y las ambulancias también han sido objeto de ataques en Jerusalén y en las ciudades y campamentos palestinos por parte de las fuerzas de ocupación y los rebaños de colonos para impedirles cumplir con su deber humanitario de proporcionar la atención médica necesaria a las víctimas de la ocupación que resultaron heridas tras estos ataques
En una peligrosa escalada, el viernes por la mañana, 14/10/2022, las fuerzas de ocupación atacaron al médico Abdullah Abu Al-Tin en Yenín, hiriéndole gravemente en la cabeza con una bala y fue declarado muerto más tarde. El Dr. Abu Al-Tin, cuando fue alcanzado por la bala de un francotirador de la ocupación, era uno de los miembros del personal médico que fue blanco de los ataques de la ocupación durante la semana pasada. No fue ni el primero ni el último del personal médico martirizado que cayó en los ataques de las fuerzas de ocupación y las hordas de colonos.
Los ataques agresivos llevados a cabo por las fuerzas de ocupación israelíes y las hordas de colonos contra civiles palestinos en los territorios palestinos ocupados constituyen una violación flagrante del derecho internacional humanitario. Estos actos se clasifican como infracciones graves según el Cuarto Convenio de Ginebra relativo a la protección de la población civil en tiempo de guerra de 1949. Los ataques dirigidos contra el personal y los vehículos médicos por parte de las fuerzas de ocupación y los colonos israelíes constituyen una forma de homicidio intencional que entra en el ámbito de las violaciones graves previstas en los artículos 146 y 147.
El artículo 20 de la Convención también estipula que los empleados que trabajan en la gestión y el funcionamiento de los hospitales, incluidos los conductores de ambulancias, las enfermeras y los paramédicos que transportan y evacuan a las víctimas de las operaciones militares, deben ser respetados y protegidos. El artículo 23 estipula la obligación de las Altas Partes Contratantes de garantizar el libre paso de todos los envíos de medicamentos y suministros médicos. El Protocolo adicional a los Convenios de Ginebra de 1949, relativo a las víctimas de los conflictos armados internacionales, refuerza los mecanismos de protección del personal sanitario, facilita el traslado de los heridos y lesionados en las zonas de hostilidades y consagra la necesidad de protegerlos y no exponerlos a todas las acciones que les causen daños y perjuicios.
Los ataques de las fuerzas de ocupación y de los colonos israelíes contra el personal médico palestino no se consideran como un acto involuntario ni un simple accidente debido a un error, que puede subsanarse y que no tiene consecuencias para las operaciones posteriores de estas fuerzas. Por el contrario, los repetidos ataques contra esos médicos, enfermeras y paramédicos confirman el hecho de que han sido el blanco de esas fuerzas. Los datos disponibles, documentados por las instituciones locales e internacionales de derechos humanos, indican que el uso excesivo de la fuerza letal contra estas personas protegidas y contra las ambulancias en las que viajan confirma la intención de los militares de matarlas y herirlas.
Estos continuos ataques contra el personal médico, que han provocado centenares de muertos y heridos en sus filas, se consideran crímenes de guerra de conformidad con el Estatuto de la Corte Penal Internacional y conllevan una responsabilidad internacional, lo que exige la elaboración de un expediente judicial sobre las víctimas de estos ataques, incluidos los heridos y los mártires, para presentarlo a la justicia penal internacional, en particular a la Corte Penal Internacional, para que enjuicie a los autores de estos crímenes, a fin de que no escapen al castigo.
Nota de Tlaxcala
La versión dada por el autor de la muerte del Dr. Al-Tin (cirujano, 43 años, padre de 3 hijos) retoma la versión oficial de la Autoridad Palestina en Ramallah, que oculta el hecho de que este médico era también un combatiente de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, una emanación de la fracción militante de Fatah, y que estaba armado en el momento en que fue asesinado. En mi humilde opinión, presentar a un combatiente como una pobre víctima inocente no ayuda a la causa, sobre todo porque los sionistas se apresuraron a publicar las fotos de Abdullah en armas con este tipo de comentarios: “Las fotos del difunto muestran más elocuentemente más al terrorista que al Doctor”. No se responde al argumento utilizado para justificar las ejecuciones de “terroristas” con lloriqueos victimarios, sino afirmando alto y claro el derecho a la resistencia, también consagrado en la legislación internacional. El propio Tribunal Supremo israelí dictaminó en 2005 que “los “terroristas” pertenecen a la categoría de los civiles que participan en las hostilidades”. Se puede deducir que su ejecución no puede justificarse en absoluto y que no tiene sentido tratar de ocultar su condición de combatientes.