Los bancos centrales solo tienen una diversión: la inflación. Están ahí dizque para controlarla. Cuando no la ven ni la prevén… cobran igual. El personal paga al pato de esa boda… Como siempre.[N de Politika].
El oficio de las previsiones –adivinar el futuro– es cosa de astrólogas y de economistas, sin que sea posible –al día de hoy– establecer fehacientemente quien se equivoca menos.
Elizabeth Tessier
Hay quien le cree a los economistas, otros depositan toda su confianza en las astrólogas. François Mitterrand por ejemplo, presidente de Francia de 1981 a 1995, se dio el lujo de tener astróloga propia, la célebre Elizabeth Tessier, cuyos vaticinios le fueron útiles durante su campaña electoral de 1988 contra Jacques Chirac.
Una versión alternativa dice que Mitterrand, eterno admirador del encanto femenino, se interesaba más en levantarle la crinolina y los miriñaques a la bella astróloga, que en sus desvaríos adivinatorios.
Elizabeth Tessier
Mitterrand, un tipo intelectualmente brillante y literariamente erudito, entendía poco de economía, lo que dio origen a una disputa bizantina entre quienes se lo reprocharon y aquellos que –suspirando aliviados– sostuvieron que si hubiese pretendido saber algo habría sido peor.
Yo tengo para mí que Mitterrand, a quien conocí personalmente, no era tan asopado. Alguna vez afirmó: “La economía es simple. Son dos columnas: una de gastos y otra de entradas. Cualquier dueña de casa se lo diría…”. Es el tipo de razonamiento que suelen ignorar los ministros de Finanzas y los presidentes de los Bancos Centrales, más inclinados a la astrología.
No lo invento: los Bancos Centrales construyen inverosímiles hipótesis relativas a un ceremíl de índices económicos con el propósito confeso de usar la única herramienta de la que disponen –la tasa de interés– para controlar la inflación.
Indices económicos
La inflación misma es el objeto de sus disquisiciones, cuyas conclusiones adquieren la forma de otro índice: “la tasa de inflación objetivo”, una suerte de pomada wirasacha que lo cura todo, facilita la digestión y el crecimiento, evita la caída del pelo y la desinversión y renueva y fortalece las erecciones priápicas así como la confianza, pero sobre todo las erecciones…
Por su parte los ministros de Finanzas, –encargados de velar por la preparación de los Presupuestos del Estado–, adoptan alegremente sus propias previsiones para lo que sea menester: tasa de crecimiento, tasa de inflación, tasa de cambio, evolución del empleo, balanza de pagos, etc., con el fin de calcular la trayectoria que conduzca al equilibrio en las cuentas públicas, es decir una adecuada balanza de gastos versus ingresos. Así nos va…
Mis pinches reflexiones se habían extraviado en tales deplorables meandros cuando mi visión periférica fue irremisiblemente atraída por un titular de prensa de esos que te dejan boquiabierto, la mandíbula desencajada y las babas colgando. Helo aquí:
Como he tenido la ocasión de repetirlo hasta la náusea, los bancos centrales solo se ocupan de la inflación. No les falta tiempo para informarse. A priori están situados en algo así como la tribuna de Florentino Pérez, rodeados de hostess en minifalda, copas de Champagne y canapés a voluntad, y tienen a Jorge Valdano comentando los pormenores del partido: si no entienden es porque no quieren. O bien son pasados por agua tibia, lo que es lo más probable.
La noticia de la que te hablo deja a los “expertos” en cueros, con las pelotas al aire, y los muestra como lo que son: una pandilla de cantamañanas que no se entera pero cobra como si supiera.
“El banco reconoce su error ante la dificultad de prever el fuerte auge de la energía”, dice la nota, y es cierto, ¿qué puede ser más difícil que prever el futuro? Por ejemplo, esta tarde, ¿quién califica para la Champions? ¿El Real Madrid o el Manchester City?
El autor del artículo se ensaña, mira ver: “El mayor error a un trimestre vista: el Banco Central Europeo se quedó dos puntos por debajo. No obstante, se escuda en que todos los bancos centrales también fallaron”. (sic)
Dicho en buen romance, ‘somos unos pelotudos, pero los demás también están fallos al caldo, visto lo cual tenemos un 20% de descuento’.
Estos son los “expertos” que citan La Tercera y El Mercurio, para no hablar de la TV: unos tíos que viven del cuento y que cuando tienen éxito llegan al banco central o bien al Fondo Monetario Internacional.
Por lo demás, te dejo con el texto del artículo:
“Ejercicio de autocrítica del Banco Central Europeo (BCE) o más bien intento de argumentar por qué sus previsiones de inflación se han quedado tan lejos de la realidad final. El BCE reconoce que los errores de sus pronósticos de inflación se han producido por la subida “sin precedentes en los precios de la energía y los cuellos de botella en la oferta”.”
Nótese que según los “expertos” sus previsiones sobre la inflación fallaron por culpa de la… ¡inflación! Felipe Larraín, otro cantamañanas no lo hubiese hecho mejor. ¿No es linda la Economía?
“En su boletín económico, publicado este jueves, el Banco Central Europeo dice que las proyecciones recientes, que son las que usa para decidir su política monetaria, han subestimado sustancialmente el repunte de la inflación.”
“Las proyecciones de la inflación medida por el índice armonizado de precios de consumo para 2020 fueron bastante precisas pese a la irrupción de la pandemia de coronavirus (COVID-19).”
“Pero en el primer trimestre de 2021 comenzaron a producirse ciertas subestimaciones, que se acentuaron a partir del tercer trimestre de 2021 (…) La subestimación del primer trimestre de 2022 supuso el mayor error de inflación a un trimestre vista (una diferencia de 2 puntos porcentuales) entre el dato observado y la proyección de diciembre de 2021, desde que se elaboraron las primeras proyecciones en 1998.”
Me permito recordarle al lector que tales “previsiones” sirven de base para establecer la carga impositiva, los Presupuestos de los Estados de la Unión Europea, y de modo general para la toma de todas las decisiones económicas que afectan a casi 500 millones de ciudadanos.
A pesar de tales muestras de crasa incompetencia, la presidente del Banco Central Europeo, la muy condenada por estafa Christine Lagarde, insiste en que “el monstruo de la inflación en Europa no es el mismo que en EEUU” (resic).
Bajo la autoridad de esta ex abogada de negocios de New York, el Banco Central Europeo intenta justificar su error mirando lo que han hecho otros grandes bancos centrales:
“La precisión de las proyecciones de inflación general del Eurosistema y del BCE es similar a la de las proyecciones publicadas por el Comité Federal de Mercado Abierto (FED – USA) y el Banco de Inglaterra para sus propias economías. Ninguno de los bancos centrales supo prever el aumento de la inflación general en todas las economías en 2021, y los grandes errores cometidos en el cuarto trimestre fueron comparables en términos generales”.
Tal ramillete de “expertos” de la Unión Europea, del Reino Unido y de EEUU, fue incapaz de prever la inflación a pesar de haber promovido durante más de una década políticas monetarias – emisiones sin respaldo, relajo monetario, quantitative easings, etc.– que solo podían generar inflación.
Retrospectivamente no puedo sino reconsiderar mi juicio relativo a François Mitterrand: Elizabeth Tessier también contaba enormidades y decía estupideces. ¡Pero reivindicaba su calidad de astróloga!
Christine Lagarde, presidenta del BCE
Y puesto a mirarla, –que las feministas me perdonen–, desde cualquier ángulo le daba un chirlo a Christine Lagarde.