El País, un periódico otrora serio, hoy tiene los blanquillos de decir que somos “un país roto” – por las cien mil muertes por coronavirus-. Por supuesto que es una tragedia y cada muerto es una historia y una familia rota que merece nuestro respeto, pero ¿de veras nos van a llamar rotos con las cifras que tienen en su país? Con la gestión de pandemia que ha hecho la Comunidad de Madrid dejando morir ancianos en sus asilos y siendo casi una ciudad en estado de sitio, ¿de verdad se atreven a llamarnos un “país roto”?
Les recuerdo, señores de El País, que aquí nunca se saturaron los servicios de salud y las autoridades trabajan día y noche para expandir capacidades y dar un servicio sanitario público y digno; todo lo contrario que sus impresentables autoridades comunitarias de Madrid, que no saben ni hablar castellano (traten de descifrar a Ayuso) y lo único que se les ocurre es dar contratos millonarios a híper constructoras, contratar curas y privatizar la Salud aún más, en vez de contratar médicos o de dar contratos dignos a los que ya tienen.
No le había dado importancia al asunto, pero conforme avancé en la redacción me fui enojando más. Hay que tener los huevos muy azules para llamar a otro país “roto”, con la que les está cayendo a ustedes (para usar una frase bien carpetana).
Mañana tendrán, como cada año, concentraciones fascistas en algunos lugares, frente al palacio de oriente nada menos, mientras que aquí conmemoramos la Revolución – la primera del siglo XX.
O sea, que nosotros conmemoramos la caída de un dictador y los derechos sociales emanados de la gesta, mientras ustedes conmemoran y lloran la muerte – en su cama y rodeado de honores-, de un dictador, genocida, golpista y ladrón.
Si quieren hablar de roturas y rupturas, ¿por qué mejor no hablan de su congreso y de sus infumables y eternas tertulias de televisión?
Digo, perdón, pero hay niveles. Para contestar de manera muy ibérica:
Rota su ____ madre, guapines*.
Nota de Tlaxcala: