Viaja en paz Manuel

A nosotros nos queda tu recuerdo, el de un hombre nítido, abierto, abrazador. Recogeremos la antorcha que alumbraba los caminos de rosas y de espinas por los que te tocó transcurrir.

Al humanista, al novelista, al escritor, al traductor, al compañero.

Golondrinas viajeras arribaron trayéndonos un mensaje de muerte. Nuestro compañero de mil batallas Manuel Talens había fallecido en la ciudad española de Valencia después de afrontar con valentía una penosa enfermedad.

María Piedad y yo habíamos conocido al perseverante Manuel durante el mes de diciembre de 2013 en una tarde de sol tibio y temperaturas bajas. Con sonrisas alegres y abrazos fraternos sellamos un encuentro que se había postergado por varios años, desde tiempos ya idos, cuando nos habíamos contactado vía telefónica e internet, con el fin de continuar nuestras tareas de informarle al mundo desde la orilla de la verdad. Tlaxcala y La Pluma ya se habían asociado y trabajábamos en la tarea de informar con veracidad alertando a nuestros lectores sobre la flagrante desinformación de los medios del sistema mediático global.

Al comentarle a Manuel que otra parte del interés de nuestro viaje era desandar los pasos caminados por el juglar de Orihuela, Miguel Hernández, nos dio informaciones interesantes sobre la obra del bardo y también de la geografía de su región. Fueron intensos días en su compañía. Con la pasión del escritor nos hablaba durante horas de sus viajes, del recuerdo y del amor que almacenaba por sus amigos; de los días de fiebre que abrazaron la quijotesca obra de la creación de Tlaxcala junto a Fausto Giudice. Disfrutamos buenos vinos y excelentes comidas, fumamos algunos habanos recordando su viaje a Cuba y reímos y soñamos despiertos.

De regreso a Paris seguimos con atención la evolución de su enfermedad, los bajones de su estado de ánimo y por supuesto su intenso deseo de vivir y de derrotar el mal.

A pesar de que estábamos prevenidos del desenlace fatal, su partida ha hecho zarandear los cimientos del edificio que habíamos comenzado a levantar. Puedes partir tranquilo puesto que ya coronaste con creces tu tarea. A nosotros nos queda tu recuerdo, el de un hombre nítido, abierto, abrazador. Recogeremos la antorcha que alumbraba los caminos de rosas y de espinas por los que te tocó transcurrir. Manuel viaja en paz. Viaja en paz Manuel

Ossaba, para La Pluma y Tlaxcala, 22 de julio de 2015