Colombia: Juicio, condena y por fin ejecución de sentencia a Sebastián de Belalcázar
La estatua del Conquistador fue derribada en Popayán

Con la fuerza de la gente si se puede, caminando junto con nuestros mayores, hombres y mujeres conectando con la verdad que nunca nos podrá callar, Colombia nos necesita unidos más que nunca para que este etnocidio se acabe.

¡Cayó Conquistador! ¡Indígenas Misak, Nasa y Pijao derriban la estatua de Sebastián de Belalcázar!. Acaban de hacerlo. Vean el video abajo. En Popayán, comunerxs de los pueblos Misak, Nasa y Pijao, más de 5000, han derribado la estatua del intocable Sebastián de Belalcázar.

Con lágrimas en los ojos al ver estas imágenes y con las ganas y la necesidad de salir a derrumbarlos a todos para siempre, compartimos las imágenes, la fuerza, la valentía, el gesto y el camino. Lo agradecemos y nos llamamos a actuar así, en todas partes y que se vayan para siempre para que podamos volver a casa y vivir. Se equivocan quienes piensan que es una acción en el Cauca y en Colombia. No lo es. Se trata de la rebelión de la tierra, desde la tierra, contra la guerra fascista y el orden del despojo.

Les invitamos a leer el documento: Juicio de los Piurek –hijos del agua- descendientes de los pubenences a Sebastian Moyano y Carrea Alias Sebastian de Belalcazar, quien la historia de la voz racista y colonial lo describe como el conquistador de “Popayán” del 25 de junio de 2020. Y también compartimos una nota de la compañera Diana Jembuél quien nos transmite sentipensares que caminaron hoy desde la movilización que cerró con esta acción de colonial sin precedentes en El Cauca. Es por todas y todos. Es por la tierra. Es por la libertad. ¡Que caigan todos!

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El Cauca se despierta en medio de los colores de la vida

El día 16 de septiembre del 2020, el departamento del Cauca volvió a ver los colores de movimiento indígena de los pueblos: MISAK, NASA y PIJAO del Tolima, que hacen parte de nuestro Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente Colombiano-AISO.

Desde de la fuerza de la madre tierra, nosotros pueblos originarios del Cauca y Tolima retomamos las huellas de los nuestros mayores, exigiendo respeto para la vida, para los territorios, para los lideres, para las mujeres, para los niños, para los jóvenes en un solo caminar, en un solo pensamiento y sentir. Somos hijos le agua, del fuego y de la tierra.

Caminando en silencio, al son de nuestra música: flauta y tambor, dimos el paso de volver las fuerzas a nuestra gente para que nuestros derechos se noten y nos respeten. Nuestra mujeres y hombres desde sus rostros de haber cogido la pala y el machete retomando el camino del cemento, nuestros jóvenes que estaban estudiando dejaron un momento el mundo de las teorías para dar su grito de esperanza, nuestras autoridades ancestrales liderando el paso del venir de nuestros pueblos con sus bastones de mando dieron a conocer que Colombia necesita cambios, cambios desde las bases. 

Nuestra guardia cívica, llevando la batuta de los pueblos, iban abriendo paso para que los colores de la vida se resaltar en una sola fuerza de toda la gente. como lo decían nuestros mayores:“ IpøNamuy køn ñim mørøik kucha; esto es de nosotros y de ustedes también“.

La gente de la cuidad nos miraba unos nos recibieron con alegría, otros en sus rostros se notaba el asombro, otros con rabia, pero El Cauca tembló porque lo colores de la vida retumbaron con gran fuerza en los momentos de dolor y tristeza que estamos pasando como sociedad colombiana. 

En medio del caminar no faltaron las voces de valor y fuerza de los pueblos del Putumayo, Sierra Nevada, la Guajira que nos llamaron para seguir caminando desde la distancia con nosotros, es unió la academia, los estudiantes resaltando el valor de la unidad.

Después de haber caminado horas al centro de Popayán, nos reunimos para dar la voz a nuestras Autoridades Ancestrales para que digan lo que sentimos en estos tiempos de pandemia exigiendo lo que nos corresponden como pueblos originarios de este gran Cauca.  Luego la Juventud tenía la mirada a un personaje que desde mucho tiempo sembró la esclavitud, discriminación, etnocidio en El Cauca; Sebastiánde Belalcázar conquistador español. Acto simbólico donde todo El Cauca se despertó algunos con rabia otros celebraron este acto.

Con la fuerza de la gente si se puede, caminando junto con nuestros mayores, hombres y mujeres conectando con la verdad que nunca nos podrá callar, Colombia nos necesita unidos más que nunca para que este etnocidio se acabe.

Diana Mery Jembuél Morales

Texto y fotografías de Diana Jembuél Morales

Editado por Pueblos en camino

Fuente: Tlaxcala, 18 de septiembre de 2020

Publicado por Pueblos en camino

Léase también  Y la tumbaron, por Gustavo Álvarez Gardeazábal, Diario Occidente