Uribe, como Al Capone, cayó preso por un delito menor: Pérez Pirela

Uribe cae por manipular testigos. Y es que todo aquel que sea un potencial testigo en los juicios contra Uribe, por casualidad muere… Al parecer esas personas siempre sufren de muy mala salud.

El cúmulo de pruebas sobre los gravísimos delitos cometidos por Álvaro Uribe Vélez se remonta a 1981, cuando se entregó al narcotráfico como director de , y ha seguido luego con un rol protagónico en la fundación del paramilitarismo colombiano y como agente difusor de la violencia en su país y contra Ecuador y Venezuela. Pero ha terminado en prisión domiciliaria por un delito relativamente menor: la amenaza y soborno de testigos, una trampa en la que él mismo se metió.

 

Este es el resumen del muy detallado recorrido que hizo Miguel Ángel Pérez Pirela por el prontuario del dos veces presidente de Colombia, quien vive una historia parecida a la del gángster estadounidense Al Capone, que fue a prisión por evasión de impuestos, y no por sus incontables asesinatos y otros hechos de violencia.

Este análisis lo hizo en el programa Desde donde sea, utilizando la información en caliente sobre la medida dictada contra Uribe y una serie de libros que reseñan las actuaciones del político colombiano durante los últimos 40 años.

«Álvaro Uribe Vélez, dos veces presidente, senador y poder detrás del gobierno de Iván Duque,  ha sido confinado en su casa por la Corte Suprema Colombiana. Lo está por razones que no son las verdaderas por las que debería estar en prisión: asesinatos, paramilitarismo, narcotráfico, torturas, desplazamiento de poblaciones, falsos positivos, fosas comunes. Pero aun así podemos decir que es un día histórico, aunque no me hago muchas ilusiones sobre la justicia colombiana ni sobre el Estado colombiano, pero al menos uno de los hombres más peligrosos de Latinoamérica siente el aliento frío de la justicia soplarle el cuello. Eso es muchísimo para Venezuela porque este hombre se atrevió a colocar más de cien paramilitares aquí en Caracas durante el gobierno de Hugo Chávez Frías, como lo investigamos y planteamos en La invasión paramilitar, el caso Daktari. El mismo Uribe dijo que tuvo planes de atacar a Venezuela y que le faltó tiempo para hacerlo y Chávez le respondió: ‘Uribe, no te faltó tiempo, te faltaron cojones’», rememoró el filósofo y comunicador.

«Hoy en día, con un gobierno puesto allí por Uribe, se cumplen dos años del intento de magnicidio contra Nicolás Maduro y todo el alto mando político y militar, cuyos autores fueron entrenados en Colombia, con la protección de Duque y Uribe. Entre las primeras víctimas de Uribe estamos los venezolanos y por eso levantamos nuestra voz con pruebas y documentos en la mano, citas, datos y fechas para que pague por sus culpas. Para que no pase lo que pasó con Pinochet», dijo.

El conductor del programa presentó los libros que utilizó en la investigación del tema. Comenzó con la Biografía no autorizada de Álvaro Uribe Vélez, el señor de las sombras,  de Joseph Contreras, corresponsal de Newsweek y profesor e investigador de la Universidad de Harvard, una obra prácticamente proscrita en Colombia.

También mostró el libro Parapolítica, la ruta de la expansión paramilitar y los acuerdos políticos, de la Corporación Nuevo Arcoiris. Asimismo, Narcoterrorismo, la guerra del nuevo siglo, de Luis Alberto Villamarín Pulido. Y finalmente, consignó dos libros de su coautoría,  La invasión paramilitar, Operación Daktari (escrito a cuatro manos con Luis Britto García) y La cuestión colombo-venezolana, en el que fue editor y coautor, junto al mismo Britto García, Iraida Vargas, Mario Sanoja, Eva Gollinger y Sergio Rodríguez Gelfenstein, con prólogo de Piedad Córdoba.

«Aquí vamos a hablar con los pelos en la mano, pero primero debemos ver los pormenores de la noticia del día. Uribe cae por manipular testigos. Y es que todo aquel que sea un potencial testigo en los juicios contra Uribe, por casualidad muere… Al parecer esas personas siempre sufren de muy mala salud. Y los que logran sobrevivir, reciben presiones incluso en medio del juicio por parte de amenazadores de oficio o del mismo acusado. Ha llegado a llamar a los testigos y ha tenido el caradurismo de decirles que él sabe que la justicia colombiana está escuchando la grabación y a pesar de eso sigue amenazándoles. Es el intocable de Colombia, el más fuerte, el que más asesina», dijo.

«Entonces, cae por manipular testigos, lo que es un delito menor si se le comparan con los horrendos crímenes que se le adjudican y que le hacen merecedor del apodo de ‘Matarife’. La cuerda se reventó por lo más débil, como Al Capone por los impuestos. Pero, del modo que sea ya entró en la historia por ser el primer expresidente colombiano en prestar testimonio ante la Corte Suprema. Aquí vamos a demostrar que llegó a ser quien ha sido por ser pupilo de Pablo Escobar Gaviria. Y logró lo que el propio Escobar no pudo alcanzar: ser presidente. Demostraremos que fue quien creó las fuerzas paramilitares».

La trampa se la puso él mismo

El caso que ahora conmociona a Colombia tuvo su origen en 2012, cuando el senador Iván Cepeda acusó a Uribe en el Congreso de promover el paramilitarismo con la creación del Bloque Metro de las Autodefensas Unidas de Colombia. Al finalizar el debate, Uribe denunció a Cepeda ante la Corte Suprema de Justicia por liderar un grupo de falsos testigos contra su persona.

«Mejor se hubiera quedado callado porque se entrampó él mismo. En 2018, tras casi siete años, la Corte concluyó que Iván Cepeda era inocente. Al querer amedrentar al senador, cavó su tumba porque la Corte encontró indicios de que fue Uribe, por el contrario, quien manipuló testigos para que declararan contra Cepeda», explicó y dijo que entre las pruebas contra Uribe están intercepciones telefónicas de sobornos a testigos para implicar a Cepeda.

«Uribe huyó hacia adelante y declaró que había un complot internacional en su contra, amagando con renunciar a su cargo para eludir a la Sala de Casación Penal de la CSJ, jurisdicción especial para funcionarios electos con inmunidad. También recusó a los magistrados de la CSJ que decidieron seguir la investigación en su contra, diciendo que habían recibido dinero de las FARC -señaló-. Esa ha sido siempre la gran excusa de Uribe para robar, narcotraficar, asesinar, desaparecer. Dice que su  lucha es contra las FARC. Esa fue la génesis del paramilitarismo, que luego terminó controlando zonas enteras de Colombia, paraestados donde reina la lógica sanguinaria de estos grupos criminales. Cepeda pidió garantías de protección contra los muy valientes magistrados porque meterse con Uribe es igual a morir y no precisamente de muerte natural».

Los 42 testigos

Pérez Pirela mencionó a algunos de los testigos de importancia en el juicio que se le sigue a Uribe, que son 42 en total:

– Paramilitar Juan Guillermo Monsalve, quien lo vinculó con grupos delictivos durante su gestión presidencial (2002-2010). Grabó una conversación de presuntas presiones del abogado de Uribe, Diego Cadenas.

– Carlos López, alias «Caliche», excompañero de Monsalve.

– Ex jefe paramilitar del Bloque Cacique de Pimpitá, Pablo Hernán Sierra, alias «Alberto Guerrero», quién reveló detalles de las operaciones conjuntas de paramilitares y el gobierno de Uribe para fusilar y descuartizar campesinos de la zona donde el bloque ejercía control territorial.

– Carlos Enrique Vélez, quien dijo que recibió 200 millones de pesos para cambiar sus declaraciones a favor de Uribe. La Fiscalía corroboró este hecho.El ejecutor del soborno fue el abogado Diego Cadenas.

El 27 de julio pasado la Fiscalía imputó a Cadenas por soborno y fraude judicial y solicitó a la CSJ que le fuera impuesta a Uribe la prisión domiciliaria.

Explicó que la manipulación de testigos no es la única investigación abierta contra Uribe. También está implicado en hechos como:

– Posible participación en la publicidad engañosa para el  plebiscito por la paz

– Presuntos vínculos con grupos paramilitares

– Presión a testigos, injurias y calumnia

– Responsabilidad en las masacres de El Aro y La Granja, Antioquia, en los años 90

«Es la punta del iceberg en un juicio contra uno de los grandes genocidas de Latinoamérica. Se habla de las dictaduras del Cono Sur, pero al ser el creador del paramilitarismo, Uribe entra en esta misma lista», enfatizó.

El moderador de Desde donde sea citó las primeras declaraciones de Uribe, luego de la decisión: «Me causa profunda tristeza por mi esposa, mi familia y por los colombianos que todavía creen que algo bueno he hecho por la patria».

Señaló que es muy significativo el uso de la palabra todavía en esta frase e ironizó diciendo que «como le están dando casa por cárcel, su señora es la primera que va a pegar un grito al cielo, al tenerlo 24 horas encerrado con ella».

Calificó como peligrosa la reacción del Partido del Centro Democrático, que ya había advertido sobre un posible entorno hostil si Uribe iba preso. «¿Será que van a regresar a las bombas y secuestros estilo Pablo Escobar? ¿Habrá actos de terrorismo?», se preguntó.

Otros partidos rechazaron esas declaraciones y exigieron dejar trabajar al Poder Judicial.

«Hay gente que sigue defendiéndolo, entre ellos, lógicamente, el parapresidente de Uribe, Iván Duque, quien está tratando de presionar desde hace rato a los magistrados. Hoy lo hizo abiertamente con una alocución presidencial. Tiene un rabo de paja que lo debería mantener callado: la situación del piloto de aviación Samuel David Niño Cataño, su  hombre de confianza, que desapareció cuando transportaba una remesa de cocaína para el cartel de Sinaloa.

Gustavo Petro publicó una foto del piloto de Duque, desaparecido desde diciembre en la frontera de Guatemala y México, con la senadora del Centro Democrático María Fernanda Cabal. Esto no sorprende porque en la hacienda del embajador de Colombia en Uruguay encontraron laboratorios para fabricar y exportar cocaína. Poco sorprende que su piloto trabaje en eso».

Los presidentes de las cinco altas cortes de la CSJ emitieron una carta para pedir respeto a su autonomía e independencia.

Un usuario comentó que en Bogotá se está celebrando la detención. Otra persona, desde Antioquia, reportó manifestaciones de los partidarios de Uribe.

«Comienzan a surgir hechos que los grandes medios nunca informan. Colombia es un Estado fundamentado en el narcotráfico, asesinatos, desapariciones y fosas comunes. El mes pasado, Uribe no pudo convencer a la justicia colombiana de silenciar la serie El matarife, de capítulos muy cortos porque es para 2.0, que explica todos los crímenes de este hombre. Esa serie tuvo impacto en estos hechos que hoy está sucediendo. El Juzgado 23 abrió juicio contra el productor Daniel Mendoza Leal por presunta vulneración del derecho a la honra, buen nombre y dignidad. El autor de la serie dijo que la historia demuestra que Uribe nació en el narcotráfico, se crió en el narcotráfico y estuvo relacionado con el paramilitarismo, siendo funcionario público. Tras el fallo de la Corte que permite la difusión de la serie, el productor calificó el hecho como un hito jurisprudencial para la libertad de expresión en Colombia. Antes de esto, quien se metía con Uribe era hombre muerto. Ahora parece que los jueces están procurando garantizar los derechos de los denunciantes de Uribe en medios de comunicación y en cortes judiciales. Esto al parecer, aunque no soy optimista con la justicia colombiana».

La historia de Uribe

Pérez Pirela pasó a detallar la historia del personaje Uribe, con amplias citas de los libros señalados y sus propias observaciones y comentarios.

En 1981, siendo director del Departamento de Aeronáutica Civil, le otorgó una licencia a Jaime Cardona para explotar la ruta Medellín-Turbo. Cuando Iván Duque Escobar, gobernador de Antioquia, se enteró de eso puso el grito en el cielo. Como no conocía al funcionario que había cometido tal despropósito, preguntó quién era. Le dijeron que era uno de los hijos de Alberto Uribe Sierra. Preguntó qué méritos tenía ese muchacho para ser nombrado en un puesto tan estratégico. La respuesta fue que su padre siempre había sido un liberal de racamandaca (muy destacado). El gobernador dijo que lo que le interesaba era que supiera quién es Jaime Cardona.

Evidentemente en Antioquia todo el mundo sabía quién era Jaime Cardona, un empresario vinculado a la mafia, que fue condenado por el delito de narcotráfico y luego murió en un accidente aéreo al despegar de su propia hacienda.

Duque Escobar se reunió con el presidente Julio César Turbay y este ordenó investigar qué otras licencias había otorgado Uribe. Se supo que había entregado licencias  para construcción de aeropuertos en los municipios de Frontino, Amalci y Urrao y en la hacienda El 90, en Caucasia, nuevamente propiedad por Jaime Cardona. Uribe se bautizó entregando licencias para los vuelos del narcotráfico. Se supone que luego fueron derogados esos permisos, pero desaparecieron los archivos y Uribe siguió en el cargo hasta el 7 de agosto de 1982, cuando terminó el período presidencial de Turbay.

El predecesor de Uribe, también apellidado Uribe, pero un Uribe bueno, fue asesinado veinte días después de tomar posesión del cargo. El diario El Colombiano dijo que fue víctima del narcotráfico. También habían asesinado al coronel Osiris Maldonado, jefe de Operaciones de Aerocivil, en Bogotá. El gobierno nombró a Álvaro Uribe Vélez, un joven liberal de 29 años. Quienes no lo conocían pronosticaron que duraría poco en el cargo. O lo matan o se lo comen vivo, dijeron en Bogotá. Estaban equivocados. Ese puesto, por el que mataban a todos, a Uribe no le hizo ni cosquillas. Estuvo 28 meses en ese puesto sin sufrir ni un rasguño. Porque desde el inicio se entregó al narcotráfico autorizando vuelos y pistas clandestinas.

Un año después, el Consejo Nacional de Estupefacientes, presidido por el ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, ordenó suspender los vuelos de naves de narcotraficantes. El 8 de septiembre de 1983, El Tiempo, dijo que Lara Bonilla aviones, avionetas y helicópteros de Pablo Escobar Gaviria y Carlos Lehder. Eso significa que desde 1983 se sabía que estos dos narcotraficantes habían sido ayudados Uribe.

¿Cuál es la relación entre Uribe y Escobar? El ministro Rodrigo Lara Bonilla dijo durante un debate en la Cámara de Diputados que el parlamentario Pablo Escobar Gaviria posee tres hangares en el aeropuerto de Medellín y una flotilla de aviones para transportar la droga. Entre las naves figuran doce helicópteros, 26 avionetas y cuatro aviones. Por tipo de aeronaves aparecen 18 Piper bimotor, 8 Cessna monomotor, un avión Cessna monomotor, un Discraft C90, un DC6, un Curtis C47, 9 helicópteros Siux, 2 helicópteros E Key y uno Bell. Una flotilla inmensa del narcotráfico, completamente legalizada por el director de Aeronáutica Civil, Álvaro Uribe Vélez.

Ese  mismo año 83, Ligia Rivero, una de las periodistas mejor informadas de Colombia y que luego se vio obligada a dejar el país por eso mismo, dio cuenta, en la revista Cromos de: “Dos aviones Piper Seneca, de fabricación norteamericana, están listos para despegar en cualquier momento de la hacienda Nápoles, la de Pablo Escobar”. También a él, Uribe le había dado permisos.

La revista dice que la entrada a la hacienda se hace por una carretera con luces fosforescentes. En la hacienda hay 10 mil árboles frutales y maderables y plantas ornamentales, su zoológico tiene 1 mil 500 animales, de 40 especies, no es raro ver hipopótamos y rinocerontes, como Chacho, que costó en África 50 millones de pesos; jirafas, faisanes, avestruces, cebras, antílopes, miniponis calvos, búfalos, cigüeñas, tortugas, galápagos, elefantes de cinco toneladas, grullas, etcétera, etcétera. Pablo Escobar tiene concentradas en su hacienda de 632 fanegadas, especies de los animales continentes. El día que Cromos estuvo en el zoológico, su administrador, Héctor Barrientos, compró cinco faisanes y siete cisnes por 700 mil pesos, que corresponderían a 5 millones de pesos de 2002, fecha del libro de Contreras.

¿A quién ayudó Uribe joven? A Pablo Escobar, su maestro. La pista de su hacienda está pavimentada, al lado de las cuadras de los caballos árabes y de los miniponis de EEUU. Su sistema de orientación es de lo más sofisticado. Tiene dos aviones: Piper Seneca 3, bimotores de seis puestos con tanques adicionales de combustible en las alas, que permiten autonomía de vuelo de más de seis horas. Una de las aeronaves está en el hangar que tiene un gigantesco tanque con gasolina. La otra está lista en una pista que dispone de iluminación nocturna y banderas amarillas para guías de piloto. Todo esto lo certificó y legalizó Uribe, pupilo del narcotráfico.

Uribe otorgó licencias a muchos de los pilotos del narcotráfico. El ministro Lara Bonilla ordenó paralizar 30 aeronaves a los Ochoa, 10 a Escobar, 10 a Gonzalo Rodríguez Gacha y 4 a Carlos Lehder, y sin embargo, dijo que solo se había paralizado una pequeña parte de la flota de narcotraficantes de Medellín.

En el lapso comprendido entre el 24 de marzo de 1980 y el 6 de agosto de 1982, Uribe otorgó 562 licencias. Como director de Aeronáutica Civil de Antioquia inauguró la autopista más importante del narcotráfico entre Colombia y EEUU.  Por eso EEUU lo metió en la lista de los narcotraficantes más buscados y luego lo saco para hacer de él nada menos que presidente de Colombia durante 8 años.

Los escándalos no tuvieron solo que ver con el narcotráfico. Se extraviaron 43 millones de pesos. Es un contrato suscrito a un año que mediante un anexo se prorrogó a tres, cuatro y 26 años, con sueldos que llegaron a la cifra nada despreciable de 12 millones 111 mil 578 pesos. El objetivo fue una consultoría para estudios de sistemas y procedimientos administrativos contables y estadísticos, con la firma Col Asesores LTDA, es decir que a los 29 y 30 años tenía las manos sucias no solo con el narcotráfico sino con otros asuntos.

Relación con los paramilitares

La base social de las autodefensas lo consideró su candidato, según dijo Carlos Castaño en su libro Mi confesión. La filosofía de Uribe fue crear las Convivir, la génesis del paramilitarismo. Se trata de cooperativas en las que los ciudadanos colaboraban con las autoridades militares, suministrando información y en algunos casos portando armas para su defensa personal. Según  Castaño, un hombre acusado de algunos de los peores crímenes de Colombia en su tiempo, Uribe le convenía al país porque era uno de los políticos más cercanos al paramilitarismo.

“Como gobernador de Antioquia, Uribe logró sacar adelante cooperativas de seguridad con las que nunca estuve de acuerdo. Quienes aprovecharon fueron los narcotraficantes que se dedicaron a montar pequeñas Convivir. Era habitual ver cinco camionetas Toyota, con un narcotraficante y sus escoltas armados con armas amparadas por el Estado. Uribe las defendió honestamente porque no veía más allá de los municipios cercanos, donde la gente de bien le dio correcto uso, lo que validó en parte su propuesta, pero con los narcos sueltos era muy peligroso abrir ese camino. Por eso siempre me opuse”, dijo Castaño.

Esas células se vuelven brazos armados del narcotráfico, del Ejército colombiano y de la oligarquía de las regiones. Terminaron siendo paraejércitos que asesinaban campesinos, guerrilleros y ciudadanos que no tenían nada que ver con la política, solo para controlar territorios a punta de muertes, torturas y desparecidos.

Nadie en Colombia, salvo Castaño (dice el libro de Contreras) niega que los dos grupos sean uno solo. El primero deriva de Muerte a Secuestradores (MAS) que se fundó en diciembre de 1981, tal como se relata en el libro Narcotráfico en Colombia, de 1991. El MAS fue el resultado de una reunión de 223 jefes de narcotráfico en la que cada uno se comprometió a poner diez hombres y dos millones de pesos para la empresa. De esa forma, el MAS se inició con 2 mil 230 paramilitares y un capital de 446 millones de pesos. Hicieron saber que otorgarían recompensas a quienes delataran a secuestradores. Una de las recompensas la ofrecieron para recuperar a Marta Nieves Ochoa, hija del gordo patriarca del clan de narcotraficantes, y hermana de los amigos de Uribe. Después, el MAS se desdibujó y se transformó en muerte para todo el mundo, dando origen a la modalidad organizativa y delincuencial conocida como los paramilitares, dice Castaño. Según este personaje, todos apoyaban a Uribe por ser el hombre más cercano a su filosofía.

Pérez Pirela finalizó el recorrido recordando las actuaciones que Uribe tuvo en contra de Venezuela, incluyendo el episodio de los paramilitares en Caracas y sus planes de atacar militarmente, sobre los cuales le respondió el comandante Chávez.

“Repito que, aunque no me hago muchas ilusiones sobre la justicia colombiana ni sobre el Estado colombiano, aun así podemos decir que es un día histórico porque al menos uno de los hombres más peligrosos de Latinoamérica siente el aliento frío de la justicia soplarle el cuello”, sentenció.

Miguel Ángel Pérez Pirela

Editado por María Piedad Ossaba

Fuente: LaIguana.TV, 5 de agosto de 2020

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