Cómo un zapatero palestino lanzó de la noche a la mañana la única fábrica de máscaras de protección de Cisjordania

“Se trata de una crisis sanitaria, de una pandemia mundial, de un estado de emergencia. No es una situación habitual, por lo que estoy seguro de que me dejarán importar la mercancía”.

Lo que comenzó como un experimento pocos días después del brote de coronavirus en Cisjordania es ahora una fábrica que produce miles de máscaras al día.

La única fábrica de máscaras en Cisjordania, en Al Khalil. Foto Amyad Zghayer

Dos días después del brote del nuevo coronavirus en Belén, Amyad Zghayer, propietario de una fábrica de zapatos en la ciudad palestina de Al Khalil (Hebrón), se dio cuenta de que la Cisjordania pronto se quedaría sin máscaras de protección respiratoria. Menos de tres semanas después, es ahora el único fabricante de máscaras del país. [Mientras tanto, Unipal 2000, una empresa de confección de Gaza, también se puso en ello, NdlT].

La fábrica de Zghayer, que se lanzó de la noche a la mañana, produce ahora miles de máscaras al día y lo convierte en un héroe nacional por ayudar a los palestinos a protegerse del virus.

Zghayer comenzó a trabajar en cuanto se supo de los primeros casos diagnosticados de COVID-19 en Belén. Compró una máscara y empezó a estudiarla, dándole vueltas en todos los sentidos

Al principio pensó que podría recrearla con algunos de los materiales que usa para hacer zapatos. “Me acerqué a mi amigo, un farmacéutico, y le pregunté qué materiales se usan para fabricar máscaras” , recuerda Zghayer. “Me explicó que lo que usamos para hacer calzado no es adecuado y me indicó la dirección correcta”.

Zghayer entonces comenzó a buscar la tela adecuada alrededor de Hebrón. Encontró a un vendedor que había comprado material en Turquía hace un año, pero no lo utilizó, porque era más barato importar máscaras de China que producirlas en Hebrón. Así que Aymad compró la tela, que su amigo farmacéutico confirmó que era el material correcto.

“Al principio intenté coser las máscaras con la misma máquina que usamos para coser los zapatos. Pero este intento fracasó porque la tela de las máscaras era demasiado delgada y se rompía fácilmente”, explicó Zghayer. “Traté de planchar la tela para crear los pliegues, pero terminé quemándola”.

Zghayer entonces trató de plancharla en seco. Eso también falló, declaró – la delicada tela no pudo soportar el alto calor.

Pero Zghayer no se rindió, sobre todo cuando supo que las máscaras se estaban agotando en Cisjordania, y que esto podría ser una oportunidad en oro. Descendiente de una familia de comerciantes (heredó el oficio de zapatero de su bisabuelo), este hombre de 30 años tiene buen sentido de los negocios.

No fue sólo el beneficio lo que lo motivó. “Se trata de ayudar a mi pueblo y de encontrar una manera de proporcionar oportunidades de trabajo”, declaró. “Hay una crisis en Hebrón, y mucha gente está desempleada”.

Zghayer viajó por toda la ciudad, consultando a talleres de costura y farmacéuticos. Finalmente, descubrió que había una máquina en la ciudad que podía doblar las máscaras mientras las planchaba. Para moderar los niveles de calor hasta los 400 grados, intercaló las máscaras entre capas de papel. El experimento tuvo éxito.

“El primer día logré fabricar sólo 500 máscaras” , declaró.  “Al día siguiente, hice 1.000 más.  Luego traje a 20 trabajadores para aumentar la producción.”



Los trabajadores desinfectan un centro comercial en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, el 15 de marzo de 2020, como parte de las medidas para prevenir la propagación del coronavirus. Foto Wisam Hashlamoun/ Flash90

El nombre de la fábrica es Zghayer, que significa “pequeña” en árabe. Y aunque la fábrica es realmente pequeña, se ha convertido en la primera y única empresa de este tipo en Palestina, fabricando entre 7.000 y 9.000 máscaras al día.

Sin embargo, Zghayer no está satisfecho con las cantidades. A partir de la próxima semana, planea aumentar aún más su producción para satisfacer la demanda. Ya ha encontrado un taller vacío, que pronto utilizará, añadió.

Las máscaras se venden más rápido que los panecillos, declaró Zghayer. Las vende a los empleados del gobierno, a los hospitales e incluso a la policía palestina: sólo el sábado, suministró 5.000 máscaras a la policía de Naplusa. A estas instituciones oficiales, vende las máscaras al precio simbólico de 1,50 shekel [=0,38 €] por unidad – un precio determinado por el gobernador de Hebrón. Para las farmacias y otros distribuidores, la tarifa es diferente.

“Empecé a recibir pedidos de Jordania, Kuwait, los países del Golfo y Canadá”, declaró. “Incluso los vendedores israelíes me contactaron para comprar mis máscaras, pero no tengo suficientes trabajadores. Quisiera ser capaz de abastecer a todo el mundo.”

Sin embargo, el material que Zghayer estaba utilizando pronto se agotará. Ya ha pedido más, pero los países han cerrado sus fronteras para contener la propagación del coronavirus. La pandemia también ha llegado a Turquía, donde el material debía ser exportado.

Pero Zghayer es imperturbable. “Estoy seguro de que puedo traer el material. Me puse en contacto con la Cámara de Comercio palestina, que a su vez recurrió la Cámara de Comercio Israelí, que posteriormente se puso en contacto con la Aduana y otras autoridades al respecto”, declaró. “Se trata de una crisis sanitaria, de una pandemia mundial, de un estado de emergencia. No es una situación habitual, por lo que estoy seguro de que me dejarán importar la mercancía”.

Zghayer cree que en una semana podrá producir 100.000 máscaras al día. “Hoy probé una nueva técnica de costura que demostró ser eficaz y hemos fabricado 15.000 máscaras. Este es el volumen más importante desde que comenzamos la producción”, declaró. “Mi máscara es única, no se parece a ninguna otra en el mundo. Quien se encuentre con esta máscara sabrá inmediatamente que se fabricó en Al Khalil”, añadió.

http://tlaxcala-int.org/upload/gal_21690.jpg

Lo que comenzó como un experimento pocos días después del brote de coronavirus en Cisjordania es ahora una fábrica que produce miles de máscaras al día.

La única fábrica de máscaras en Cisjordania, en Al Khalil. Foto Amyad Zghayer

Dos días después del brote del nuevo coronavirus en Belén, Amyad Zghayer, propietario de una fábrica de zapatos en la ciudad palestina de Al Khalil (Hebrón), se dio cuenta de que la Cisjordania pronto se quedaría sin máscaras de protección respiratoria. Menos de tres semanas después, es ahora el único fabricante de máscaras del país. [Mientras tanto, Unipal 2000, una empresa de confección de Gaza, también se puso en ello, NdlT].

La fábrica de Zghayer, que se lanzó de la noche a la mañana, produce ahora miles de máscaras al día y lo convierte en un héroe nacional por ayudar a los palestinos a protegerse del virus.

Zghayer comenzó a trabajar en cuanto se supo de los primeros casos diagnosticados de COVID-19 en Belén. Compró una máscara y empezó a estudiarla, dándole vueltas en todos los sentidos

Al principio pensó que podría recrearla con algunos de los materiales que usa para hacer zapatos. “Me acerqué a mi amigo, un farmacéutico, y le pregunté qué materiales se usan para fabricar máscaras” , recuerda Zghayer. “Me explicó que lo que usamos para hacer calzado no es adecuado y me indicó la dirección correcta”.

Zghayer entonces comenzó a buscar la tela adecuada alrededor de Hebrón. Encontró a un vendedor que había comprado material en Turquía hace un año, pero no lo utilizó, porque era más barato importar máscaras de China que producirlas en Hebrón. Así que Aymad compró la tela, que su amigo farmacéutico confirmó que era el material correcto.

“Al principio intenté coser las máscaras con la misma máquina que usamos para coser los zapatos. Pero este intento fracasó porque la tela de las máscaras era demasiado delgada y se rompía fácilmente”, explicó Zghayer. “Traté de planchar la tela para crear los pliegues, pero terminé quemándola”.

Zghayer entonces trató de plancharla en seco. Eso también falló, declaró – la delicada tela no pudo soportar el alto calor.

Pero Zghayer no se rindió, sobre todo cuando supo que las máscaras se estaban agotando en Cisjordania, y que esto podría ser una oportunidad en oro. Descendiente de una familia de comerciantes (heredó el oficio de zapatero de su bisabuelo), este hombre de 30 años tiene buen sentido de los negocios.

No fue sólo el beneficio lo que lo motivó. “Se trata de ayudar a mi pueblo y de encontrar una manera de proporcionar oportunidades de trabajo”, declaró. “Hay una crisis en Hebrón, y mucha gente está desempleada”.

Zghayer viajó por toda la ciudad, consultando a talleres de costura y farmacéuticos. Finalmente, descubrió que había una máquina en la ciudad que podía doblar las máscaras mientras las planchaba. Para moderar los niveles de calor hasta los 400 grados, intercaló las máscaras entre capas de papel. El experimento tuvo éxito.

“El primer día logré fabricar sólo 500 máscaras” , declaró.  “Al día siguiente, hice 1.000 más.  Luego traje a 20 trabajadores para aumentar la producción.”



Los trabajadores desinfectan un centro comercial en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, el 15 de marzo de 2020, como parte de las medidas para prevenir la propagación del coronavirus. Foto Wisam Hashlamoun/ Flash90

El nombre de la fábrica es Zghayer, que significa “pequeña” en árabe. Y aunque la fábrica es realmente pequeña, se ha convertido en la primera y única empresa de este tipo en Palestina, fabricando entre 7.000 y 9.000 máscaras al día.

Sin embargo, Zghayer no está satisfecho con las cantidades. A partir de la próxima semana, planea aumentar aún más su producción para satisfacer la demanda. Ya ha encontrado un taller vacío, que pronto utilizará, añadió.

Las máscaras se venden más rápido que los panecillos, declaró Zghayer. Las vende a los empleados del gobierno, a los hospitales e incluso a la policía palestina: sólo el sábado, suministró 5.000 máscaras a la policía de Naplusa. A estas instituciones oficiales, vende las máscaras al precio simbólico de 1,50 shekel [=0,38 €] por unidad – un precio determinado por el gobernador de Hebrón. Para las farmacias y otros distribuidores, la tarifa es diferente.

“Empecé a recibir pedidos de Jordania, Kuwait, los países del Golfo y Canadá”, declaró. “Incluso los vendedores israelíes me contactaron para comprar mis máscaras, pero no tengo suficientes trabajadores. Quisiera ser capaz de abastecer a todo el mundo.”

Sin embargo, el material que Zghayer estaba utilizando pronto se agotará. Ya ha pedido más, pero los países han cerrado sus fronteras para contener la propagación del coronavirus. La pandemia también ha llegado a Turquía, donde el material debía ser exportado.

Pero Zghayer es imperturbable. “Estoy seguro de que puedo traer el material. Me puse en contacto con la Cámara de Comercio palestina, que a su vez recurrió la Cámara de Comercio Israelí, que posteriormente se puso en contacto con la Aduana y otras autoridades al respecto”, declaró. “Se trata de una crisis sanitaria, de una pandemia mundial, de un estado de emergencia. No es una situación habitual, por lo que estoy seguro de que me dejarán importar la mercancía”.

Zghayer cree que en una semana podrá producir 100.000 máscaras al día. “Hoy probé una nueva técnica de costura que demostró ser eficaz y hemos fabricado 15.000 máscaras. Este es el volumen más importante desde que comenzamos la producción”, declaró. “Mi máscara es única, no se parece a ninguna otra en el mundo. Quien se encuentre con esta máscara sabrá inmediatamente que se fabricó en Al Khalil”, añadió.

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Lo que comenzó como un experimento pocos días después del brote de coronavirus en Cisjordania es ahora una fábrica que produce miles de máscaras al día.

Dos días después del brote del nuevo coronavirus en Belén, Amyad Zghayer, propietario de una fábrica de zapatos en la ciudad palestina de Al Khalil (Hebrón), se dio cuenta de que la Cisjordania pronto se quedaría sin máscaras de protección respiratoria. Menos de tres semanas después, es ahora el único fabricante de máscaras del país. [Mientras tanto, Unipal 2000, una empresa de confección de Gaza, también se puso en ello, NdlT].

La única fábrica de máscaras en Cisjordania, en Al Khalil. Foto Amyad Zghayer

La fábrica de Zghayer, que se lanzó de la noche a la mañana, produce ahora miles de máscaras al día y lo convierte en un héroe nacional por ayudar a los palestinos a protegerse del virus.

Zghayer comenzó a trabajar en cuanto se supo de los primeros casos diagnosticados de COVID-19 en Belén. Compró una máscara y empezó a estudiarla, dándole vueltas en todos los sentidos

Al principio pensó que podría recrearla con algunos de los materiales que usa para hacer zapatos. “Me acerqué a mi amigo, un farmacéutico, y le pregunté qué materiales se usan para fabricar máscaras” , recuerda Zghayer. “Me explicó que lo que usamos para hacer calzado no es adecuado y me indicó la dirección correcta”.

Zghayer entonces comenzó a buscar la tela adecuada alrededor de Hebrón. Encontró a un vendedor que había comprado material en Turquía hace un año, pero no lo utilizó, porque era más barato importar máscaras de China que producirlas en Hebrón. Así que Aymad compró la tela, que su amigo farmacéutico confirmó que era el material correcto.

“Al principio intenté coser las máscaras con la misma máquina que usamos para coser los zapatos. Pero este intento fracasó porque la tela de las máscaras era demasiado delgada y se rompía fácilmente”, explicó Zghayer. “Traté de planchar la tela para crear los pliegues, pero terminé quemándola”.

Zghayer entonces trató de plancharla en seco. Eso también falló, declaró – la delicada tela no pudo soportar el alto calor.

Pero Zghayer no se rindió, sobre todo cuando supo que las máscaras se estaban agotando en Cisjordania, y que esto podría ser una oportunidad en oro. Descendiente de una familia de comerciantes (heredó el oficio de zapatero de su bisabuelo), este hombre de 30 años tiene buen sentido de los negocios.

No fue sólo el beneficio lo que lo motivó. “Se trata de ayudar a mi pueblo y de encontrar una manera de proporcionar oportunidades de trabajo”, declaró. “Hay una crisis en Hebrón, y mucha gente está desempleada”.

Zghayer viajó por toda la ciudad, consultando a talleres de costura y farmacéuticos. Finalmente, descubrió que había una máquina en la ciudad que podía doblar las máscaras mientras las planchaba. Para moderar los niveles de calor hasta los 400 grados, intercaló las máscaras entre capas de papel. El experimento tuvo éxito.

“El primer día logré fabricar sólo 500 máscaras” , declaró.  “Al día siguiente, hice 1.000 más.  Luego traje a 20 trabajadores para aumentar la producción.”



Los trabajadores desinfectan un centro comercial en la ciudad de Hebrón, en Cisjordania, el 15 de marzo de 2020, como parte de las medidas para prevenir la propagación del coronavirus. Foto Wisam Hashlamoun/ Flash90

El nombre de la fábrica es Zghayer, que significa “pequeña” en árabe. Y aunque la fábrica es realmente pequeña, se ha convertido en la primera y única empresa de este tipo en Palestina, fabricando entre 7.000 y 9.000 máscaras al día.

Sin embargo, Zghayer no está satisfecho con las cantidades. A partir de la próxima semana, planea aumentar aún más su producción para satisfacer la demanda. Ya ha encontrado un taller vacío, que pronto utilizará, añadió.

Las máscaras se venden más rápido que los panecillos, declaró Zghayer. Las vende a los empleados del gobierno, a los hospitales e incluso a la policía palestina: sólo el sábado, suministró 5.000 máscaras a la policía de Naplusa. A estas instituciones oficiales, vende las máscaras al precio simbólico de 1,50 shekel [=0,38 €] por unidad – un precio determinado por el gobernador de Hebrón. Para las farmacias y otros distribuidores, la tarifa es diferente.

“Empecé a recibir pedidos de Jordania, Kuwait, los países del Golfo y Canadá”, declaró. “Incluso los vendedores israelíes me contactaron para comprar mis máscaras, pero no tengo suficientes trabajadores. Quisiera ser capaz de abastecer a todo el mundo.”

Sin embargo, el material que Zghayer estaba utilizando pronto se agotará. Ya ha pedido más, pero los países han cerrado sus fronteras para contener la propagación del coronavirus. La pandemia también ha llegado a Turquía, donde el material debía ser exportado.

Pero Zghayer es imperturbable. “Estoy seguro de que puedo traer el material. Me puse en contacto con la Cámara de Comercio palestina, que a su vez recurrió la Cámara de Comercio Israelí, que posteriormente se puso en contacto con la Aduana y otras autoridades al respecto”, declaró. “Se trata de una crisis sanitaria, de una pandemia mundial, de un estado de emergencia. No es una situación habitual, por lo que estoy seguro de que me dejarán importar la mercancía”.

Zghayer cree que en una semana podrá producir 100.000 máscaras al día. “Hoy probé una nueva técnica de costura que demostró ser eficaz y hemos fabricado 15.000 máscaras. Este es el volumen más importante desde que comenzamos la producción”, declaró. “Mi máscara es única, no se parece a ninguna otra en el mundo. Quien se encuentre con esta máscara sabrá inmediatamente que se fabricó en Al Khalil”, añadió.

Suha Arraf

Original: How a Palestinian shoemaker started the West Bank’s only mask factory overnight

Traducido por María Piedad Ossaba para La Pluma y Tlaxcala, 4 de abril de 2020

Editado por   Fausto Giudice Фаусто Джудиче فاوستو جيوديشي

Traductions disponibles : Italiano  Français 

http://tlaxcala-int.org/upload/gal_21690.jpg

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