¿Su culpa? Ser inteligente, sensible, politizada, bella y creer en un mundo mejor en el lugar y momento equivocados. Marie Anne Erize tenía 24 años en aquel cruento año 1976 marcado por el sangriento golpe de Estado fascista en Argentina que instaló en la cumbre del país a la Junta del General Jorge Rafael Videla y a un puñado de (militares miembros de la Logia Masónica P2 del venerable Licio Gelli. En Buenos Aires, la adolescente había emprendido con éxito la profesión de modelo. Luego se matriculó en la facultad de antropología y, como tantos de sus contemporáneos, con la guitarra al hombro viajó por Europa en autostop, conociendo y frecuentando a cantidad de artistas, intelectuales, músicos.
Marie Anne Erize
Marie Anne también recorrió los Estados Unidos con el gran guitarrista andaluz Paco de Lucía. Como para muchos de sus coetáneos, el largo viaje en Sudamérica y el impacto con las contradicciones e injusticias sociales y económicas en Brasil y en los países andinos fueron decisivos. De regreso en Buenos Aires, Marie Anne Erize decidió dejar la profesión de modelo para dedicarse en cuerpo y alma al voluntariado en las megavillas miseria de la capital argentina junto a Carlos Múgica, uno de los fundadores del grupo Sacerdotes por el Tercer Mundo al que asesinará el gobierno golpista.
En 1973, año en el que se produjo el golpe del general Pinochet en Chile, la chica se enamora de Daniel Rabanal, un joven estudiante perteneciente al movimiento peronista Montoneros. Así descubre la militancia política activa y comparte una utopía de cambio y de transformación de la inequitativa sociedad argentina, sueño que se verá inexorablemente destruido por la sádica represión de los militares a sueldo de las transnacionales, de la CIA y del neoliberalismo. Después del golpe, su compañero Daniel fue arrestado; esa mañana del 15 de octubre de 1976, en San Juan, donde ella se había trasladado, Marie Anne fue secuestrada en la calle por un grupo de hombres y desapareció para siempre. 42 años han transcurrido y nadie ha querido devolver a sus padres el cuerpo de la joven.
La autoridad judicial ha comprobado que tras el secuestro fue trasladada a un centro clandestino de detención de presos políticos dentro de un complejo deportivo en San Juan (La Marquesita), administrado por el Regimiento de Infantería de Montaña (RIM 22) del ejército. Allí sería torturada, violada y asesinada. Seis días después de su muerte, la policía irrumpió en la casa de sus padres en Buenos Aires. Después de la incautación de los libros y efectos personales de la joven, los oficiales desaparecieron « invitando » a sus padres a abandonar el país. « Es inútil buscarla, ya que su hija está muerta », precisaron los policías. Desde entonces, Marie Anne ha permanecido desaparecida, como muchas otras víctimas inocentes de la furia criminal de una clase gubernamental político-militar que ha disfrutado y sigue disfrutando de absoluta impunidad.
El 7 de noviembre de 2011, los militares responsables de la muerte de Marie Anne Erize fueron condenados a cadena perpetua por el Tribunal Federal de San Juan, pero algunos de ellos escaparon de la cárcel gracias a la providencial huida al extranjero. El verano anterior, tras la emisión de una orden de detención, también había abandonado la Argentina el ex teniente coronel Carlos Luis Malatto, uno de los oficiales responsables de la toma del Palacio de Gobierno durante el golpe de Estado de marzo de 1976 y responsable del personal del RIM 22 en el momento de la desaparición de la joven montonera. Al final de la dictadura, Malatto había renunciado a las fuerzas armadas e iniciado algunas actividades comerciales en Mendoza. Gracias a la posesión de un pasaporte italiano (era hijo de padres ligures), el exsoldado huyó a Chile y luego a Italia, evitando el juicio en el que sus compinches serían sentenciados en San Juan.
Tras haber sido invitado de la Cofradía de la Misericordia de L’Aquila y luego de la Parroquia de Santiago Apóstol de Génova, Carlos Juan Malatto había borrado sus huellas. En el verano de 2017 estaba en Sicilia: el exsoldado había encontrado alojamiento en un apartamento de Via Santa Chiara en Calascibetta (Enna). Identificado por una publicación española, Malatto abandonó la pequeña ciudad para trasladarse a una residencia en Portorosa-Furnari, al igual que algunos de los principales cabecillas de la Cosa Nostra lo habían hecho en los últimos años. A principios de junio, los periodistas de Repubblica.it, Emanuele Lauria y Giorgio Ruta, lo filmaron en un vídeo en el balcón de un pequeño chalet en Via S 1, Portorosa. « Descanso, lectura, mar, algunos episodios fuera de la ciudad a bordo de su Mercedes azul, Malatto planea casarse con una argentina y fue al ayuntamiento a preguntar cómo hacer los trámites », informaron los periodistas. La « dolce vita » de un fugitivo de lujo contra el que se han dictado -inútilmente- varias órdenes de captura por homicidio múltiple con agravantes, secuestro con fines de extorsión, violencia sexual y conspiración.
En particular, según la denuncia levantada por la ONG « 24 de marzo » ante los magistrados encargados del juicio Cóndor en Roma, además de la masacre de la exmodelo, se acusa a Juan Carlos Malatto de la desaparición forzada de Jorge Alberto Bonil, un joven recluta del RIM 22, quien, según algunos testigos, dijo en una fiesta que los oficiales al mando del Regimiento de San Juan se « jugaron » a Marie Anne Erize a las cartas (Bonil desapareció desde el 28 de febrero de 1977); del asesinato de Juan Carlos Cámpora, hermano del ex Presidente de la República Héctor José Cámpora y rector de la Universidad Nacional de San Juan (secuestrado el 25 de febrero de 1977); de la muerte de José Alberto Carbajal, militante de la juventud peronista, secuestrado el 29 de julio de 1977 y hallado muerto en una celda el 18 de agosto (la muerte fue declarada suicidio según un informe médico falso y la instrucción para ‘constatar’ las causas de la muerte fue dirigida por el mismo Malatto). El ex teniente coronel también debe responder por « privación ilegítima de libertad, presiones ilegales, violencia, etc. » contra un gran número de presos políticos, como el exgobernador de San Juan, José Luis Gioja; el exsenador nacional César Gioja; el periodista Daniel Illanes; el magistrado José Abel Soria Vega.
En septiembre de 2011, las autoridades argentinas presentaron a Italia una solicitud de extradición de Carlos Luis Malatto, que fue rechazada porque «no reunía los requisitos mínimos establecidos por la Convención en vigor entre los Estados, firmada en Roma el 9 de diciembre de 1987». Al año siguiente se presentó una nueva denuncia y, finalmente, el 4 de abril de 2013, el Tribunal de Apelación de L’Aquila declaró «existentes» las condiciones requeridas para la obtención de la extradición, calificando los crímenes que se le atribuyen como «crímenes contra la humanidad, por lo tanto imprescriptibles». Inesperadamente, con una sentencia del 17 de julio de 2014, el Tribunal de Casación anuló sin recurso la decisión del Tribunal de Abruzo, impidiendo así el inicio del juicio contra Malatto en Argentina.
Sólo gracias a la movilización internacional, en noviembre de 2016, el entonces Ministro de Justicia Andrea Orlando, sobre la base del artículo 8 del Código Penal, firmó la autorización para juzgar al exmilitar en Italia, pero hasta la fecha no se han iniciado los enjuiciamientos penales.
Sinagra
Los abogados Augusto Sinagra y Franco Sabatini, socios principales del conocido despacho Sinagra de Roma, defienden a Carlos Luis Malatto. Augusto Sinagra, originario de Catania y exoficial de la Fuerza Aérea, después de haber ocupado el cargo de magistrado, fue nombrado en 1980 asesor jurídico del Ministerio de Relaciones Exteriores. Posteriormente se convirtió en profesor de asignaturas jurídicas en las Universidades de Roma, Trieste, Génova, Chieti y Palermo. Su nombre figuró en las listas de la logia masónica P2 (miembro n° 946) y el mismo Sinagra fue abogado defensor del venerable Licio Gelli.
Licio Gelli, «Venerable maestro» de la logia masónica P2
Más recientemente, el letrado ocupó el cargo de « representante permanente en Italia de la República Turca de Chipre del Norte » (el territorio chipriota ocupado ilegalmente por Turquía), y representó al gobierno de Ankara en la solicitud de extradición de Italia del líder del PKK Abdullah Ocalan. En las recientes elecciones generales nacionales y europeas, Augusto Sinagra fue también candidato por la organización neofascista CasaPound, caracterizando su campaña electoral principalmente con intervenciones contra la acogida de refugiados e inmigrantes en Italia. Según el exmagistrado Carlo Palermo, entonces magistrado en las fiscalías de Trento y Trapani en las complejas investigaciones sobre el tráfico internacional de armas y los vínculos entre los servicios secretos y la mafia, Augusto Sinagra participó « como representante de Licio Gelli » al llamado Centro de Estudios Salvatore Scontrino de Trapani, que albergaba numerosas logias masónicas a las que estaban afiliados otros muchos de sus miembros, personajes vinculados con el crimen organizado, los servicios secretos y el grupo paramilitar Gladio. Durante el juicio sobre las actividades del Centro de Estudios, el jefe Giovanni Grimaudo (exsacerdote y más tarde profesor de filosofía) reconoció sus encuentros con Sinagra.
Este último también es conocido por sus campañas de revisionismo histórico sobre la resistencia antifascista en Yugoslavia y las masacres de las «foibe»*. Sinagra afirma haber promovido la investigación romana sobre las foibe del fiscal Giuseppe Pititto, que acabó archivada. El « asesor » del abogado que representó en esta ocasión a los padres de algunas víctimas de las foibe, el autoproclamado historiador Marco Pirina (fallecido en 2011), expresidente del FUAN [Frente universitario de acción nacional] de Roma y posteriormente del Fronte Delta [Frente Delta], un grupo ultraderechista implicado en el intento de golpe de Estado del « Príncipe Negro » Junio Valerio Borghese [la operación Tora Tora de diciembre 1970], luego fundador en Pordenone del Centro de Estudios Silentes Loquimur, de clara inspiración neofascista.
Dos profesores de la Universidad Kore de Enna (UKE), Paolo Bargiacchi y Anna Lucia Valvo, son también « asociados» del bufete de abogados Sinagra de Roma. La abogada Anna Lucia Valvo, exdecana de la Facultad de Ciencias Económicas y Jurídicas y actual titular de la cátedra de Derecho de la Unión Europea de la Universidad Kore, es también « catedrática» en los cursos de actualización de la Scuola Interforze della Polizia di Stato [Escuela Interservicios de la Policía Estatal], así como « consultora » de la Embajada de la República de Turquía en Italia. En su currículum académico aparece también la publicación de una « nota legal » a favor de los motivos invocados en su sentencia de la Corte Suprema del 17 de julio de 2014 que, de hecho, ha impedido la extradición a Argentina de Carlos Luis Malatto. Anna Lucia Valvo, junto con Augusto Sinagra, también representa a la Fundación Fondo Proserpina en el proceso contra el MIUR [Ministero dell’Istruzione, dell’Università e della Ricerca] (Ministerio de Educación, de la Universidad y de la Investigación) por la falta de reconocimiento legal de la llamada «Facultad de Medicina de Enna» establecida conjuntamente por la Fundación con la Universidad Dunarea de Jos de Galati, Rumania. El administrador de la Fundación es el exsenador del Partido Democrático Vladimiro Crisafulli, quien confirmó que había visto a Malatto en Enna varias veces en compañía del abogado Sinagra. Como resultado de la investigación judicial de la universidad «fantasma» -según el diario Il Fatto quotidiano, Sinagra y Crisafulli fueron enviados a juicio por difamación contra el exfiscal de Enna, Calogero Ferrotti.
Olivera
Augusto Sinagra ha defendido a otros militares golpistas argentinos, entre ellos el torturador Jorge Antonio Olivera, también activo en el tristemente célebre RIM 22 de San Juan (cuyo grupo de inteligencia dirigió), condenado a cadena perpetua en julio de 2013 por el Tribunal Penal Federal por más de 50 crímenes cometidos durante los años de la dictadura. El intercambio de estrategias criminales entre los dos oficiales era tan estrecho que los presos políticos los identificaron bajo el mismo mote, «Malavera», resultante de la fusión de los apellidos de Carlos Luis Malatto y Jorge Antonio Olivera. Olivera también encontró refugio en Italia después de que los jueces argentinos pronunciaran la orden de detención contra él (entre los crímenes que se le imputaban, figura el asesinato de Marie Anne Erize: algunos exprisioneros) del centro de La Marquesita testificaron que Olivera se jactaba públicamente del secuestro y de la tortura de la joven, a la que designaba como un «botín de guerra»). Inmediatamente después de su detención en Roma, en agosto de 2000, los jueces pusieron en libertad al exoficial a raíz de la presentación de un certificado de defunción de Marie Anne Erize por parte de los abogados, el cual resultó ser completamente falso. Habiendo obtenido la negativa de extradición a la Argentina, Jorge Antonio Olivera se dedicó a la abogacía, defendiendo ante los tribunales al verdugo de las Fosas Ardeatinas (Roma) [ejecución de 335 civiles italianos el 24 de marzo de 1944]. Erich Priebke. Después de la condena simbólica de 15 años de prisión (luego reducida a 5 años), el exoficial nazi incluso cumplió parte de la condena en un apartamento romano que era propiedad del argentino.
En la defensa de Olivera, otro abogado colaboró con Sinagra -hasta su muerte en enero de 2010. Se trata de Marcantonio Bezicheri, excandidato a las alcaldías de Trieste y de Bolonia por la organización de ultraderecha MSI-Fiamma Tricolore [Movimiento social – Flamme tricolore] y defensor ante la justicia de muchos neofascistas acusados e investigados en el marco de casos de masacres: entre ellos, el más conocido de ellos es Franco Freda, además de Marco Maria Maggi (condonado por la matanza de la Piazza Fontana, en Milán, 12 de diciembre de 1969, 17 muertos y 88 heridos), Massimiliano Fachini y Sergio Picciafuoco (condonado por la matanza en la Estación de Bolonia, 85 muertos, 2 de agosto de 1980). A principios de los años 80, el abogado Bezicheri fue detenido (y después de dos años absuelto) por el cargo de complicidad moral en el asesinato de Mauro Mennucci, el neofascista de Pisa que había contribuido a la captura de Mario Tuti, fundador del « Frente Nacional Revolucionario », y reponsable de multiples asesinatos y condenado a cadena perpetua por el atentado con explosivos contra el tren Italicus el 3 de agosto de 1974 que dejó 12 muertos y 44 heridos (la condena fue anulada por el Tribunal de Casación, presidido por Corrado Carnevale).
Entre los clientes de peso que defendió el torturador Jorge Antonio Olivera destaca un nombre que nos remite al círculo masónico y subversivo transnacional patrocinado por el venerable Licio Gelli, el del general golpista Guillermo Suárez Masón, llamado el «carnicero del Olimpo», un antiguo garaje convertido en uno de los más nefandos centros de detención y de tortura del régimen fascista argentino. También perteneciente a la P2 (tarjeta P2 nº 609), Suárez Masón murió en junio de 2005 en la prisión de Villa Devoto, Buenos Aires. Los historiadores lo recuerdan como uno de los militares más activos en la ejecución del llamado Plan Cóndor, operación de « ayuda mutua » y de represión general contra todas las formas de oposición concebida por todos los regímenes dictatoriales latinoamericanos bajo la dirección de los Estados Unidos de América.
Hoy, ese Cóndor con sus sangrientas garras parece querer anidar en Sicilia, gracias a la protección de neofascistas, desviados masones, servicios secretos y diversos aparatos de Estado; pero si quiere quedarse tranquilo e impune en su finca con vista a las espléndidas puestas de sol sobre las islas Eólicas, el Cóndor tendrá que interceder -si es que no lo ha hecho ya- ante los padrinos de Barcellona Pozzo di Gotto, artífices del montaje del atentado de Capaci [contra el juez Falcone, el 23-5-1992] e, inmediatamente después, ante los privilegiados interlocutores en las negociaciones con el Estado, por las guaridas institucionales de Bernardo Provenzano, Benedetto Nitto Santapaola y Cía.
Investigación publicada en el periódico Le Siciliane – Casablanca, n. 59, mayo-junio de 2019
*Las masacres de las foibe fueron ejecuciones masivas de italohablantes y otras minorías cometidas por partisanos comunistas yugoslavos entre 1943 y 1947 utilizando cuevas naturales (foibe, plural de foiba, término friulano derivado del latín fovea, foso, cavidad), en regiones italianas (Trieste) o anteriormente italianas (Fiume/Rijeka) hoy en Eslovenia y Croacia. Han estado en el centro de controversias y polémicas entre historiadores y grupos políticos. La Giornata del ricordo (Dia del recuerdo), « en memoria de las víctimas de las foibe y del éxodo de los istrios, de los habitantes de Fiume y de los dálmatas », para conmemorar estas masacres, fue instituida en Italia en 2004 por una ley introducida por el gobierno de Silvio Berlusconi, bajo la presión de la Alianza Nacional (neofascistas). Se celebra el 10 de febrero, fecha del Tratado de París de 1947, que puso fin a las masacres y dio la mayor parte de Istria a Yugoslavia. La primera conmemoración tuvo lugar el 10 de febrero de 2005. [Nota de Tlaxcala]