Como activista sudafricano judío contra el apartheid, observo con horror el vuelco a la extrema derecha en Israel en vísperas de las elecciones de este mes, y su impacto en los territorios palestinos y en todo el mundo.
La represión israelí contra los ciudadanos palestinos, los refugiados africanos y los palestinos en la Cisjordania y Gaza ocupadas se ha vuelto más brutal con el tiempo. La limpieza étnica, la confiscación de tierras, la demolición de casas, la ocupación militar, los bombardeos de Gaza y las violaciones del derecho internacional llevaron al Arzobispo Tutu a declarar que el trato a los palestinos le recordaba al apartheid, pero aún peor.
Carlos Latuff
Estoy profundamente molesto por el hecho de que quienes critican la política brutal de Israel con frecuencia se vean amenazados con la prohibición de su libertad de expresión, una realidad que acabo de vivir en carne propia. La semana pasada una reunión pública en Viena, en la que tenía que hablar en favor de la libertad de los palestinos, en el marco de la Semana Mundial contra el apartheid israelí, fue cancelada por el museo que acogió el evento – bajo la presión del ayuntamiento de Viena, que se opone al movimiento internacional de desinversión en Israel.
El gobierno del apartheid de Sudáfrica me ha negado la libertad de reunion de por vida. Nada de lo que decía podía ser publicado, porque estaba en contra del apartheid. Es una vergüenza que, a pesar de las lecciones aprendidas de nuestra lucha contra el racismo, esa intolerancia siga amordazando la libertad de expresión sobre Palestina hasta el día de hoy.
Durante la lucha sudafricana, se nos acusó de seguir un programa comunista, pero las calumnias no nos han hecho flaquear. Hoy, la propaganda de Israel sigue un camino similar, repetida por sus seguidores – asimilando oposición a Israel y antisemitismo. Debemos oponernos a ello
Un creciente número de judíos en todo el mundo toma posición contra la política de Israel. Muchos jóvenes judíos apoyan el movimiento palestino de boicot, desinversión y sanciones (BDS), movilización pacífica inspirada por el movimiento que ha contribuido a poner fin al apartheid en Sudáfrica.
Los paralelos con África del Sur son numerosos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, declaró recientemente: « Israel no es el Estado de todos sus ciudadanos… Israel es el Estado-nación del pueblo judío – y del solo pueblo judío. »
Tales declaraciones racistas eran corrientes en Sudáfrica bajo el régimen del apartheid. Sosteniamos que era posible alcanzar una paz justa y que los blancos solo encontrarían seguridad en una sociedad unitaria, no racista y democrática después de poner fin a la opresión de los sudafricanos negros y asegurar la libertad e igualdad para todos.
En cambio, el Likud de Netanyahu corteja desesperadamente a los partidos extremistas y abandona toda veleidad de negociar con los palestinos. Su plan de integración de un partido de colonos extremistas y de un partido terrorista kahanista* en su coalición de gobierno es indecente. Su adversario más serio es un general acusado de crímenes de guerra en Gaza. Mientras prevalezca un régimen represivo de tipo apartheid, la situación sólo empeorará para los palestinos y también para los israelíes.
El movimiento contra el apartheid se ha desarrollado a lo largo de tres décadas, junto con la lucha de la liberación del pueblo sudafricano, y jugó un papel decisivo en el derrocamiento del régimen racista. Los europeos se negaron a comprar las frutas del apartheid; hubo boicots deportivos; los estibadores, desde Liverpool a Melbourne, se negaron a manejar las mercancías sudafricanas; un boicot académico transformó universidades en zonas libres de apartheid; y las sanciones sobre las ventas de armas contribuyeron a inclinar la balanza contra el ejército sudafricano.
A medida que el movimiento crecía y las resoluciones de la ONU aislaban el régimen de Pretoria, aumentaba la presión sobre sus socios comerciales y los gobiernos que lo apoyaban. La histórica aprobación por el Congreso de los USA de la Comprehensive Anti-Apartheid Act de 1986 (Ley general contra el Apartheid) marcó un punto de inflexión importante. Cuando los bancos Chase y Barclays cerraron en Sudáfrica y retiraron sus líneas de crédito, la batalla estaba casi terminada.
Esto requirió un enorme esfuerzo de organización en términos de movilización de la base y de educación. Elementos similares caracterizan el actual movimiento de BDS dirigido a aislar al régimen israelí de tipo apartheid.
Cada paso es importante – ejercer presión sobre las instituciones y las empresas que son cómplices de los crímenes de Israel y apoyar a los palestinos en su lucha por la liberación. No se trata de destruir a Israel y su pueblo, sino de trabajar por una solución justa, como lo hemos hecho en Sudáfrica.
Es deber de los defensores de la justicia en todo el mundo movilizarse en solidaridad con los palestinos para contribuir al advenimiento de una era de libertad.
N de la T:
*Kahanismo : Ideologia sionista extremista del rabino Meir Kahane (1932-1990)
Ronnie Kasrils
Original:
Traducido por María Piedad Ossaba para La Pluma Y Tlaxcala
Editado por Fausto Giudice Фаусто Джудиче فاوستو جيوديشي
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