Mediterráneo #VolemAcollir – El corazón al viento

Queremos acoger las personas que huyen de las guerras, del hambre, de la persecución política, por motivos de orientación sexual o por sus creencias. Pero también queremos acoger aquellas personas que ya están  aquí y siguen teniendo dificultades para desarrollar una vida digna. A todas estas personas les queremos decir: nuestra casa es vuestra casa.

A veces, por una cuestión histórica, en este país se confunde la canción de autor con el término “canción protesta”. Indudablemente la canción de autor, en otro tiempo pero en los mismos lugares, nació, o más bien creció, como canción protesta. Como un instrumento de expresión del inconformismo, como una herramienta para transformar el mundo y hacer de las injusticias pasado y de las utopías futuro; pero también como un género musical en el que la lírica buscaba el sentimiento más puro, reclamando al lenguaje que fuera la poesía lo más intrínseco de la expresión cantada, y que la sensibilidad fuera el hilo invisible que cosiera todas las notas en el pentagrama.

Y pasaron los años, las décadas, y desde los poderes fácticos mutaron la semántica que el término “canción protesta” pudiera tener: de dignidad y respetabilidad se pasó a usarlo como descalificativo o apéndice despectivo. El grueso de la población pasó de una casi idolatría a los cantautores a un olvido por derecho del género de la canción de autor. “El muerto al hoyo y el vivo al buen rollo” debieron pensar desde las altas esferas que quisieron moldear el silencio (de pensamiento) del pueblo.

Los cantautores tuvieron que huir de esa cruz que los medios de comunicación, y por tanto su grey social también, les colgaban si salía el término “canción protesta” a relucir y eso conllevaba una crítica encubierta que quería decir “lo que haces (lo que cantas) es anacrónico… es cuestión de otro tiempo… ya no hay nada para protestar”. Algunos cantautores sucumbieron, como tantos otros artistas de la música o de otros artes, y el amor, que siempre ha estado presente sin ninguna duda, se convirtió en el tema principal y casi único sobre lo que se debía cantar. Otros siguieron “protestando”, siguieron manteniendo que el arte debe ser una herramienta de cambio, siguieron conservando sus ojos bien abiertos y sus bocas limpias, siguieron inmunes a lo que se esperaba de ellos y a la vez fueron conscientes en su honestidad y de su responsabilidad artística. El arte debe ser, como ya he dicho, una herramienta de transformación social. Una herramienta más.

Y como las herramientas las usan los hombres para crear, para trabajar, para construir… quiero hablar de una serie de personas que tienen el firme propósito, lo suyo sí que es un amor veraz y no el algodón de azúcar de tantas canciones y de tanto mal llamado artista, de poner su granito de arena en la crisis humanitaria que a algunos nos azota las conciencias y que los Estados barren bajo su alfombra de miseria moral. Quiero hablar de la plataforma Casa Nostra Casa Vostra que tiene como objetivo hacer un llamamiento a las instituciones para que se acoja a los refugiados que huyen de sus países intentando salvar su vida y lo que hacen es perderla en el Mar Mediterráneo. En su página web se puede leer su manifiesto y firmarlo, así como informarse de cómo apoyar su campaña.

A la plataforma Casa Nostra Casa Vostra la he conocido porque Joan Manuel Serrat, ha colaborado con ellos grabando su canción Mediterráneo junto a los siguientes artistas: Judit Neddermann, Sidonie, Manolo Garcia, Ismael Serrano, Gemma Humet, Gossos, Els Amics de les Arts, Jofre Bardagí, Antonio Orozco, Pablo López, Joana Serrat, Shuarma, Elèctrica Dharma, Santi Balmes, Marina Rossell, Estopa, Manu Guix i Feras AlmalatLuis Robisco, Pere Fovet y Jordi Franco. La producción ha sido a cargo de Manu Guix. No tengo dudas de que es Mediterráneo una de las mejores canciones de la historia de la música popular, y tampoco tengo dudas en decir que es un gran acierto usar una canción tan bella líricamente como instrumento para conseguir la concienciación social sobre un problema tan grave como es la crisis de los refugiados y sus terribles consecuencias de índole humanitaria. El arte como herramienta de transformación social. La canción protesta con todas sus letras, con toda su dignidad y con toda su coherencia, porque no se han acabado las injusticias contra las que mostrar un desacuerdo y un ánimo por hacer de este mundo un lugar mejor. Y para Serrat por supuesto mi aplauso…

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Fuente: Blog El corazón al viento