En el mundo de los posverdad todo es posible. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y varios de los gobiernos latinoamericanos cómplices, reconocieron al autoproclamado Juan Guaidó, presidente de una Asamblea Nacional en desacato y a quien no votó nadie, como presidente interino de Venezuela, con el aval de Washington. Corolario (¿no esperado?): Venzuela rompió relaciones con EE.UU.
El 23 de enero fue presentado por la oposición y la prensa trasnacional, como el “día D”. Y fue el día D. de la desmovilización de unos y otros. Día de la demostración de la apatía y la pasividad que ha ganado a los venezolanos, hartos de una oposición sin ideas ni credibilidad y de un gobierno que no ha logrado sacar al país de la grave crisis económico social en que se encuentra. Es cierto que el oficialismo no quiso movilizar, pero tampoco es fácil organizar una movilización genuina en respaldo a Maduro.
Y los medios cartelizados se llenaron de fake-news, de mentiras y medias verdades sobre un autopresidente que quizá deba instalar su gobierno en Washington o Bogotá.
Romper relaciones
El presidente Nicolás Maduro, anunció la decisión de romper relaciones diplomáticas con Washington. “El gobierno imperialista de Estados Unidos dirige una operación para imponer a través de un golpe de Estado un gobierno títere a sus intereses en la República (…) Pretenden elegir y designar al presidente de Venezuela por vías extraconstitucionales”, expresó desde el Palacio de Miraflores.
“Fuera, se van de Venezuela. Aquí hay dignidad, carajo, aquí hay pueblo dispuesto a defender esta tierra”, agregó, indicando que el personal diplomático y consular tiene 72 horas para abandonar el país. “Los problemas nuestros se resuelven en casa, siempre contando con el pueblo”, reiteró, asegurando que no permitirá que países extranjeros decidan en asuntos de Venezuela.
“Hoy hemos visto un silencio informativo brutal (…) los medios de comunicación internacionales una vez más censuran al pueblo de Venezuela, todos los medios internacionales manipulan y con su manipulación invisibilizan para el mundo que aquí hay un pueblo bolivariano gobernando”, comenzó Maduro su discurso.
Cómplices uno, soberanos otros
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, dijo que el proceso de dos años iniciado por Venezuela en abril de 2017 para abandonar el organismo quedó interrumpido. “Obviamente el reloj está parado a partir de hoy”, dijo Almagro, uno de los impulsores de la estrategia del gobierno paralelo, quien quizá deba alojar al supuesto “presidente interino” en la oficinas de la OEA en Washington.
Como era previsible, el mandatario de Colombia, Iván Duque, también reconoció a Juan Guaidó como presidente interino autoproclamado. Lo mismo se espera del gobierno de Canadá, que sigue los dictados de Washington, Colombia “acompaña este proceso de transición hacia la democracia, para que el pueblo venezolano se libere de la dictadura”, dijo en el Foro Económico de Davos.
“Confiamos, como los demás países del Grupo de Lima, que la decisión de la Asamblea y de su Presidente conduzca al restablecimiento de la democracia a través de elecciones libres y transparentes, con plena vigencia de la Constitución y la participación de líderes de la oposición”, dijo el argentino Mauricio Macri, sumándose a la línea de Washinton.
Guaidó, un joven casi desconocido por los venezolanos, asumió como presidente interino ante unos cientos de personas congregadas en la avenida Francisco de Miranda, en Caracas, durante una movilización en respaldo al parlamento y en rechazo al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“El presidente Donald Trump reconoce oficialmente al presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, como el presidente interino de Venezuela”, Trump anunicó que usará “todo el peso diplomático y económico de Estados Unidos para presionar por la restauración de la democracia venezolana” y alentó a otros gobiernos del “hemisferio occidental a reconocer a Guaidó como presidente interino de Venezuela”.
Pero todo no era color de rosa para el presidente estadounidense. El gobierno de México advirtió que reconoce al gobierno de Maduro luego de que el jefe del Parlamento de Venezuela, Juan Guaidó, se proclamara presidente interino. “Nosotros reconocemos a las autoridades electas de acuerdo a la Constitución venezolana“, dijo el portavoz de la presidencia mexicana, Jesús Ramírez. “ Hasta el momento no hay ningún cambio en sus relaciones diplomáticas con ese país ni con su gobierno”.
Nuestra solidaridad con el pueblo venezolano y el hermano Nicolás Maduro, en estas horas decisivas en que las garras del imperialismo buscan nuevamente herir de muerte la democracia y autodeterminación de los pueblos de Sudamérica. Nunca más vamos a ser patio trasero de EEUU, señaló el presidente boliviano Evo Morales.
Bolivarianos en vigilia
El vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, señaló que ““hoy los lacayos del imperio dicen que hasta hoy es presidente Nicolás Maduro, ¿por quién votó este pueblo que está aquí? ¿Quién es nuestro presidente? (…)Hacemos un llamado a la unidad de las fuerzas revolucionarias, de los partidos del Gran Polo Patriótico (…) La unidad es lo que nos garantiza el triunfo de la revolución, que nadie se rinda”, manifestó el dirigente.
A su juicio, la oposición “cree en un país de comiquitas (…) nosotros creemos en la realidad de las calles (…) creemos en la patria, en un futuro de paz”. “Algunos compañeros se ponen nerviosos no nos angustiemos, aquí los angustiados son ellos (la oposición) (…) “Van a intentar provocarnos, que nosotros caigamos en sus trampas, no, ellos están metidos en una gran trampa (…)”, enfatizó en su discurso.
Cabello pidió a la multitud que “a partir de esta noche nos mantengamos en vigilia frente al Palacio de Miraflores. “Algunos compañeros se ponen nerviosos no nos angustiemos, aquí los angustiados son ellos (la oposición) (…) “Van a intentar provocarnos, que nosotros caigamos en sus trampas, no, ellos están metidos en una gran trampa (…)”, enfatizó en su discurso.
La guerra la asume el mando militar estadounidense
El mensaje del martes del vicepresidente de EEUU, Mike Pence, enviado en vídeo a los venezolanos para alentar a quienes protesten contra el mandatario Nicolás Maduro, subrayando el severo respaldo de Washington al líder opositor Juan Guaidó, se difundió a través 2.751 poderosos medios del mundo.
Para los medios en habla hispana, se contrataron los espacios y los tiempos, más vistos, oídos y destacados. El referido “speech” de Pence fue preparado por 25 asesores muy bien escogidos de España, México, Colombia, Argentina y Brasil, bajo la coordinación de expertos de la OEA y la ONG Human Rights Watch .
Pence practicó su discurso durante doce horas, los días 17, 18 y 19 de enero, un trabajo arduo y muy exigente. Para los generales del Comando Sur, “Venezuela es una nación seriamente tocada, aunque ello implique que en estos momentos no exista oposición…”, señala José Saint Roz
Para el Comando Sur, ya no existen partidos ni dirigentes que puedan ser capaces por sí mismos de mantener una lucha por el poder desde una posición electoral o democrática para sacar a los chavistas. Por eso Pence, quien desconoce lo que ocurrió en Venezuela (derrocamiento del dictador Marcos Pérez Jiménez en 1958), tuvo que dar un “speech” en nombre de la oposición venezolana, añade.
Para el Comando Sur en combinación con el llamado Grupo de Lima y la dirigencia de la OEA, el plan para desatar una seria intervención en Venezuela, es crear un agónico y desgarrador cuadro interno de crisis social que ante la llamada comunidad internacional propicie sin cortapisas la “ayuda humanitaria”.
Para este cuadro “agónico y desgarrador”, EEUU debe asumir un papel protagónico. El 27 de diciembre junto con un grupo de opositores venezolanos se decidió en Washington que el golpe mortal para desatar un verdadero polvorín en Venezuela, similar al que se le dio a Gadafi, tenía que ser el 23 de enero.
El plan del Pentágono hasta ahora ha sido estimular la “pelea de perros” entre venezolanos, fase uno de una estrategia que viene aplicando desde hace casi dos décadas, la que viene seguida del asedio internacional, sanciones, bloqueos. La fase tres es la de la intervención directa, por medio de mercenarios o fuerzas de paíágonoses vecinos (Colombia, Brasil)
Pero en Venezuela no ha aparecido un Pinochet, donde las fuerzas armadas no se forjaron exclusivamente por una casta “muy refinada, imbuida profundamente en los valores de la sociedad occidental”, al decir del Comando Sur. Y nadie cree que a la oposición venezolana se los pueda vender como “héroes de la libertad”
Álvaro Verzi Rangel
Fuente: CENTRO LATINOAMERICANO DE ANÁLISIS ESTRATÉGICO CLAE , 24 de enero de 2018