Qué significan los resultados en EEUU

En el recuento entre partidos los republicanos han ganado ventaja en el Senado y ganado algunos gobernadores clave, pero perdido el congreso. Desde la mirada partidaria el único movimiento reseñable es que los demócratas han conquistado a una parte de la pequeña burguesía corporativa, las clases acomodadas de las periferias urbanas. Desde un punto de vista más profundo, viendo los candidatos electos de uno y otro partido, la realidad es que se consolida el bloque proteccionista, con algún cambio de bando importante como Ted Cruz entre los republicanos, pero sin cambios drásticos. Entre otras cosas porque el dinero que ha fluido en las últimas semanas a las campañas demócratas se ha orientado a los «globalistas». La división entre la burguesía americana sobre los lineamientos de política imperialista permanece y la ilusión de que la pequeña burguesía y el proletariado se benefician de la agresividad imperialista también.
Qué significan los resultados para Europa

La estrategia dominante de la burguesía europea frente a las andanadas de EEUU en la guerra comercial, ha sido hasta ahora… cerrar los ojos bien fuerte y esperar que el sector globalista retomara el poder en EEUU. Por eso tanta expectación ante estas elecciones en toda la prensa continental… y tanto desconcierto con los resultados.

El único discurso que aciertan a apuntar, estableciendo un inevitable paralelismo con Europa, es que la batalla entre «demócratas y populistas» refleja un enfrentamiento ciudad-campo. Es una visión tremendamente chata que los propios sociólogos del estado alemán refutan, reconociendo que la causa de la revuelta de la pequeña burguesía, que es la que cabalga la facción proteccionista de la burguesía estadounidense con Trump a la cabeza, se basa en «experiencias colectivas de exasperación, devaluación y desclasificación», es decir, en la proletarización de las clases medias y el miedo a la lumpenización de los sectores más débiles y en precarización de la clase trabajadora.
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Con los resultados de hoy en la mano, para la burguesía europea, esperar que Trump no pueda presentarse de nuevo, que de hacerlo, pierda estrepitosamente las elecciones presidenciales dentro de dos años y que además, de ser sustituido lo sea necesariamente por un perfil globalista «estilo Clinton»… parece cada vez menos probable. La «debacle del bloque occidental», el curso hacia enfrentamientos crecientes y la omnipresencia –reconocida por la misma Merkel– del fantasma de la guerra separarán muy posiblemente cada vez más a la UE de su viejo aliado norteamericano.
Nuevo Curso, 7 de noviembre de 2018