«Salieron de palos con nombres de putas, la Niña, la Pinta y… la otra». Así plasmaba el poeta dominicano Apolinar Núñez, cuando fungía como tal, el genocidio que celebra el Estado español y que Latinoamérica repudia.
Pablo Neruda, en su Versainograma a Santo Domingo también lo dejó escrito.
«Unos conquistadores españoles que llegaron de España con lo puesto, buscaban oro y lo buscaban tanto, como si les sirviera de alimento. Enarbolando a Cristo con su cruz, los garrotazos fueron argumentos tan poderosos que los indios vivos se convirtieron en cristianos muertos.»
(Euskal presoak-euskal herrira/Llibertat presos politics/Altsasukoak aske)
Koldo Campos Sagaseta para La Pluma, 28 de septiembre de 2018
Editado por María Piedad Ossaba
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