Hace algunos días, más de 13.000 personas marcharon en Uruguay para celebrar la diversidad sexual y exigir que la ley que garantiza los derechos de las personas transgénero sea aprobada por el Senado. La nueva ley, llamada “ley trans” (ley integral para personas trans) contiene muchas propuestas de gran alcance.
La Marcha de la Diversidad en Montevideo el 28 de sepiembre en apoyo entre otros a la nueva legislación que garantice los derechos de las personas transgénero. Foto: Ana Valdés
En Uruguay hay cerca de 1.000 personas transgénero registradas. La mayoría de ell@s han sido discriminad@s desde hace mucho tiempo y sujet@s a hostigamientos de varios tipos. Se les ha negado la atención médica privada y las oportunidades de empleos han sido escasas. Much@s se han visto forzad@s a prostituirse y un gran número de estas personas transgénero se han suicidado. La mayoría no ha recibido el apoyo de sus familias y han abandonado el hogar paterno cuando alcanzaron la mayoría de edad, a los 18 años. La Iglesia católica se ha negado sistemáticamente a reconocer a los transgéneros como una minoría y las fuerzas de la derecha l@s han estigmatizado. No han podido ser categorizad@s y esto es casi punible en un mundo donde todos deben ser etiquetados y clasificados.
Ahora el gobierno de la izquierda del país y la coalición Frente Amplio quieren cambiar esto. Si se aprueba la ley, tod@s l@s transgéner@s nacid@s antes de 1975 que hayan estado expuest@s a la discriminación y al hostigamiento podrán ser indemnizad@s por una pensión de jubilación. Esto se debe a que los médicos afirman que la esperanza de vida promedio de una persona transgénero es de 50 años y, por lo tanto, la pensión se otorgaría a las personas transgénero que tienen actualmente 30 o 35 años.
Un porcentaje de todos los empleos estatales se reservará para las personas transgénero. Serán priorizad@s en la asignación de viviendas sociales. Recibirán becas y apoyo si solicitan la admisión a la universidad. Solo nueve de l@s 1.000 trans registrad@s están matriculad@s en la universidad estatal.
El punto de partida es la autodeterminación
La ley propuesta garantiza a tod@s aquell@s que lo necesitan corrección de género sin un examen especial. La persona mayor de 18 años decide por si misma sobre su cuerpo y los menores de edad también pueden solicitar el procedimiento si su tutor lo autoriza. Todos los procedimientos deben ser gratuitos, tanto el proceso hormonal como el quirúrgico.
En América Latina, la Iglesia Católica ha descrito a los transgéneros como “una abominación” y ha considerado que uno debería estar satisfecho con el género que se le dio al nacer, lo que contribuyó a la discriminación. Pero ahora, filósofos como Beto Preciado, transgénero, han escrito varios libros que afirman que no nacemos con dos sexos sino más y que fueron los ginecólogos quienes tomaron la decisión de diferenciar los sexos de los niños al nacer.
Preciado, un arquitecto y filósofo muy respetado que estudió en la Universidad de la Sorbona en París con grandes personalidades como Lacan y Derrida, se ha convertido en el portavoz de un movimiento de intelectuales jóvenes y de mediana edad que ven el sexo como algo fluctuante y una frontera para cruzar.
Beatriz/Beto Preciado (pinchar para ver y escuchar su conferencia en México en 2010)
Editado por María Piedad Ossaba