Una de las principales figuras de la política de Ecuador analizó la persecución mediática-judicial contra Rafael Correa, Lula Da Silva y Cristina Fernández de Kirchner. Rivadeneira también habló sobre las políticas de Lenín Moreno, el abandono del gobierno ecuatoriano del Alba-Tcp, el ataque a la Unasur y el alineamiento con el FMI y con los sectores del poder económico concentrado de Ecuador.
Contexto entrevistó a Gabriela Rivadeneira, una de las principales referentes polítcas de Ecuador, integrante de la Asamblea Nacional por la Revolución Ciudadana. Rivadeneira analizó el giro de 180 grados dado por Lenín Moreno respecto de las políticas implementadas por Rafael Correa, la alianza del actual presidente ecuatoriano con Estados Unidos y los sectores del poder económico concentrado a nivel nacional e internacional y sobre la persecución mediática- judicial contra Correa, Lula Da Silva y Cristina Fernández de Kirchner. La reconocida asambleísta aseguró que “el aparato judicial y los medios de comunicación” son fundamentales “para poder desarrollar este nuevo mecanismo de golpes blandos”.
– La expresidenta argentina y actual senadora, Cristina Fernández de Kirchner denunció que hay una estrategia regional para perseguir judicialmente a los líderes populares y remarcó que eso se puede ver claramente en Argentina, Brasil y Ecuador. ¿Cree usted que es así? ¿A qué interés responde esta estrategia y que rol juegan los medios hegemónicos de comunicación?
– Efectivamente, existe una estrategia regional de persecución a los líderes progresistas de Argentina, Brasil y Ecuador. Esta estrategia la advertimos hace 3 años desde Ecuador bajo la denominación de “Restauración Conservadora” que, en nuestro país se concretó desde el cambio de mando en mayo 2017.
El “lawfare” o judicialización de la política en el Ecuador violenta los más elementales derechos y garantías de las personas como las del debido proceso legal y a nivel institucional se ha manifestado con la ruptura del orden constitucional y un fuerte debilitamiento del Estado de Derecho.
Además, como ya ocurre en Brasil, en nuestro país también se ha manifestado mediante la proscripción de la participación política de nuestra organización: la Revolución Ciudadana.
Es importante que ustedes conozcan que en Ecuador la estrategia del lawfare se expresa a través de cuatro mecanismos. Uno: la persecución administrativa desarrollada desde la Contraloría General del Estado, contra los funcionarios que formaron parte del gobierno de Rafael Correa. Dos: la persecución desde los órganos de la función Judicial, mediante este mecanismo es que se persigue a Rafael Correa con un juicio penal fabricado para intentar su detención violentando las garantías del debido proceso. Tres: la modificación de los marcos constitucionales e institucionales del Estado; para lograr una proscripción política de Rafael Correa, por si el plan judicial les falla. Cuatro: el bloqueo político; que impide la representación de una de las principales fuerzas de la escena política ecuatoriana, como lo es la Revolución Ciudadana. Estos cuatro ejes forman parte de una estrategia que rompe con los principios elementales del Estado de derecho y la vida republicana.
Esta estrategia regional para eliminar de la escena política a los líderes progresistas se realiza con la complicidad necesaria del aparato judicial y los medios de comunicación. Ambos se necesitan para poder desarrollar este nuevo mecanismo de golpes blandos que se han experimentado en nuestra región para influenciar en la política ya que no pueden hacerlo mediante las urnas. Es decir, son los poderes hegemónicos y fácticos los que están detrás de estos mecanismos para denigrar y desprestigiar a los proyectos progresistas que mostraron ser efectivos al momento de mejorar la calidad de vida de los pueblos y han tocado los intereses de los grupos de poder como nunca antes en nuestro continente, bajando las brechas de desigualdad que han golpeado siempre a los más pobres del continente.
– ¿Qué interpretación hace usted de la decisión del presidente Lenín Moreno de abandonar el Alba-Tcp y de anunciar que le pedirá a Unasur que devuelva el edificio que el estado de Ecuador había cedido para su funcionamiento?
– No me sorprende porque coincide con la agenda internacional desarrollada por Moreno desde su asunción. Existe un giro radical en la política exterior del Ecuador cambiaron la visión integracionista latinoamericana y de relaciones multipolares implementada por Rafael Correa a una política exterior que centra nuevamente la mirada exclusivamente en el norte.
La actual política exterior se caracteriza por el regreso del injerencismo extranjero, el regreso al formato establecido por el FMI, los acuerdos bilaterales de inversión, el acercamiento a la OEA y a la Alianza del Pacífico y a los organismos internacionales de crédito. Además del cumplimiento del acuerdo con los Estados Unidos que han permitido la apertura de una “oficia de cooperación militar” desde el palacio de Gobierno, la presencia de un avión militar estadounidense para vigilia y control, todo esto a raíz del conflicto armado en nuestra frontera norte, limítrofe con Colombia.
Por ello, en ese contexto no sorprende que a nivel regional Ecuador haya decidido abandonar el Alba, los acuerdos de paz de los que participaba en Colombia, el interés en las relaciones regionales, además del viraje político en cuanto a la posición de Ecuador sobre el gobierno de Venezuela.
En relación a la UNASUR, el anuncio realizado por Moreno demuestra, una vez más, su desconocimiento e incompetencia en los temas internacionales, como así también la utilización del sector indígena con fines proselitistas, al querer otorgar otro fin al Edificio Néstor Kirchner, que fue donado por el Ecuador a la UNASUR para el funcionamiento de la Secretaría General.
– ¿Qué lectura hace del anuncio del presidente Lenín Moreno de las nuevas medias económicas de recortes en la inversión pública?
– Sin duda se enmarca en el paquete de medidas que la partidocracia y la banca le exigen a Moreno. La reducción de la inversión pública tendrá consecuencias significativamente adversas en la generación de desarrollo en general y, por supuesto, de empleo a través de la obra pública. La paralización de obras ha significado en estos 15 meses un golpe fuerte a la economía de millones de familias. Hay una estrategia continua de achicamiento del Estado, basta con ver la eliminación de Ministerios, el congelamiento de los salarios, como así también la grave reducción de personal mermando especialmente las áreas de seguridad, educación y salud, vulnerando derechos constitucionales.
Sin duda, son las mismas recetas que ya fracasaron en los ‘90, dictadas por el mercado y los organismos internacionales, que aunque se presenten con un carácter renovado, están erosionando la calidad de vida de los ciudadanos como por ejemplo ocurre en Argentina. Es necesario advertir sobre sus consecuencias y realizar un profundo cambio en la política económica que garantice mayores niveles de inclusión social y desarrollo de nuestro país.
Además se ha retirado el subsidio al diésel industrial utilizado por el sector productivo y a la gasolina súper. Esto genera especulación en la economía nacional además de promover una recesión que golpea a la clase media y pobre del país. La cereza del pastel ha sido el perdón de deuda al fisco de más de 4.000 millones de dólares a los 200 grupos de poder económico más grandes del país. Ahí se evidencian las alianzas del gobierno de turno, un gobierno de transición a la más reacia derecha nacional.
– Desde Argentina la interpretación es que el presidente Lenín Moreno ha dado un giro 180 grados respecto de las políticas del expresidente Rafael Correa ¿Esto es así? ¿Por qué?
– La interpretación es correcta. El presidente Moreno fue electo por quienes buscaban la continuidad de un modelo que ha transformado notablemente la vida de los ecuatorianos. Desde el mismo momento de cambio de mando se dio la espalda al proyecto ganador en las urnas, el proyecto de la Revolución Ciudadana; para cumplir la agenda económica de los perdedores en las elecciones presidenciales. Hoy el gobierno representa los intereses de las élites económicas, las transnacionales y las corporaciones mediáticas. Como mencioné anteriormente las políticas neoliberales a las que se ha volcado Moreno, no son más que el plan de gobierno propuesto por esos sectores. Ha traicionado al proyecto de la Revolución Ciudadana y a sus electores.
– Teniendo en cuenta los puntos de las preguntas anteriores ¿Qué lectura hace usted del futuro próximo de Ecuador y de América Latina?
– Creo que es importante tener memoria y conciencia, para que no volvamos a condenar a la exclusión social y a la pobreza a nuestros pueblos. El gobierno de Rafael Correa no sólo posicionó a Ecuador como uno de los países más equitativos y con mayores niveles de desarrollo en la región, sino que también permitió que el país asistiera a una estabilidad democrática y de gobierno sin precedentes. Esto está en la memoria reciente de los ecuatorianos y las ecuatorianas y por más que utilicen todo el poderío económico del capital concentrado, el monopolio de los medios de comunicación y la fuerza despiadada e ilegal de los poderes del Estado, no podrán borrar todas las mejoras que nuestros ciudadanos vivieron en esos años.
Estas estrategias de lawfare o judicialización de la política, mediante la persecución a nuestros líderes progresistas y la proscripción de nuestros partidos políticos responden a una estrategia implementada en la región. Ya se está viendo en varios países como sus ciudadanos dedican cada vez menor tiempo a estos temas, restan credibilidad y comienzan a pedir respuestas concretas a los gobernantes para la mejora de sus condiciones de vida. Como dice Rafael: “es sólo cuestión de tiempo, y ese tiempo está llegando no sólo en Ecuador, sino en toda la Patria Grande”.
Héctor Bernardo para La Pluma, 26 de septiembre de 2018
Editado por María Piedad Ossaba
Publicado por Contexto