Un punto de vista sobre el estado del mundo encargado y publicado por el JHU-UPF PUBLIC POLICY CENTER.
La sensación desde el año 24 del siglo XXI es que la evolución de la guerra de Ucrania y la masacre de Gaza marcan lo que los rusos denominan un “vodorazdiel” (водораздел), una “divisoria de aguas” que marca un hito, un punto de inflexión en la crisis del declive occidental y su indiscutible preponderancia mundial.
Se conocían los dos aspectos esenciales de esa crisis, la tendencia menguante de la potencia occidental y el traslado de la potencia global hacia Asia. Desde el siglo XVI, el mundo europeo y, posteriormente, su extensión norteamericana era quien definía el tablero, imponía las normas y establecía los precios. El resto del mundo era mero objeto de su dominio. El cambio de situación al que hoy asistimos, con la ampliación de la brecha entre el “Occidente ampliado” y el “sur global”, supone una seria prueba psicológica y mental para quien se ve obligado a apearse o modificar su papel de amo. El amo tuvo la fuerza y ejerció un poder prácticamente incontestado y, naturalmente, teme que quien tome ahora el relevo en el puente de mando se comporte exactamente como hizo él, es decir, como un implacable dictador y explotador. La mentalidad de ese miedo queda reflejada en el dicho popular: “piensa el ladrón que todos son de su misma condición”
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« We shall return ». Autor Imad Abu Shtayyah.
Rafael Poch de Feliu, para La Pluma
Editado por María Piedad Ossaba
Fuente: Rafael Poch de Feliu– Blog,15 de abril de 2024