El IVIC, más de seis décadas de ciencia

Hoy en día, el instituto se rige por la Ley de Reforma Parcial al Decreto de Creación, publicada en agosto del 2000. ​

Más de 60 años tiene el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), dedicado a la generación de conocimiento, al desarrollo tecnológico y a la formación de talento humano.

Creado por Gaceta Oficial el 9 de febrero de 1959, este organismo autónomo tuvo como antecedente al Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (Ivnic), ente que contó con el primer reactor nuclear de América Latina.

Hoy, al cumplir 64 años de existencia, se caracteriza por ser un instituto multidisciplinario de investigación en ciencias básicas, siendo las ciencias biológicas y médicas un fuerte componente y, en menor grado, áreas de las ciencias sociales. Cuenta con varios centros de investigación independientes.

Desde sus inicios se ha relacionado con las corrientes internacionales del conocimiento, y ha impulsado la profesionalización de los investigadores en Venezuela. Por todo esto es la institución científica de referencia obligada, reconocida como un importante centro de asesoramiento, consulta y facilitador de servicios en las ramas de las ciencias. Hoy en día desarrolla cientos de proyectos de investigación y presta servicios especializados a empresas públicas y privadas, universidades y organismos públicos.

Los antecedentes

El 29 de abril de 1954 fue fundado el Instituto Venezolano de Investigaciones Neurológicas y Cerebrales (Ivnic), bajo la dirección de Humberto Fernández-Morán. Contó con investigadores extranjeros, especializados principalmente en la investigación biomédica. Además, se instaló en su Centro de Física un reactor nuclear, el primero de su tipo en América Latina.

Al caer la dictadura del general Marcos Pérez Jiménez en 1958, se inició un período de revisión de las instituciones, incluyendo al IVNIC. Para evaluar su funcionamiento, el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social designó una comisión científica asesora. Como resultado se planteó una profunda re-estructuración, debido a que su radio de acción se concentraba exclusivamente en la investigación básica y aplicada del sistema nervioso.

Humberto Fernández-Morán

Se trató de una propuesta multidisciplinaria en la que los investigadores, tenían completa libertad para desarrollar sus líneas de estudio. Así nació el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, creado por la Gaceta Oficial 25.883 el 9 de febrero de 1959, originalmente adscrito al Ministerio de Sanidad y Asistencia Social.

Si bien la nueva institución heredó la infraestructura del IVNIC, la mayor parte del personal científico fundador provino del Instituto de Investigaciones Médicas “Fundación Luis Roche”.

Inicios del IVIC

 

Un total de 26 investigadores, 14 nacionales y 12 extranjeros, además de siete estudiantes venezolanos, formaban parte del IVIC en 1960. Durante sus primeros años el número de investigadores creció rápidamente hasta alcanzar 54 en 1967.

Su primer director fue Marcel Roche, quien estuvo ligado con la concepción y formación del instituto (1959-1969). El segundo director fue Raimundo Villegas (1969-1974), en cuyo periodo se fundó el Centro de Estudios Avanzados (CEA), y se formalizaron los estudios de postgrado. En 1971 se crea el Centro de Investigaciones Tecnológicas o Centro Tecnológico y se cambia la estructura del instituto en diversos centros y departamentos.

El primer reglamento del IVIC es sancionado en 1974 y en este periodo, la actividad más visible del instituto estuvo orientada hacia los desarrollos tecnológicos y la prestación de servicios a la industria petrolera. Con la nacionalización del petróleo gran parte del personal del organismo dedicado a las áreas de química y petróleo, pasó a formar parte del Intevep (1976), mientras que los pertenecientes al Centro de Ingeniería pasarían a la Fundación Instituto de Ingeniería (1980). ​

Dificultades económicas desalentaron el ingreso de jóvenes investigadores en 1990, por lo que varias líneas de investigación corrían el riesgo de desaparecer, tras la jubilación de investigadores de larga trayectoria. Razón por la cual se ofreció a los investigadores eméritos, la posibilidad de mantenerse como investigadores activos. ​

Ciudad de ciencia

El IVIC está conformado por 16 centros de investigación, tres centros internacionales, cuatro departamentos de investigación, 13 unidades de apoyo a la investigación, 22 dependencias administrativas, 1 escuela de postgrado, y tres sedes regionales en Higuerote, Mérida y Zulia.

Ubicado en Los Altos Mirandinos, en medio de una zona montañosa y boscosa, ​la atmósfera silenciosa ofrece las condiciones para una Ciudad de la Ciencia. En este ambiente labora una comunidad formada por investigadores activos y jubilados en régimen de permanencia, colaboradores visitantes, profesionales de apoyo a la investigación, técnicos, estudiantes de pregrado y postgrado, y trabajadores administrativos.

La institución presta servicios y administra proyectos de desarrollo tecnológico para cubrir las demandas del país en las áreas médica y de salud, industrial, química, ambiente y academia. Esta importante área es coordinada por el Centro Tecnológico.

A mediados de la década de 1960 surgieron en el IVIC varios proyectos de investigación orientados a la aplicación en los campos de la catálisis, la ingeniería eléctrica y agronomía tropical.

En ese ambiente creció la idea de poner en marcha una planta de fraccionamiento de derivados sanguíneos. La idea germinó en la institución y su puesta en práctica fue llevada a cabo por sus autoridades.

Al respecto se instrumentaron alternativas para resolver los desafíos financieros, organizativos y tecnológicos de un proyecto para construir y poner en funcionamiento una nueva industria para el país: la Planta Productora de Derivados Sanguíneos. Así surgió esta nueva industria en el área farmacéutica, dentro de la cual se produjo un proceso de aprendizaje práctico.

Nace Quimbiotec

Siguiendo ese esfuerzo y espíritu innovador, en 1988 un grupo de investigadores del IVIC fundó Quimbiotec, una empresa estatal sin fines de lucro del área de hematología, con interés en el fraccionamiento de la sangre para el mejor uso del plasma obtenido y no aprovechado por los bancos de sangre del sistema de salud del país.

La construcción de la planta de hemoderivados se concretó en 1998, así como el registro y liberación de diversos productos. Cinco años más tarde, se inició la construcción de una planta para la producción de fármacos recombinantes que culminó en 2014. La empresa, adscrita al Ministerio para la Salud, es la única productora de medicamentos hemoderivados y fármacos recombinantes en el país. Forma parte del conglomerado de empresas públicas productoras de medicamentos de la Corporación de Servicios del Estado S.A. (Vensalu), con capacidad instalada para cubrir las demandas del país y exportar a países de la región.

Esta industria química y farmacéutica combina procesos con el uso intensivo de tecnología, lo que la hace una empresa única en el país. Produce y comercializa derivados de la sangre de alta calidad, así como medicamentos recombinantes, antivenenos antiofídicos y antiescorpiónicos. Entre sus productos químicos y biológicos figuran la albúmina humana, inmunoglobulina endovenosa, inmunoglobulina anti-D y factor VIII humano.

Reconocimiento nacional e internacional

Desde sus inicios el IVIC se ha caracterizado por la calidad de su infraestructura científica y por la productividad de investigadores y estudiantes. ​​ Entre 1980 y 1988, el instituto mantuvo el liderazgo absoluto de la producción de artículos científicos registrados en el Science Citation Index, llegando a producir el 30% de los artículos científicos de Venezuela.

Posteriormente, el crecimiento de la universidad venezolana, además del surgimiento y consolidación de diferentes facultades y escuelas dedicadas a las ciencias básicas, aumentaron el aporte del sector académico a la ciencia en Venezuela, y la importancia relativa del IVIC disminuyó paulatinamente. Entre 1989 y 1994 pasó a alternar el primer lugar con la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actualmente se sitúa ligeramente por debajo del 20% de la producción científica nacional, por detrás de las cuatro universidades más importantes del país.

Varios científicos del IVIC han sido reconocidos con premios nacionales de ciencia y tecnología, como el Premio Nacional de Ciencias del antiguo Conicit, el Premio Nacional de Ciencia y Tecnología del Ministerio de Ciencia y Tecnología. ​​ Además, es la institución con mayor cantidad de galardonados por el Premio Lorenzo Mendoza Fleury de la Fundación Empresas Polar​.

También ganó el Premio Sultán Qabús para la Preservación del Medio Ambiente, otorgado al Centro de Ecología por la Unesco y la Sultanía de Omán en 2003.​ Y uno de sus antiguos investigadores del IVIC, Mario Pietro Vecchi, es coautor de uno de los cien artículos científicos más citados en la historia.​​​

Formación para la ciencia

Esta institución científica asumió, desde su creación, el compromiso de educar a jóvenes venezolanos para formar una generación de nuevos investigadores, técnicos y profesionales de la ciencia. La estrategia inicial consistió en una combinación de un programa de becas para el estudio en el exterior, y la formación de egresados universitarios en labores de investigación dentro de los laboratorios del instituto. ​

Para coordinar las actividades académicas se creó, a principios de 1970, el Centro de Estudios Avanzados (CEA), el cual ofrece en la actualidad cursos de maestría y doctorado en Antropología, Biología de la Reproducción Humana, Bioquímica, Ecología, Estudios Sociales de la Ciencia, Física, Física Médica, Fisiología y Biofísica, Genética Humana, Inmunología, Matemáticas, Microbiología, Modelos Aleatorios y Química. ​​

De igual forma, el CEA permite la estancia de estudiantes de pregrado como asistentes, tesistas, visitantes y en entrenamiento, así como la permanencia de pasantes.

Biblioteca para América Latina y El Caribe

Poco después de la fundación del IVIC se creó la Biblioteca Marcel Roche. Debido al tamaño de su colección y a los servicios ofrecidos, en 1996 fue designada por la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) como Biblioteca Regional para América Latina y El Caribe.

En esta biblioteca se puede conseguir la versión en inglés, traducida por James Hamilton, del discurso de El Libertador Simón Bolívar durante la instalación del Congreso de Venezuela en Angostura. Además, posee la colección completa de la revista Philosophical Transactions of the Royal Society of London desde su volumen N° 1 del año 1665.

Otro dato curioso es que el ejemplar más antiguo que tiene es «Pirotechnia» de Vannucio Biringuccio, publicado en Venecia en 1550. El autor menciona el método de amalgamación (extracción de plata por medio del mercurio) llevado luego a la práctica por Bernardino de Medina en Zacatecas, México.

Investigación y mucho más

Pero el IVIC no es solo ciencia. Sus 832 hectáreas de bosques e instalaciones reúnen la colección de escultura exterior venezolana más importante del país. En total, son más de 80 piezas interiores y exteriores de acrílicos, serigrafías y esculturas de reconocidos artistas nacionales e internacionales, como Jesús Soto, Marisol Escobar, Francisco Narváez, Gego y Gladys Meneses.

También alberga en sus instalaciones, a la Unidad de Materiales Peligrosos del Cuerpo de Bomberos del Estado Miranda, que nace por la presencia de gran cantidad de elementos específicos de complejo manejo dentro de las instalaciones del instituto, así como sus desechos.

Hoy en día, el instituto se rige por la Ley de Reforma Parcial al Decreto de Creación, publicada en agosto del 2000. ​

Haiman El Troud, 7 de febrero de 2023

Con información de Revista Espacios, Unellez, Quimbiotec y Wikidat

Editado por María Piedad Ossaba

– Acerca de cómo un instituto académico construyó una industria: el caso del IVIC y la planta de hemoderivados sanguíneos (1976-2000) publicado en la Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina

Fotos cortesía del IVIC