Un fantasma recorre el mundo: la Gran Renuncia

Las acusaciones de que son las ayudas sociales las que han desincentivado el trabajo y fomentado la pereza son falsas.

A un ritmo ya de cuatro millones y medio al mes, 34,4 millones de trabajadores estadounidenses abandonaron su empleo en los nueve primeros meses de 2021, agotados y hartos de las abusivas condiciones laborales. La pandemia les ha hecho a miles de personas replantearse muchas cosas. Sin quererlo estamos asistiendo a una huelga general no convocada.
 
Silvio Rodríguez habla en una de sus canciones de « los que no tienen nada que perder ». Se trata de quienes están en una situación tan desesperada que nada les impide rebelarse. Y existen muchas formas de sublevarse: levantarse en armas, hacer una huelga o… renunciar a tu puesto de trabajo, harto de ser explotado, mal pagado, maltratado, humillado… Alguna vez dije que mientras te levantaras todas las mañanas para ir a trabajar, el capitalismo tenía garantizado su funcionamiento, cualquier otro activismo era inocuo.
 
Por eso mismo, el socialismo real del siglo XX era más democrático, porque al tener los ciudadanos garantizada su supervivencia, solo con que dejaran de trabajar podían derrocarlo. De hecho, es lo que sucedió en algunos países de Europa del Este.

10,4 millones de empleos sin cubrir

En los últimos meses, en Estados Unidos ha sido noticia que millones de trabajadores están dimitiendo y abandonando sus empresas. Según el Gobierno de ese país, veintitres millones y medio desde abril a septiembre, los últimos que se han hecho públicos, lo que supone 34,4 millones en lo que iba de 2021. Y siguen subiendo, desde julio ya no bajan de los cuatro millones.
 
Los expertos lo han bautizado como la Gran Dimisión o la Gran Renuncia, así con mayúsculas. Según el Departamento de Trabajo, en el mes de septiembre hubo un total de 10,4 millones de vacantes de puestos de trabajo sin cubrir.

Diferentes motivos

Sin duda la pandemia ha sido un detonante porque ha mostrado muchas cosas sin precedentes en los trabajadores:

1. Para algunos trabajadores esenciales (sanitarios, repartidores, reponedores, transportistas…) la pandemia les ha supuesto un trabajo agotador del que no se han visto reconocidos ni social, ni profesional ni laboralmente. Muchos han comprobado que sus empresas multiplicaron sus beneficios a costa de la salud y el agotamiento de ellos a cambio de sueldos miserables.

No es que lo diga un líder sindical, lo afirmó a la revista Time Robert Reich, el ex secretario de Trabajo de la Administración Clinton « Los empleados no quieren volver a trabajos agotadores o aburridos, con salarios bajos y de mierda. Los trabajadores están quemados. Están hartos. Están fritos. Después de tantas dificultades, enfermedades y muertes durante el año pasado, no van a aguantar más ».

Además la inflación ha aumentado a un ritmo superior de lo que lo han hecho los salarios, están ganando menos que antes de la pandemia mientras les dicen que la economía está mejorando.
 
2. Para los que se vieron obligados a suspender sus trabajos supuso descubrir el descanso, el encuentro con la familia, disponer de tiempo libre.

Según una encuesta realizada por LinkedIn, el 74% de las personas reconocen que el tiempo que han pasado en casa durante la pandemia (bien por los confinamientos o por las recomendaciones de trabajar de forma remota) les ha hecho replantearse su vida, especialmente la laboral. Recordemos que en Estados Unidos la ley no garantiza vacaciones a los trabajadores.
 
3. A otros que teletrabajaron durante la pandemia, ahora les hacen regresar a su trabajo sin garantías de protección y sin flexibilidad para cuidar de sus familias.

Muchos, especialmente las mujeres, deben ocuparse de sus hijos o sus mayores, o no pueden hacerlo o se les va el sueldo íntegro en pagar a alguien que les cuide. Un informe reciente de McKinsey & Co. afirma que una de cada cuatro mujeres en Estados Unidos está pensando en cambiar de empleo o en dejar la actividad laboral debido al COVID-19. Han llegado a la conclusión de que no les compensa trabajar.

De hecho, los colectivos que más renuncian son los peor pagados. Más de la mitad de los trabajadores estadounidenses aseguraron que planean buscar un nuevo trabajo el próximo año, según la encuesta de solicitantes de empleo realizada por Bankrate. Alrededor del 56% de los trabajadores dijeron que ahora su prioridad era un horario flexible y el teletrabajo.

Según una encuesta de The Conference Board, los milenials cuestionan la conveniencia de volver a la oficina más que las generaciones mayores, con un 55% de milenials que expresan su preocupación por trabajar de forma presencial, frente al 45% de los participantes de la Generación X y el 36% de los baby boomers.
 
4. En cambio, para algunos el teletrabajo supuso un mayor abuso laboral, sin horarios, con disponibilidad completa y sin poder atender sus labores domésticas o sus hijos. También han terminado hartos.
 
5. Otros comprobaron que si se ponían enfermos dejaban de cobrar su sueldo. Es preferible dejar de trabajar y cuidarte que terminar igualmente sin sueldo y enfermo.
 
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Empleos basura

Mientras tanto, la tendencia laboral ha sido a aumentar empleos basura o a tiempo parcial, que ni siquiera servían para proporcionar seguro médico, algo fundamental para que un empleo fuera atractivo en Estados Unidos. Aproximadamente el 40% de las renuncias en EEUU pertenecen a los sectores de alimentación, hostelería, comercios, fábricas y sanidad. Empleados que se enfrentan a horarios eternos y extenuantes, que se los cambian impidiendo cualquier conciliación familiar. Deben soportar mucho estrés y un trato del público no siempre correcto.
 
La reactivación de la economía, con la consiguiente demanda de trabajadores en algunos sectores, ha provocado un empoderamiento de algunos empleados que se han organizado y comenzado a reclamar mejores condiciones laborales. Si no se las conceden, no les da tanto miedo irse y buscar otro trabajo. Según una encuesta Pulse of the American Worker el 26% de los trabajadores estadounidenses planeaba buscar un trabajo en una empresa diferente una vez que la pandemia haya disminuido.
 
Las acusaciones de que son las ayudas sociales las que han desincentivado el trabajo y fomentado la pereza son falsas. Los subsidios de desempleo expiraron en septiembre y la gente sigue abandonando sus trabajos.
 
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Fuera de Estados Unidos

La siguiente pregunta es qué sucede en el resto del mundo, ¿se ha producido un fenómeno similar en otros países?
 
Según un informe de LinkedIn, « la proporción de afiliados que cambiaron de trabajo en octubre de 2021 globalmente aumentó un 25% en comparación con el mismo periodo del año anterior a la pandemia ». Es decir, algo se está moviendo también en Europa, pero no de la misma forma que en Estados Unidos.

En España

En España, Newtral ha investigado en qué medida se puede estar produciendo un fenómeno como el estadounidense. Según los datos recogidos del Ministerio de Seguridad Social, el análisis de los expertos contactados y los informes de portales de empleo, « la ‘Gran Dimisión’ no se está produciendo en España. Sin embargo, sí que hay indicios de cambios en la mentalidad de los trabajadores, sobre todo a raíz de la pandemia ».
 
Un informe de la empresa de recursos humanos Adecco del mes de noviembre refleja que « el 58% de las empresas cree que el riesgo de padecer el síndrome de trabajador quemado (burnout) se ha incrementado en el último año y que los trastornos emocionales relacionados con la crisis sanitaria y económica aún se mantienen con respecto a hace un año [64%] ».
 
Por otro lado, según Eurostat, España es el país de la UE con más trabajadores sobrecualificados para el puesto que ocupan. El 38,8% de los jóvenes españoles tiene un nivel educativo superior a la cualificación necesaria para desempeñar las labores de sus empleos, y eso genera una frustración para la que hay dos salidas: aguantar mientras aparece algo mejor o arriesgarse y dejar el empleo.
 
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