Algunas imágenes imperecederas del año de la peste

Sin ningún criterio de exhaustividad mencionamos algunos hechos referidos a USA, a Abya Yala (Bolivia y Colombia), resaltando lo que a nuestros ojos aparece como más destacado en este 2020.

“Los patógenos están… incrustados en los circuitos del capital”.Bob Wallace, Grandes granjas, grandes gripes. Agroindustria y enfermedades infecciosas, Capital Swing, Madrid, 2020, p. 388.

“El capital multinacional ha sido el motor de la evolución de la enfermedad mediante la quema o la tala de bosques tropicales, la proliferación de la ganadería intensiva, el crecimiento intensivo de los barrios marginales, a lo que hay que añadir el ‘empleo informal’ y el fracaso de la industria farmacéutica para encontrar beneficios en la producción masiva de antivirales esenciales, antibióticos de nueva generación y vacunas universales”.

Mike Davis, Llega el monstruo. Covid-19, gripa aviar y las plagas del capitalismo, Capitán Swing, 2020, p. 24.

Termina el terrible 2020, el año de la peste, de la peste del capitalismo, un año que quedará en la historia porque lo acontecido tendrá impacto duradero y porque es el anticipo a gran escala de lo que nos espera, un resultado al que nos ha conducido el metabolismo destructivo del capital.

Algunas imágenes nos sirven como telón de fondo para hacer un breve balance de algunos de los hechos más impactantes del año del coronavirus. Son tantos ytan diversos los acontecimientos que se requieren miles de páginas para analizar lo sucedido, teniendo en cuenta estecriterio, enunciado por Lenin: “Hay décadas donde no pasa nada; y hay semanas donde pasan décadas”. En las pocas semanas de este año quedaron hechos añicos muchas de las falacias del capitalismo, que se habían consolidado como verdades casi indiscutibles desde 1989.

Sin ningún criterio de exhaustividad mencionamos algunos hechos referidos a Estados Unidos, a América Latina(Bolivia)y a Colombia, resaltando lo que a nuestros ojos aparece como más destacado en este 2020.

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El “personaje” del año ha sido el coronavirus(SARS-Cov-2)y la pandemia que originó, la Covid 19. Un minúsculo virus adquirió notoriedad al evidenciar los límites del capitalismo, mucho más que miles depalabras. Desde 1989los voceros del capitalismo anunciaron con soberbia y arrogancia que su despliegue era incontenible, porque dizqueforma parte de la naturaleza humana y su expansión mundial (denominadaen forma eufemística comoglobalización) era como una supuesta ley de la gravedad (Mario Vargas Llosa dixit)ante la cual no se podía hacer nada. Estos ideologemas construidos durante décadas y erigidos como los supuestos de un nuevo sentido común, se han derrumbado como castillo de naipes en este 2020. La Covid-19 desnudó las miserias del capitalismo realmente existente y enterró de una vez por todas, por si hubiera alguna duda, lasfalacias sobreel fin de la historia, la eternidad del capitalismo y la pretendida irreversibilidad de la globalización.

Aquello de que no existen barreras ni límites, entre otros los naturales, al paso arrollador del capital, se estrelló contra la dura realidad. Se suponía que la destrucción de bosques, el arrasamiento de la biodiversidad, la expansión urbana, la mezcla indiscriminada de especies animales y vegetales, la mercantilización y privatización de los bienes comunes de tipo natural… no teníanconsecuencias y demostraba la superioridad de lo artificial sobre lo natural. Estos espejismos quedaron en evidencia con el coronavirus, porque la pandemia no fue un hecho fortuito o inesperado, como si fuera un ataque externo al capitalismo; fue, por el contrario, un resultado previsibleque,en cualquier momento,se iba a desencadenar, solo era cuestión de tiempo. Los anuncios previos eran claros, pero no se quisieron o no se pudieron leer por la lógica autodestructiva del capitalismo: el VIH1 (SIDA), el Ébola, H5N1 (“gripe aviar”, que origina el SARS, Síndrome Respiratorio Agudo Grave), el Nipah,H1N1 (impropiamente llamada “gripa porcina”)…son enfermedades originadas por minúsculos virus, que se transmitieron a los seres humanosantes del coronavirus. Indistintamente, fueron un resultado de alteración de los ecosistemas, destrucción de la biodiversidad, consumo de fauna exótica convertida en costosa mercancía y la generalización de gigantescas granjas animales, con millones de individuos (gallinas, pollos, patos, cerdos, vacas…) acinados y convertidos en factorías de carne, leche y derivados. Para completar, los virus salieronde sus nichos naturales y se desplegaron por el mundo entero, merced a las cadenas mundiales del capital,conectadas por avión, barco, tren, automóvil, y viajaron raudamente de un continente a otro.
Renán Vega Cantor especial  para La Pluma, 31 de diciembre de 2020

Editado por María Piedad Ossaba

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