En un lapso de muy poco tiempo nos llegaron tres noticias, aparentemente no conectadas. La primera noticia es de la victoria en el referendo en Chile para cambiar la constitución de Pinochet, y las otras dos, la masacre de por lo menos cinco personas en Sucre y la caída del comandante Uriel del ELN. Aunque no lo parece, las tres noticias tienen que ver una con la otra.
En Chile a raíz de las movilizaciones del año pasado, el gobierno derechista y valga decir heredero ideológico y político de la dictadura tuvo que ceder ante las presiones de las movilizaciones y convocar un referendo para decidir sobre el futuro de la constitución. Fue una clara victoria del movimiento popular en un momento cuando sectores del Partido Comunista querían llegar a un acuerdo con Piñera y no tumbarlo. El Covid-19 salvó tanto a uno como el otro de una vergüenza mayor. La victoria popular de ese entonces recibió su validación el domingo con la victoria aplastante para cambiar la constitución. Una lección clara es no dejar ni la movilización ni las demandas en las manos de supuestos políticos de izquierda y burócratas sindicales que quieren hacer sus acuerdos, o cambiar las cosas sin cambiarlas.
Pero en Colombia las noticias no eran alegres, en el departamento de Sucre mataron a cinco reclamantes de tierras, entre ellos el abogado que los representaba. No hay duda, es otro crimen de estado, otra masacre perpetrada por ganaderos.
Adil Meléndez, abogado defensor de derechos humanos e integrante del Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) en Sucre, explicó a este medio [El Espectador] que “días antes de la masacre hubo una reunión en la que participó el señor alcalde de San Marcos. Estuvo también el presidente del Consejo, el secretario del Interior, el comandante de la Estación de Policía y ganaderos de la región. En esa reunión presuntamente los ganaderos manifestaron disponer de toda la logística para desalojar a los campesinos que hoy están asesinados”.[1]
También nos llegó la noticia de la caída del comandante Uriel del ELN a manos de un francotirador del Ejército. Hay quienes se alegran por su muerte, hay otros del Polo, y Colombia Humana quienes guardaran silencio frente a su muerte, pero también están felices, brindarán en secreto como brindan con hipocresía la toma de la Embajada de Santo Domingo por ellos y sus antiguos compañeros, o los que siguen brindando en silencio alguna que otra de las tomas de bases militares por parte de las FARC. Dirán que ya no comparten sus métodos, la lucha armada, pero en realidad lo que no comparten es la propuesta de un país distinto.
Los tres hechos están relacionados. En Chile el pueblo luchó y conquistó. En Sucre luchaban por una tierra y el Estado los masacró. En el Chocó, ese Estado mató a un hombre que no confiaba en ellos ni en la institucionalidad que algunos sectores de la izquierda promueve.
Independientemente de si uno comparta o no la lucha armada del ELN, o si cree en las demandas justas y los métodos de los reclamantes de tierras, Chile muestra que hay que luchar y un pueblo puede vencer a su enemigo de clase. Queda un largo recorrido para el pueblo chileno, pero también para el pueblo colombiano cuya dirigencia de oposición cree que la solución está en ganar las elecciones en 2022, cuando los chilenos no esperaron a las elecciones del 2021 en ese país para insistir en el cambio.
Imagen de referencia: elinformador
Nota:
[1]El Espectador (25/10/2020) Masacre en Sucre: cinco personas fueron asesinadas https://www.elespectador.com/ colombia2020/pais/masacre-en- sucre-cinco-personas-fueron- asesinadas/
Gearóid Ó Loingsigh
Fuente: El Salmón Urbano, 26 de octubre de 2020