Desde el jueves 15 hasta el viernes 30 de octubre el gobierno de la provincia de Buenos Aires puede efectuar el postergado desalojo de las familias que resisten en la recuperación de tierras de Guernica. Casi a tres meses de aferrarse a esas tierras sin dueño, y levantar humildes casillas de lonas o unas pocas maderas, de aguantar heladas y vientos permanentes, de soportar ataques de patotas y de policías, el ministro Andrés “Cuervo” Larroque, referente de La Cámpora, ha anunciado que el gobierno ya ha hecho todo lo que tenía que hacer y que ahora va a “intervenir el juez (Martín Rizzo) y ya nosotros seremos auxiliares”. O sea, que se borra de encontrar una solución tan mínima como es la de ofrecer tierras para vivir a quienes no tienen donde hacerlo y que fuera de allí solo les espera la calle. Y lo que es peor, anuncia que serán «auxiliares» de quienes efectivizarán el desalojo.
Es paradójico que a pocas horas del 75 aniversario de la gesta popular de masas que fue el 17 de octubre de 1945, en que los descamisados -como estos que hoy están en Guernica- ganaron las calles para defender a quien defendía sus conquistas, un ministro de un gobierno que homenajeará (eso si, de manera digital) dicha fecha, no le tiemble el pulso para llevar adelante lo que tantas veces amenazó en las “mesas de diálogo”: “arreglen, porque detrás mío viene Berni”. El todopoderoso Sergio Berni, el ministro que comanda a policías que no tienen ningún problema de entrar como bulldogs y arrasar con todo. Golpear, lanzar gases, tirar balas de goma y quemar los ranchos del pobrerío. Como hicieron en la toma de Rafael Castillo esta misma semana, o en la de Los Hornos, en La Plata, O en la de Bibiana, en Moreno. O como en otros tiempos tan funestos como el presente, realizaba contra los indios el genocida Julio Argentino Roca. Siempre hay un antecedente en la violencia contra los que menos tienen.
Es llamativo que ese mismo ministro Larroque, posara junto con la intendenta Blanca Cantero, y juntos mintieran, señalando que ya está todo resuelto y que la mayoría de las familias aceptaron irse por su propio pie. La Cantero canta victoria porque podrá construir más countries para los ricos, como si no le alcanzaran con los que invaden el municipio de Presidente Perón y todo el Gran Buenos Aires. Pero no es cierto que todo está “resuelto” ya que cualquiera que este miércoles haya recorrido la toma, pudo ver a muchas familias preparándose para aguantar lo que venga y escuchar sus voces de indignación. Gente digna y valiente, que repite para sí: no nos moverán.
Es significativo que el propio presidente Alberto Fernández, que recientemente señaló en una entrevista que si bien no compartía el metodo de ocupar tierras, entendía que la gente pobre en su desesperación apelara a esa posibilidad. Y que ahora, habiendo recibido una Carta Abierta de las y los delegados de la toma, pidiéndole que pare el desalojo, haga silencio.
Qué diría Héctor Cámpora si viera el proceder de este ministro que pretende ser su discípulo. Qué actitud tomaría ese ex presidente, muy buen tipo, al que se lo conocía como “El Tío”, y que pudiendo ser un pusilánime como muchos de los gobernantes que lo precedieron, se alineó sin dudarlo con los más humildes y si faltaba algo reivindicó a las y los combatientes de los 70 hasta las últimas consecuencias. Qué diría Evita, en esta situación tan dolorosa, ella que proclamaba su odio visceral a esa clase de gente que hoy pondera la intendenta Cantero, y se abrazaba con los de abajo, proclamando que “donde hay una necesidad, nace un derecho”.
Sin duda, Cámpora y Evita se alinearían con las familias de la toma de Guernica y criticarían duramente a quienes pudiendo resolver pacíficamente este “conflicto”, se lavan las manos y dejan todo librado a la fuerza de la Bonaerense.
Sin embargo, y eso lo saben los funcionarios de turno, Guernica ya se ha convertido en un símbolo de lucha. Del presente y del futuro. Guernica no está sola porque con ella late la solidaridad de muchísima gente que sabe que los verdaderos usurpadores de tierras son los que miman y privilegian cada uno de los gobiernos que ha tenido este país. Estos hombres, mujeres y miles de niños y niñas que resistirán en Guernica son la contracara de los Benetton, los Lewis, los Tomkins y toda esa lacra que saquea al país.
En esta hora en que está a punto de producirse un nuevo atropello a los derechos humanos (qué otra cosa es reclamar pan, techo y trabajo) es fundamental que cualquiera que se diga realmente peronista, de izquierda o simplemente que palpite de indignación ante la injusticia, no puede dudar de qué lado de la calle colocarse. Desde este jueves hasta el viernes 30, Guernica somos todos y todas.
Carlos Aznáres para La Pluma
Editado por María Piedad Ossaba
Publicado por Resumen Latinoamericano