Las tinieblas en Ecuador

Desafiando al gobierno, el 15 de noviembre, en recuerdo a la matanza obrera ocurrida en 1922, se realizaron en Quito y otras ciudades y provincias, importantes manifestaciones. Dan cuenta de que, por sobre las adversidades, se gestan condiciones de lucha social que alarman a las castas del poder.

* ESPECIAL – Historia y Presente – Lunes 18 de noviembre de 2024

Ecuador vive una coyuntura compleja. Hay razones que ayudan a entenderla desde la perspectiva de la historia inmediata. Desde 2017 se han sucedido tres gobiernos: Lenín Moreno (2017-2021), Guillermo Lasso (2021-2023), quien prefirió convocar a la “muerte cruzada” prevista por la Constitución antes de que la Asamblea Nacional realizara un juicio político con posible destitución (Discurdo de Guillermo Lasso ), y, finalmente, Daniel Noboa (2023-2025) electo para concluir el período de su antecesor. El gobierno de Moreno rompió con Rafael Correa, presidente entre 2007-2017, e inició una implacable persecución al “correísmo”, que aprovechó de las reformas institucionales impuestas por un Consejo de Participación Ciudadana y Control Social Transitorio (CPCCS-T) y logradas por referéndum y consulta popular en 2018 (“Lawfare” en América Latina: el paradigmático caso de Ecuador). Además, se paralizaron las inversiones públicas y se descuidó el mantenimiento de obras e infraestructuras construidas durante la década de la “Revolución Ciudadana”. La economía social igualmente fue abandonada para restituir otra de claro interés empresarial y orientaciones neoliberales, al mismo tiempo que sometida a los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) revividos por los créditos y el Acuerdo de 2018 y 2019 . Moreno contó con los grandes medios de comunicación que respaldaron sus políticas. La dimensión de esos puntos de partida se puede apreciar hoy, pues quedaron destruidas fuerzas productivas, renacieron condiciones del subdesarrollo, así como el dominio de élites privilegiadas que reconcentraron la riqueza y se beneficiaron con exoneraciones tributarias, flexibilidades laborales y un creciente ambiente social de desmovilización. La pandemia del Covid-19 agravó esos caminos, de modo que a cualquier nuevo gobierno quedó una herencia de derrumbe económico, desasosiego social y debilitada democracia .

CAMBIO DE RUMBO
Ecuador: Economía y sociedad 2017-2021
Juan J. Paz y Miño Cepeda (Coord.)
Carlos de La Torre M – Jonattan Baez V.- Adoración Guamán H.

Parecía viable el triunfo presidencial de Andrés Arauz en 2021, candidato de la Revolución Ciudadana, pero en segunda vuelta triunfó el banquero millonario Guillermo Lasso. Como era de esperarse, no cambió el panorama, sino que se agravó la herencia, ya que su gobierno, abiertamente empresarial e inspirado en la ideología libertaria anarco-capitalista (antes de la presidencia de Javier Milei en Argentina) continuó las líneas trazadas por el FMI y el “achicamiento” del Estado, que empeoró el descuido sobre los bienes, infraestructuras y servicios públicos, al mismo tiempo que se buscó potenciar los dogmas del “mercado libre” y la empresa privada “eficiente” y “competitiva”, pero sin capacidad para dimensionar las perversas consecuencias que esas ideas han traído para América Latina. De este modo se consolidó un régimen económico y político oligárquico, comparable con la “época plutocrática” de hace un siglo.

Además, a partir de 2021, como lo han destacado los más serios investigadores sobre el tema (El desmatelamineto del Estado explica la crisis de Ecuador ; Ecuador el país más violento de Sudamérica) y un reciente estudio del FMI (El impacto económico de la delincuencia alcanza el 3,4% del PIB de América Latina). Ecuador comenzó a vivir la inédita explosión de la delincuencia común y, sobre todo, del narco-crimen organizado, cuyo desarrollo ha conducido a que el país sea uno de los más violentos del mundo (Cómo Ecuador, conocido como la ‘isla de paz’, es ahora uno de los países más violentos del mundo), situación que se ha querido enfrentar con acuerdos de cooperación militares sujetos al interés de los Estados Unidos (Qué implica el acuerdo de cooperación marítima con Estados Unidos) . Entre los factores que explican esta situación se incluye el desmantelamiento del sistema de seguridad interna que se estableció durante el gobierno de Correa (https://t.ly/limV0) y que también afectó al control de las cárceles, donde escalaron las matanzas entre bandas internas.

Militares vigilan en un Centro de Rehabilitación Social, en Quito, capital de Ecuador, el 9 de enero de 2024. La crisis de seguridad que golpea a Ecuador se agudizó en las últimas horas con una serie de hechos violentos como incineración de vehículos en las calles, secuestro de policías y motines en cárceles con guardias retenidos, en plena vigencia de un «estado de excepción» con toque de queda decretado por el Gobierno.
Qué implica el acuerdo de cooperación marítima con Estados Unidos: El acuerdo para operaciones marítimas, firmado por el gobierno de Guillermo Lasso, otorga más facilidades a las fuerzas del orden de Estados Unidos que a las ecuatorianas. Imagen referencial de una operación de la Marina de Estados Unidos en California, en febrero de 2022.

Los sectores populares que votaron por Noboa creían que el joven y millonario presidente podía transformar esas herencias, pero las soluciones prometidas en campaña no llegaron y se continuó con los beneficios a un círculo de poder carente de visión social y que está más interesado en los buenos negocios con el Estado, esperando la privatización completa de los bienes y servicios públicos, al compás de los lineamientos del FMI. Se une lo que la sociología latinoamericana llama penalización de la política, criminalización de la protesta social y lawfare, con participación de los medios de comunicación oligopólicos y diversos aparatos del Estado, entre los que sobresale la justicia. Continúa el anti-correísmo y hace poco saltó un escándalo sobre chats, que un reconocido periodista llama “asco nacional” , que destapó la “inmoralidad” política (Vanegas confirma que los chats de FV son reales). En esos ambientes han crecido el temor humano y la impotencia colectiva, que suman el miedo a las bandas criminales a las que el gobierno declaró la “guerra”, con resultados pobres del “Plan Fénix” que dice guiar sus acciones.

De acuerdo con algunas encuestas de opinión los ecuatorianos están preocupados por tres problemas: la economía, la inseguridad ante la delincuencia que ocasiona asesinatos, extorsiones y “vacunas” a diario, y finalmente los “apagones” (Ecuador a pasado veinte días enteros sin luz si se suman todas las horas de los apagones) que se sumaron con horarios incumplidos y que afectan a toda la ciudadanía («Es como volver al siglo XVIII”: los apagones que tienen a Ecuador 12 horas sin luz por día). Resulta paradójico que el “achicamiento” repercuta sobre los mismos empresarios que abogaron permanentemente contra el “Estado obeso”. Más fácil es culpar al estiaje y al “estatismo” de la progresista Constitución de 2008, sin reconocer las responsabilidades gubernamentales y tampoco la desatención a las centrales hidroeléctricas y termoeléctricas construidas en el pasado y especialmente durante el gobierno de Correa (8 hidroeléctricas).

El cuadro social y económico es dramático: salarios bajos, derechos laborales flexibilizados y desvalorizados los derechos de la naturaleza, 70% de la población en desempleo y subempleo, aumento de la pobreza, deterioro de las condiciones de vida generales, atención médica y seguridad social estranguladas, emigración galopante, inseguridad diaria, bienes y servicios públicos debilitados, desinversión privada, caída constante de la economía. Bastaría con revisar los informes anuales de la CEPAL para verificarlo. El de 2024 reconoce alguna “mejora” social en América Latina (CEPAL: La tasa de pobreza regional, que aumentó con la pandemia, se ha reducido a un nivel similar al del 2014 y, en 2023, alcanzó la cifra más baja registrada, pero la desigualdad de ingresos se mantiene alta), pero con ello tampoco llega a darse cuenta real de lo que la gente vive a diario en Ecuador, un país que no ha sufrido el peso del bloqueo a Cuba ni las destrucciones provocadas por los recientes huracanes y terremotos en la isla, y tampoco las sanciones económicas como las impuestas a Venezuela.

Expresidentes de IDEA expresan preocupación por inhabilitación de la vicepresidenta de Ecuador. Comunicado Diario de Las Americas 14

En siete años el anterior prestigio del país se ha derrumbado. Dos hechos Estas son la reacciones, de expertos y políticos sobre la irrupción de la policía ecuatoriana en la Embajada de México en Quito) y la reciente suspensión de funciones a la Vicepresidenta electa, para designar por decreto presidencial otra (Noboa echa a la fuerza a su vicepresidenta y tiene el camino libre para hacer campaña en 2025), un asunto inédito en 194 años de historia republicana de Ecuador y en la historia de América Latina, cuestionado por abogados constitucionalistas e incluso por 26 ex jefes de gobierno de la derecha política (Expresidentes de IDEA expresan preocupación por inhabilitación de la vicepresidenta de Ecuador), que incluyen a O. Hurtado, J. Mahuad, L. Moreno y G. Lasso. Ante el “clima” que vive el país, a la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado realizada en la ciudad de Cuenca (14-15/Nov/2024) no asistieron los presidentes de los países invitados (La Cumbre Iberoamericana, el reflejo de la política exterior de Daniel Noboa) y tampoco se llegó a una Declaración oficial final («Hubo posiciones diferentes entre países», dice Canciller de Ecuador tras cierre de la Cumbre en Cuenca).

El presidente de Ecuador ha tratado por todos los medios evitar que Verónica Abad asumiese el cargo cuando él tuviera que dejarlo para presentarse a la reelección. El País 11 de noviembre de 2024

Bajo los panoramas descritos Noboa es ahora candidato a la reelección. Se ha procurado marginar a opositores y cortar obstáculos a su triunfo, lo cual explica la designación de una nueva Vicepresidenta. Meses atrás hubo acercamientos políticos entre las izquierdas, aunque se presentaron divididas para las elecciones. De todos modos, los sectores progresistas confían en poder triunfar en febrero 2025. Pero en contra de esa posibilidad actúan las élites de la dominación interna y también las geoestrategias derechistas externas. En la confrontación social que vive Ecuador, si triunfaran las fuerzas progresistas tendrán un futuro panorama lleno de conspiraciones, implacables ataques y resistencias poderosas. Mientras tanto en Ecuador se extiende una frase lapidaria: “todo el mundo” quiere irse del país. El último en salir no necesitará apagar la luz.

Sin embargo, como la historia no se detiene, a pesar de los peligros y la represión ya sufridos en 2019 (L. Moreno) y 2022 (G. Lasso), el movimiento indígena ha tomado la vanguardia de las protestas. También se activan las centrales de trabajadores y amplios sectores sociales. Se han acordado las plataformas reivindicativas. Desafiando al gobierno, el 15 de noviembre, en recuerdo a la matanza obrera ocurrida en 1922, se realizaron en Quito y otras ciudades y provincias, importantes manifestaciones. Dan cuenta de que, por sobre las adversidades, se gestan condiciones de lucha social que alarman a las castas del poder.

Juan J. Paz y Miño Cepeda para La Pluma, 18 de noviembre de 2024

Editado por María Piedad Ossaba

Publicado por Blog Historia y presente

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