En el presente contexto, los países de América latina no cuentan con la infraestructura ni con los recursos tecnológicos y de conocimiento para paliar la asimetría digital. Financiamiento, dirección...
Al parecer, mediante el espionaje informático sobre el electorado, la fábrica de falsedades y de promesas contradictorias y su difusión saturativa por emisores ficticios y por esos nuevos partidos políticos sin calle que son las redes sociales, se tiene la fórmula mágica para hacer que las masas voten contra ellas mismas y quitarle a los progresismos su arma principal: el respaldo popular.