Para la vieja tradición esclavista, para los amos de lo que el viento se llevó pero siempre vuelve, los verdaderos responsables del progreso, de la estabilidad, de la paz...
Adam Smith afirmaba que el trabajo realizado por el obrero crea el beneficio del patrono. Aquí estamos muy lejos, a años luz, del cuento de hadas capitalista que cuenta Macron, en particular, y los defensores del sistema capitalista, en general: los capitalistas crean tanto valor como los obreros, si no más.
Y, cualquiera que sea su salida, este movimiento habrá revelado la existencia de un inmenso campo de capas populares que debe constituir una auténtica tierra de misión para esas organizaciones en los meses y años venideros.
Emmanuel Macron debiera saber –eso no está garantizado– que su trono se ha ido transformando en un sillón eyectable. Eso es lo que dicen los diez mil chalecos amarillos que cuenta su ministro del Interior.
Historiador y especialista del mundo obrero y de la inmigración, director de estudios de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales, Gérard Noiriel...
Como todos los fascistas, Bolsonaro ha llegado simplemente a ordenar los negocios después que la democracia progre sacó del juego al proletariado de Brasil,...