Bancar a los pibes

Hoy la guerra del imperialismo en decadencia es con todos los pueblos del mundo, incluìdo el de USA. Aquí la han comenzado hace tiempo.Es hora de que nos hagamos cargo.

El 7 de mayo de 1987 tres jóvenes, casi adolescentes, ‘negritos’ y pobres, fueron masacrados por una brigada policial en Ingeniero Budge, partido de Lomas de Zamora, en la Provincia de Buenos Aires. En aquel momento, el autor de esta nota escribió el libro “¡Al suelo señores! : la matanza de Ingeniero Budge”, que resultó de una investigación llevada a cabo en torno al asesinato de Agustín Olivera (26), Oscar Aredes (19), y Roberto Argañaraz (24).

EL CASO BUDGE

En la introducción del volumen, se sostuvo que la matanza de los pibes se debió a una política de ‘prevención de conflictos’ que se derivarían del modelo neoclásico (neoliberal) de la economía, que había despuntado en EE.UU. fundamentalmente a partir del gobierno del ultraconservador y guerrerista Ronald Reagan. Modelo que fabricó y fabrica hasta hoy desocupados, con la consiguiente anomia de una juventud que, mentida o engañada sobre los jóvenes revolucionarios de los años 60/70 e inicios del 80 del pasado siglo, arrastraban y arrastran sus vidas pobres y desarrapadas sobre los grandes ‘dormideros’ del gran Buenos Aires. 

Paralelamente a este ‘fenómeno’ de fabricar desocupados, entregar las riquezas del país a las grandes transnacionales, estimular la superexplotación de los que en ese momento podían conservar sus puestos de trabajo, los jóvenes comenzaron a emerger como los nuevos ‘subversivos’ del sistema. No por contar con una ideología de ruptura con el capitalismo ni por desarrollar conciencia política, sino por constituirse en una ‘molestia’ para los hartados ‘maduros antes de que se pudran’ y a la par en chivos emisarios de los resentimientos y prejuicios de la gente decente, los mass media o ‘gente como uno’.

Como predije en el trabajo citado, los asesinatos de jóvenes por policías, que en ese momento se caracterizó como el accionar del ‘gatillo fàcil’, se fueron extendiendo a lo ancho y lo largo de las grandes ciudades.  A  la par, la cultura imperial, transmitida desde los grandes medios  de informaciòn y entretenimiento, inundó al país, quebrado ideológicamente luego de la ‘guerra sucia’ contra el pueblo y la luego perdida guerra de Malvinas. Frente al quiebre ideológico de la nación toda- y cuando hablo de nación hablo fundamentalmente de trabajadores/as, pobres de la ciudad y el campo, aunados al resto del pueblo clases medias, pequeños y medianos empresarios, intelectuales, etc)- la cultura imperial reptó cual serpiente ponzoñosa sobre el cuerpo y el alma de la nación.

HUGE C.I.A. OPERATION REPORTED IN U.S. AGAINST ANTIWAR FORCES, OTHER DISSIDENTS IN NIXON YEARS (GRAN OPERACIÓN DE LA C.I.A. CONTRA LAS FUERZAS ANTIGUERRA Y OTROS DISIDENTES EN LOS AÑOS DE NIXON)

La CIA (Central Intelligence Agency) de los EE.UU., conjuntamente con organismos del Departamento de Defensa de ese país (Pentágono) y otros organismos de la denominada ‘comunidad de inteligencia’, esbozó a partir de la post guerra mundial planes para manipular las mentes, lavar el cerebro e incentivar conductas afines a los intereses del imperialismo en su propia población y en todo el mundo. El Programa MK ULTRA, diseñado y puesto en práctica desde 1950 hasta 1977 (cuando se ‘descubriò’, fue denunciado, etc., y transfigurado en otros con los mismos objetivos) incluyó la utilización de drogas (LSD y otras), la música a todo volumen (rock pesado, etc)  y hasta la intervención quirúrgica cerebral. El mundo ‘ de la droga’, que se inició cuando los británicos introdujeron a fuerza de cañones el opio en China a mediados del siglo XIX, se constituyó en parte fundamental de la guerra ‘ de las mentes’ en sus inicios, y hoy se halla expandida en todo el mundo como  elemento cultural esencial del colonialismo imperial. Su objetivo, aparte de las grandes ganancias que deja su producción y trasiego, fue y es contrainsurgente. Su meta es adiccionar a los jóvenes de todo el mundo a fìn de alejarlos de la reflexión, la conciencia, el compromiso social y la política cuestionadora del orden social capitalista.

Pero ‘la droga’, también afectó a las fuerzas policiales y a militares de los países invadidos por el tsunami cultural imperialista. Y a la par de la corrupción y la cooptación de unos y otros, el narcotráfico y el consumo de estupefacientes hizo presa de los uniformados , y creó, aunque era ya vieja, la figura del ‘sicario’, asesinos a sueldo de poderosos que, siendo civiles o uniformados, cumplen directivas de los grandes empresarios legales/ilegales vinculados al lavado de dinero, el narco, y otros emprendimientos del capitalismo en su última y definitiva fase.

Asì, la matanza de jóvenes y el narcotráfico que todo lo inunda se relacionan como el calor a  la llama.

El asesinato de Christian Javier Cicovicci, un joven nutriero (cazador de nutrias)  asesinado el 24 de abril de 1996 en la estancia de un poderoso empresario de la Provincia de Buenos Aires por un policía adicto, cubierto desde el mismo momento en que masacró al pibe por poderosos y costosos abogados, y otros episodios de ‘gatillo fàcil’ marcan el derrotero a seguir en un país que, a partir de la dictadura militar  (1976-1983) y de los gobiernos que la continuaron (fundamentlmente el de Carlos Saúl Menem, quien llevò a cabo la destrucciòn estatal y el tejido social llevando a cabo las ‘directivas’ del Documento de Santa Fe II, emitido por miembros del Pentágono y las usinas pensantes (think thank) del imperialismo norteamericano para el Hemisferio Occidental en la década de los años 90, aunados al gobierno del mafioso maleante Mauricio Macri y su piara de funcionarios y alcahuetes, planeó el imperialismo y sus sirvientes locales para terminar con la nación y quedarse con sus recursos.

Hoy, los asesinatos de Lucas González,  de 17 años, jugador de fútbol del club Barracas Central, muerto a tiros por una patota de la Policía de la CABA (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), cuando volvía de una práctica futbolera el ùltimo 18 de noviembre, y el de Luciano Olivera, de 16 años, llevado a cabo por un policía de la localidad de Miramar, Provincia de Buenos Aires, poco menos de un mes más tarde (10 de diciembre, día mundial de los Derechos Humanos), se homologan en causas y efectos.

Tanto Lucas como Luciano jugaban al fútbol y venían de jugar (el pibe Olivera jugaba en una división del Club Peñarol de Mar del Plata). Corrieron la misma suerte de Nahuel y Santiago, asesinados durante el macrismo. Tanto unos como otros no eran dealers ni consumidores de drogas, unos eran defensores del pueblo mapuche y otros deportistas, por lo tanto no eran ni serían carne de cañón de los corruptos uniformados o sin uniformes que, objetiva y subjetivamente, siguen los dictados del imperialismo para con los jóvenes de hoy.

¿Los asesinatos de Lucas y Luciano fueron al azar o planificados por algunos poderosos? ¿sus muertes, a la par de generar inestabilidad y zozobra, temor y bronca contenida y lanzada sin consecuencias contra los autores- que como siempre cuentan con poderosos abogados ‘defensores’-son advertencias para los jóvenes que no se corrompen y, por lo tanto, no le hacen el juego a los liquidadores de conciencias y del país?

Sin entrar en disquisiciones, culminaremos este trabajo con sentencias de un personaje perverso y nefasto, uno más, en la historia de los servicios de inteligencia de EE.UU. y aquellos que se hallan penetrados por estos.

Refirièndose a la URSS, a fín de terminar con el primer gobierno obrero y campesino del mundo, el director de la CIA, sostenía:

‘…Apoyaremos y encumbraremos por todos los medios a los denominados artistas que comenzarán a sembrar e inculcar en la conciencia humana el culto del sexo, de la violencia, el sadismo, la traición. En una palabra: cualquier tipo de inmoralidad. En la dirección del Estado crearemos el caos y la confusión. De una manera imperceptible, pero activa y constante, propiciaremos el despotismo de los funcionarios, el soborno, la corrupción, la falta de principios. La honradez y la honestidad serán ridiculizadas [como] innecesarias y convertidas en un vestigio del pasado. El descaro, la insolencia, el engaño y la mentira, el alcoholismo [y] la drogadicción, el miedo irracional entre semejantes, la traición, el nacionalismo, la enemistad entre los pueblos y, ante todo, el odio al pueblo ruso; todo esto es lo que vamos a cultivar hábilmente hasta que reviente como el capullo de una flor.

Sólo unos pocos acertarán a sospechar e incluso comprender lo que realmente sucede. Pero a esa gente la situaremos en una posición de indefensión, ridiculizándolos, encontrando la manera de calumniarlos, desacreditarlos y señalarlos como desechos de la sociedad. Haremos parecer chabacanos los fundamentos de la moralidad, destruyéndolos. Nuestra principal apuesta será la juventud. La corromperemos, desmoralizaremos, pervertiremos (…)’. (Allen Dulles, ‘El Arte de la Inteligencia’, escrito en y publicado en 1963.(las cursivas son de este autor)

Hoy la guerra del imperialismo en decadencia es con todos los pueblos del mundo, incluìdo el de EE.UU.

Aquí la han comenzado hace tiempo.

Es hora de que nos hagamos cargo.

N de la E:

Bancar: Apoyar, mantener o respaldar a alguien. Coloquial en Argentina

Jorge Luis Ubertalli Ombrelli, especial para La Pluma, 31 de diciembre de 2021

Editado por María Piedad Ossaba